Guillermo Robles

En aumento la pobreza

Por Guillermo Robles Ramírez

La cara que identifica las diferentes entidades del país, se encuentra en el rostro de adultos mayores, jóvenes, niños y niñas con limitaciones de desarrollo y en extrema pobreza.

Pero cómo definirla mientras que, tanto el poder Ejecutivo y algunos mandatarios estatales, y locales se la pasan presumiendo de grandes inversiones públicas en rubros como, construcción de hospitales, cuando la ley en materia de salud son letras muertas ante las negligencias médicas, o no se diga la mayor carencia de medicamentos en todos los tiempos que ha marcado la historia de México.

Si por definición pobreza está considerada como una imposibilidad de tener acceso o carencia de recursos para satisfacer las necesidades físicas y básicas afectando la calidad de vida de las personas. Y considerando que en nuestro país solamente el 7 por ciento de la población vive una situación privilegiada lleno de lujos, otro 5 por ciento en un estado con desahogo económico y más del 50 por ciento apenas sobrevive mientras que el resto están en la total miseria. ¿Acaso existirá un nuevo concepto de pobreza, para los políticos en nuestro país?, o será cosa de inventar una nueva palabra para definir pobreza.

Existen muchos organismos para la medición de la pobreza; sin embargo de nada sirve las estadísticas. Los muestreos para medir el nivel o situación económica que atraviesa una entidad o en general nuestro país, no se acopla o no están hechos a las necesidades actuales, porque la crisis que ha acompañado a México ha sido durante las últimas décadas, es decir, cada vez se  agudiza más en la medida que entra un Presidente de México, sin importar la bandera de su color político.

Cada ves se va desencadenando nuevos problemas sociales que se están convirtiendo en verdaderas pesadillas y pilares de violencia causados por el hambre y la miseria.

Puede sorprender como existen comunidades que a la falta de una calidad de vida digna duermen, comen y duermen literalmente en la tierra. Comunidades en donde ni siquiera llegan los programas sociales porque son pocos vistosos y lejos de donde los medios de comunicación puedan darse cuenta; más que cuando son enviados para hacer algún reportaje especial o artículo periodístico.

Para algunos esto sonara como una exageración, para otros como sacado de algún cuento de ciencia ficción; pero para quienes lo viven en carne propia, es una realidad al que nunca han podido despertar; más no obstante no podemos hacernos de la vista gorda, y las autoridades cada vez están lidiando con sus consecuencias sin tener resultados positivos porque va en aumento esos indicadores de pobreza y a su vez, más jóvenes que a la falta de oportunidades se convierten en sectores vulnerables en donde la delincuencia organizada los recluta a las filas de sus ejércitos de la muerte.

Es entonces cuando surge un nuevo fenómeno social entre los delincuentes del robo común en donde empiezan a copiar a los grandes organizaciones delictivas  haciendo sus pequeñas células de crimen para el robo habitacional, dejando atrás al simple ladroncillo para convertirse en lo que se conoce como “los estudiosos”, es decir, aquellos que antes de robar observan y registran todos los movimientos de sus víctimas.

Mientras que autoridades locales tratan de mejorar y endurecer las leyes con más castigos al final del día terminan liberándolos porque ya no caben en las cárceles y mucho menos en los penales. Pero también sus abogados son más inteligentes en aprovechar aquellas lagunas legales y anteponer los Derechos Humanos para ser liberados lo antes posible.

Este panorama no es exclusivo de una entidad sino es generalizada en todo el país, en donde el pilar de la violencia que es el hambre y la miseria está siendo reclutados por cada vez más grupos del crimen organizado. Y la justificación perfecta es la pobreza como el resultado de la ineficiencia política mexicana en donde México seguirá siendo cada vez más pobre mientras la población.  (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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