En días recientes del gobierno de los Estados Unidos, ha exigido sin empacho alguno que las compañías más importantes de la industria del internet entreguen información detalladla sobre cada uno de sus usuarios y lo que estos hacen, todo coordinado mediante la agencia de seguridad nacional (NSA).

Todo esto permaneció en secreto hasta el jueves pasado cuando el periódico The Washington Post, publico la existencia de un programa secreto para recopilar información llamado PRISM, el gobierno estadounidense mediante James Clapper, director de Inteligencia Nacional del Gobierno federal, reconoció la existencia del programa y aseguro tener el aval de un juez federal.

Muchas empresas se vieron inmiscuidas en este asuntó entre ellas: Google, Apple, Facebook, AOL, entre otras, todas expresaron desconocer que el programa PRISM se estaba ejecutando, a excepción de Microsoft y Yahoo, empresas que reconocieron tener contacto con el gobierno de los Estados Unidos.

El destino de esta acción y otras similares aun es un misterio, la puerta a la invasión de la privacidad de millones de personas ya ha fue abierta,  lo peor es que por un gobierno que tal vez no rige en el país en que viven, E.U. una vez toma el manto de policía del mundo, ahora en el mundo virtual, una violación a la libertad del internet, que puede desencadenar una serie de ataques informáticos cómo los perpetrados por Anonymous desde el año 2008.

Facebook y Apple ya declararon que no ayudaran a la NSA voluntariamente, un buen gesto de lealtad hacia sus usuarios, sin embargo sabemos que el gobierno estadounidense los obligara tarde o temprano.

Confiemos pues, en que este vigilante universal sólo se preocupa por nuestra seguridad y la de quienes nos rodean, frustraran planes terroristas, cancelarán sitos web especializados en pedofilia, venta de armas o drogas, sería una desgracia que este ejercicio únicamente sea unpretexto para saber quiénes son las personas que no están de acuerdo con el gobierno de nuestro vecino país, quien ayuda a ilegales,  o quien desciende de una etnia “peligrosa”.

Estamos atestiguando una época de la que hablaremos durante muchos años, el año en que Estados Unidos comenzó a dictar las reglas del internet mundial.