Por Alan Prado

Nosotros los del sendero del conocimiento, los sabios y conscientes, no silenciaremos la verdad, no aceptamos la doctrina impuesta por una religión fabricada por los hombres, no nos apegamos a mandamientos ni a pecados creados por ideas de hombres, ya que vivimos bajo el libre albedrío, somos dioses con el derecho de manifestar nuestros pensamientos (el conocimiento y sabiduria no son maldad ni calamidad).

Respetamos las opiniones de cada uno, de creer lo que deseen creer, porque simplemente se lo impusieron o se lo mostraron, pero nosotros los del sendero izquierdo, investigamos y profundizamos, estudiamos y analizamos hasta descubrir la verdad.

Sin embargo, al mismo tiempo, las religiones son versiónes que se apartan de una verdad razonable.

¿dónde está el concepto de libre albedrío en esto? 

Jamás me inclinaré en señal de sumisión ante ningún dios creado por el hombre.

En los códigos religiosos no hay nada sagrado, todo es limitado y su moralidad es vaga e ilusoria. La magia y la sabiduría moran en los rincones de nuestra mente, lo real, lo verdadero habita en nuestro interior; no somos rebaños de ovejas; al conocimiento le ha plácido otorgarnos ya todos los Reinos.

No existe otra realidad que nuestras experiencias; por esta razón, la gran parte de la sociedad vive en una ilusión, dado que piensan que lo que ven es la realidad y no permiten revelar su oscuridad interna. Es posible encontrar la felicidad de este modo, pero una vez que se comprende la verdad y se expresa el verdadero conocimiento, ya no se puede optar por el camino del rebaño de ovejas. 

El mundo no será salvado por grandes científicos o eruditos.

Lo salvarán los poetas, los luchadores, los revolucionarios, los humildes vagabundos sabios rechazados por los rebaños de ovejas, los alumnos insatisfechos, los opositores, los idealistas que conspiran y luchan por la auténtica libertad, los inquebrantables y cuestionadores, los audaces, los soñadores, los artistas menospreciados; serán ellos quienes forjarán la «espada mágica», la espada espiritual que destruirá a los monstruos y tiranos y con esto derrotará la gran mentira.  

¡Seamos libres! 

!Seamos Magnánimos!

¡Libertad!

Alan Prado (AMEP 11:11).