El Sendero de Los Iluminados: El Velo Que Cubre La Conciencia. 1 de 3
“El ‘yo’ se pone, o es dispuesto”… Está clarísimo en que no podemos desconocer las instituciones, los derechos y los principios de la modernidad. Nuestra conciencia está obligada a conocer y a pensar para decidir y actuar.
Los pensamientos de la conciencia deben pasar a través del intelecto y no de la razón al intelecto porque entonces hay fallas, como hacer, siendo conscientes y observando.
La realidad de cada sujeto está dada por el “yo”, que es la evidencia de que existimos, la “conciencia”, es la certeza sensible de mí misma, de nuestros actos, de las personas y del “entorno”, el mundo que nos rodea y en el cual vivimos.
Debemos pensar en quién soy, darnos cuenta de todo lo que nos concierne, sentir y reconocer que sobre mi persona inciden otros individuos, la sociedad, el tiempo, el espacio y la historia, son las situaciones o experiencias con las que nos enfrentamos, vivencias que no puedo evitar, a menos que sea un ignorante o un perfecto cínico.
La ignorancia sufre, pero no puede explicarse el origen de su desdicha, no elige ni decide con conocimiento. El cinismo proviene de la duplicidad del carácter, de la hipocresía en su ubicuo accionar, la moralidad del ignorante está en su inocencia, la inmoralidad y amoralidad del cínico obedecen a su egoísmo, desmedida ambición y desvergonzada falsedad.
La conciencia es la bisagra del “yo”. El entorno, el imaginario colectivo que lo califica o lo hunde en la ciénaga del desprecio, la conciencia de sí mismo.
El ser humano es pura conciencia de sí mismo, nuestra existencia es un espejo de cuanto hacemos y pensamos, nosotros somos un artefacto que tiene en su propio proceso mental la medida y la noción de sus actos, no tenemos naturaleza, en el sentido de una entidad autorreferencial por el simple hecho de vivir, sino conciencia pura, pero está cubierta por el velo del Ego, del Yo y de la personalidad falsa hecha por el carácter.
Una percepción y una capacidad de pensar sobre el mundo, incluyendo nuestra experiencia, que nos distingue, nos hace Ser, lo más cercano a la realidad es la conciencia de nosotros mismos, es nuestra mismidad en relación al entorno humano y material, sistema y estructura.
Al abrir los ojos y proyectar nuestra mirada, en el sujeto actuante que medita, es nuestro propio yo, el estado de ánimo, el sentimiento, la esperanza, luego aparecen los otros, las cosas y los acontecimientos.
Pero esta conciencia de sí mismo es, sin embargo, la extensión juiciosa de lo que somos, la forma en que vivimos, los conceptos que elaboramos sobre la existencia y los problemas, son las ideas y las nociones que van configurando, en el proceso de la vida cotidiana, nuestra conciencia.
Ésta es una relación entre mi subjetividad y el mundo, operacionalizada por el cerebro, nuestra inteligencia procede de esa unión entre nuestra mente y el mundo físico, la unión enriquecida por la acción, la reflexión y la experiencia directa (incluyendo la producida por la emoción y la sensibilidad), que van jalonando los contenidos de nuestra conciencia.
“La conciencia es el hecho central de la existencia específicamente humana, puesto que sin ella todos los demás aspectos específicamente humanos de nuestra existencia como el lenguaje, amor, humor y así sucesivamente, serían imposibles”. Y ella, la conciencia, y los fenómenos mentales, ya sean conscientes o inconscientes, están causados efectivamente por procesos que acaecen en el cerebro.
La causa en cuestión es unir al y espíritu y no separarlo, esta se ven representadas en el cuerpo físico como corazón y cerebro, y mas allá como alma y espirito o también como conciencia y mente. Debemos vernos como una sola cosa porque en la unión esta el quitar el velo del engaño.
Olvida todo lo que crees, dogmas, paradigmas, no hagas prejuicios, criticas, no tengas vergüenza, olvida la moral, pasa de un mundo en el que nada es posible a uno en el que todo lo es y tu conciencia brillara y actuaras en esencia y como lo que realmente eres, un ser absoluto con un estado de conciencia expandida.
Continuara…
Por AMEP 1111