Por Guillermo Robles Ramírez

¿Dónde están nuestros hijos?; ¿con quién andan nuestros hijos?; ¿qué hacen en la escuela?; ¿cómo se comportan en la escuela o cómo andan en las clases?. Éstas y otras muchísimas preguntas nos hacemos normalmente los padres de familia con hijos adolescentes y normalmente no tienen respuesta.

Si hace años que eran otros tiempos, con otras diversiones, con otras mañas y vicios, había veces que se desconocía pero existía más apertura para conseguir esa información con la simple visita de una mamá o un papá e inclusive hasta de ambos a la institución educativa y con solo preguntar se despejaban las dudas.

Con el paso de los años se fue complicando un poco más este tipo de información, porque intervino tratados internacionales como los que hay ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos, y se fueron cerrando esta puerta de información. También gracias a estos mismos derechos individuales, se ha confundido o mal interpretado la libertad por libertinaje, siendo cada vez menos los padres que pueden acudir a las escuelas privadas o públicas.

Me refiero a esa etapa de las hijas e hijos que acuden a las universidades, que se les ha dejado en un total abandono, dejando de existir esa vinculación o cercanía que se tenía hace años entre universidad, y padres de familia. El único conocimiento que tienen los padres es que saben a qué universidad asisten y cuánto hay que pagar sobre todo en aquellas privadas o particulares.

Ha quedado enterrado aquella vinculación cuando el Director de la institución educativa universitaria llamaba a los papás de sus alumnos para que fueran en compañía de sus hijos asistir a la universidad en donde eran reunidos en el auditorio de cada plantel para explicarles los pilares y metas a lograr de acuerdo a la filosofía de cada universidad el cual serviría como la guía y formación de sus hijos durante su preparación profesional y futuros egresados universitarios.

Ya no existe esa cercanía entre miembros de la universidad, padres de familia y alumnos, es decir, acompañado de sus hijos en donde se les decía el rumbo hacia donde estaba proyectado la misma institución educativa, así como sus principios y valores que tendrían los futuros profesionistas.

Algo que equivocadamente se piensa que es exclusivo durante la educación preescolar, básica primaria, y básica secundaria y media. Pero ya solo llegan a la universidad y esto queda en el olvido como si no fuera importante o del interés de muchas mamás o papás.

El principal propósito cuando existía esta vinculación entre universidad, padres de familia, y alumnos, era el establecer la confianza de parte de la familia que le permitiera y tuviera la oportunidad de acudir a la dirección de la universidad para conocer sobre la situación educativa de su hijo.

La última reunión de padres de familia acompañados de su o sus hijos realizada por universidades públicas y privadas, fue hace más de veinticinco años, según lo recuerdan algunos maestros y profesionistas ahora egresados.

No se sabe cuándo se volverá escuchar de alguna universidad en donde un director retome nuevamente esa vinculación entre la institución educativa y padres de familia. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva) www.intersip.org