El rastafarismo: Dos miradas mexicanas

La Habana (PL).- El movimiento rastafari, surgido en los comienzos de la década de 1930 en los barrios marginales de Kingston, Jamaica, cada año incrementa sus seguidores en el mundo, no sólo del sexo masculino, sino también del mal llamado sexo débil.
ÂáÂá Ejemplo de ello lo evidencia la nación azteca, donde está alistada la antropóloga mexicana Nazli Azueta, quien visitó recientemente La Habana para participar en un evento sobre diversidad cultural en la Casa de las Américas.
ÂáÂá Las mujeres que integramos una comunidad dentro de ese movimiento estamos enfocadas a empoderarnos a partir de productos naturales para el cuerpo, así como alimenticios, dijo Azueta a Prensa latina.
ÂáÂá En tal sentido, añadió, estamos produciendo tanto desodorantes como toallas femeninas de tela para romper con las ofertas industriales que pueden ser perjudiciales.
ÂáÂá También, otro grupo estamos estudiando a la fémina rastafari -desde la perspectiva del movimiento- para comprender y aumentar nuestros conocimientos acerca de cómo se mueve América Latina y el Caribe en ese sentido, señaló.
ÂáÂá La estudiosa lamentó que en México la mujer rastafari está muy estereotipada. «Existe machismo, y lo que tratamos es de romper con esa manifestación excluyente y salir adelante demostrando que podemos ser independientes».
ÂáÂá La situación es un poco difícil, porque se piensa que los rastas somos personas sucias, drogadictas, que consumimos la marihuana como una adicción, cuando para nosotros es algo natural -por el bien de la salud-, y por eso, a veces, en el mercado laboral no encontramos trabajo.
ÂáÂá Sin embargo, es cierto que en los últimos años hay una mayor aceptación, gracias a la celebración de algunos eventos, reconoció.
ÂáÂá «Por ejemplo, el artista jamaicano Michael Thompson, creador del International Reggae Poster Contest, montó una exposición en el metro de ciudad México, la cual despertó interés».
ÂáÂá Entonces, señaló, hay aprobación, pero no como quisiéramos. Hay un nivel de rechazo tanto para hombres como para mujeres, denunció.
ÂáÂá A propósito de ello, «además de arqueóloga y antropóloga, tengo una empresa gastronómica que elabora comida natural -el alimento que consumen los rastas- y por ese medio tratamos de influir un poco».
ÂáÂá También el movimiento rastafari se defiende desde la academia, como es el caso del profesor de la Universidad Autónoma de México Christian López-Negrete.
UN ACADÉMICO RASTAFARI EN MÉXICO
ÂáÂá El también investigador López-Negrete destacó en esta capital la acogida de la música rastafari en su país. Ya se aprecia un mayor entendimiento sobre lo que significa ese ritmo, dijo López-Negrete en declaraciones a Prensa Latina.
ÂáÂá Eso ha sido posible por Bob Marley (1945-1981), quien fue entrenado para llevar el mensaje rastafari fuera del mundo de los rastas, incorporando los tambores nyahbinghi a su melodía, añadió en la sede del evento en la Casa de las Américas.
ÂáÂá También, añadió, otros -como yo- contribuimos con la comunidad rastafari desde la academia. «Todos estamos construyendo una nación y necesitamos desde obreros calificados hasta profesionales, porque no todos pueden ser músicos», argumentó.
ÂáÂá Por eso, a partir de mi formación trato de hacer más accesible la información a mis otros hermanos. Mientras más preparados estemos, más podemos crecer como colectividad, apuntó.
ÂáÂá Azueta y López-Negrete participaron en el Coloquio Internacional «La diversidad cultural en el Caribe», del 18 al 22 de mayo en la Casa de las Américas, en homenaje al 70 cumpleaños de Robert Nesta (Bob Marley) con la participación de intelectuales y artistas de más de 10 países.
IMPRESIONES DEL COLOQUIO
La mexicana Nazli Azueta consideró que fue muy importante, por la posibilidad de intercambiar con hermanos rastafari de la mayor isla de las Antillas y conocer su realidad.
ÂáÂá «El hecho de que la prestigiosa institución cultural cubana haya cedido un espacio importante de la cita a Bob Marley, me parece magnífico para estrechar las culturas entre Cuba y Jamaica».
ÂáÂá El Coloquio se constituyó en Cuba en conmemoración del Día Mundial de la Diversidad Cultural para el diálogo y el desarrollo (21 de mayo), bajo el coauspicio de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la Unesco.
ÂáÂá Cada dos años es convocado por la Casa de las Américas, a través de su Centro de Estudios del Caribe.

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