Dinero al asalto del poder en Estados Unidos
La Habana (PL) El primer debate de los aspirantes republicanos para llegar a la presidencia de Estados Unidos, celebrado el 6 de agosto en Cleveland, Ohio, abrió también la carrera por el dinero de los intereses especiales y los grandes donantes que en cada ciclo electoral asaltan el poder en el país.
Unos días antes, cinco figuras republicanas acudieron a un hotel de lujo en California para cortejar las arcas de Charles y David Koch, los hermanos más ricos del país, que prevén gastar 889 millones de dólares en campañas conservadoras para las elecciones de 2016.
Los hermanos ocupan el sexto puesto en la lista de los más ricos del mundo, según la revista Forbes, con una fortuna de 42 mil 900 millones de dólares.
Su papel en la política estadounidense no es nada despreciable y en los últimos años destacaron por alinearse con las causas más conservadoras, ya sea en el Congreso hoy dominado por los del llamado partido azul o en cruzadas contra el gobierno del primer presidente negro del país.
Aunque expresan que no darán apoyo formal a ninguno de los
aspirantes republicanos durante las primarias del partido, es llamativo que muchos de los que llegaron al complejo vacacional de Dana Point (California) son portadores del mensaje más conservador en la carrera por la Casa Blanca.
Los precandidatos Jeb Bush, Marco Rubio, Ted Cruz, Scott Walker y Carly Fiorina acudieron a la reunión anual de simpatizantes de los hermanos Koch, donde estaban presentes unos 450 donantes republicanos.
Algunos se preguntan si fueron a buscar dinero o a ofrecerse cada uno como el más potable para asaltar el poder, algo que el tiempo dirá, o tal vez el voto de noviembre de 2016.
Los Koch pertenecen al ala más conservadora del Partido
Republicano y llevan años invirtiendo parte de su fortuna en campañas legislativas y presidenciales, además de ser promotores y financistas de movimientos como el conservador Tea Party.
En el retiro de California, organizado por la Cámara de Comercio Freedom Partners, instaron a los donantes del partido a unirse a su esfuerzo y hacer presión a favor de causas conservadoras desde ahora hasta 2016.
«No podremos hacerlo sin ustedes y muchos otros. Rezo para que ustedes nos ayuden en esta lucha a largo plazo, de vida o muerte, por nuestro país», dijo Charles Koch a los donantes que unirán esfuerzos por la causa republicana.
La fuerza del dinero es desproporcionada en Estados Unidos. En esos días que los Koch estaban a la carga, un ejemplo ilustró el problema.
Un grupo que apoya el acuerdo de potencias mundiales con Irán sobre su programa nuclear ponía en juego cinco millones de dólares para ayudar a obtener el respaldo del Congreso.
Mientras, el Comité Estadounidense-Israelí de Asuntos Públicos (AIPAC), de tendencia republicana y tal vez muy vinculado a los Koch, gastará cerca de 40 millones de dólares en sus acciones de desacuerdo.
Pese a lo que dicen que no habrá apoyo a ningún candidato de su entorno, sí se espera que sus filiales políticas entreguen suculentos cheques a los comités políticos asociados con precandidatos específicos, los famosos super Pacs.
Durante la presentación de sus credenciales, el senador Marco Rubio, un favorito del Tea Party, atacó a la demócrata Clinton al asegurar que fue irresponsable al usar un servidor privado de correo electrónico durante su gestión como secretaria de Estado (2009-2013).
Omitió hablar de su coqueteo con el tema migratorio cuando formó parte de un grupo bipartidista que presentó un proyecto de reforma integral del que se apartó para evitar «males mayores».
Extrañamente Donald Trump no fue invitado a dirigirse a los
principales donantes conservadores que se reunieron frente al mar en California. Aquí algunos dicen que Trump tiene su propio dinero y no dependerá de la maquinaria poderosa de los hermanos Koch.
El mismo fin de semana, el 2 de agosto, el puntero en las
encuestas entre los republicanos ironizó sobre el encuentro en su cuenta oficial de Twitter. «Deseo buena suerte a todos los aspirantes republicanos que viajaron a California a mendigar dinero, etc., a los hermanos Koch. ¿Títeres?», escribió.
En su tradicional lenguaje incendiario que mantiene conmocionado a sus rivales, el magnate inmobiliario lanzó una estocada al exgobernador de Florida, Jeb Bush, el senador de Florida Marco Rubio, el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, el senador Ted Cruz y la ex presidenta ejecutiva de Hewlett Packard Carly Fiorina.
Con ese lance contra rivales y financistas que tratan de comprar influencia, Trump atacó la integridad de los cinco candidatos favorecidos por los Koch y según la cadena CNN podía estar pidiendo una pelea.
Es evidente que los Koch preparan otro asalto al poder en Estados Unidos. En ese sentido a lo largo del encierro en California lograron que unos 450 donantes prometieran sumas de seis cifras para integrarse a la organización Freedom Partners, para apoyar su política y objetivos para el ciclo 2016.
Asimismo el Fondo de Acción Libertad Partners, el super PAC
vinculado al grupo paraguas de la organización Koch, planea gastar 100 millones en este ciclo electoral.
Por otra parte Americanos por la Prosperidad, algo que suena a Bush, planea gastar al menos 75 millones de dólares para llevar su mensaje a los electores este año y el doble de esa cantidad, 150 millones, el próximo año.
Todo este despliegue evidencia que la red Koch ya tiene sus
elegidos (Cruz, Walker, Rubio, Bush y Paul), y para no quedarse sin féminas Fiorina, para asaltar el poder en Estados Unidos.
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