Por Alan Prado

«Lo más complicado de entender en la vida es qué sendero se debe transitar y qué se debe dejar atrás.» 

De verdad, es algo bastante complicado. Implica tomar una decisión y afirmar que aquí llegó mi límite, y que no vale la pena continuar. O, por el contrario, elijo arriesgarme y seguir.

En relación a cualquier cosa, un empleo, un proyecto, una relación, un sueño. Aprender a distinguir estos dos aspectos es un trabajo de toda una vida; es un proceso de prueba y error. Seguramente a lo largo de nuestro camino, hemos lamentado haber dejado algo atrás, y nos preguntamos qué habría ocurrido si hubiéramos seguido adelante, y también es muy probable que nos cuestionemos acerca de ciertas situaciones que no hemos podido terminar y en las cuales persistimos a pesar de nuestra insatisfacción. 

Tomar riesgos y decidir en momentos específicos de nuestra vida es algo que resulta bastante complicado. A menudo, nuestras emociones y nuestro razonamiento lógico están en conflicto y no sabemos a cuál prestar atención. Algo que me ayuda en estas situaciones es enfocarme, conectar con lo más profundo de mi ser, y en ese estado, sé cuál es el camino que debo tomar, porque es como dejarse guiar por el alma a la voz del corazón. Esto no significa que en muchas ocasiones no sienta temor, o que esté completamente convencido de lo que decidí que era mejor para mí en ese instante. Por supuesto, cometí errores varias veces, me lamenté, me critiqué, y en otras ocasiones me sentí contento y me di reconocimiento. 

Y así es, seguí muchos caminos que debí haber eludido, pero me llevaron a un espacio de mayor crecimiento, y evité otros, y me arrepentí, y a la larga, no resultó ser tan malo como había creído, incluso en alguna ocasión, terminó siendo lo mejor para mí. Si tomamos decisiones con certeza, conectados con nuestro ser interior, la elección que hagamos siempre será la más adecuada para nosotros, la que nos brinde paz interna, la que nos otorgue una lección, la que nos haga felices. No olvidemos que todo lo que sucede, sucede con un propósito… Por lo tanto, avancemos a través de senderos, desviemos otros y continuemos con conocimiento y confianza en nuestra voz interna que siempre nos guiará hacia el mejor camino..

Cuando comprendí que cada jornada era única y que siempre traía algo nuevo y extraordinario para mí, comencé a materializar todo lo que había anhelado… El secreto radica en saber agradecer. Desde HOY comienza a vivir y disfrutar cada instante plenamente, olvidando el pasado, sin preocupaciones por el futuro, simplemente aceptando que la vida es eterna y que no tiene ni inicio ni final. Siempre que te desarrollas y aumentas en conciencia, empiezas a entender el misterio y la maravilla de la vida… Paso a paso avanzas hacia adelante y hacia lo alto llenándote de paz, tranquilidad y serenidad, dándote cuenta de que todo está en tus manos, y que no hay nada que deba inquietarte. La vida se convierte en una carga solo si intentas anticiparte demasiado… Tu único lugar es AQUÍ Y AHORA…

Que sea un día para permitir que todo fluya, agradecer lo bueno y lo malo y sobre todo comprender que hoy, como todos los días, es una nueva oportunidad..

Alan Prado (AMEP 11:11).