Detrás del telón turístico Caribeño
La visita del presidente de Cuba, Raúl Castro, a nuestro país el viernes pasado fue la primera que hace desde que asumió el poder de su primer periodo en el 2006 e iniciando su segundo periodo de cinco años cada uno, debió de haber sido con mayor importancia e impacto su presencia, sin embargo, fue todo lo contrario.
Se dijo mucho en pocas líneas pero a la vez nada, en donde simplemente su anunció como el último período que estaría al frente como mandatario de la isla caribeña; se firmaron acuerdos comerciales entre ambos países, salud, educación y migratorio, pero sin entrar en detalles. Así como la entrega por parte del gobierno de Yucatán de la medalla “General Salvador Alvarado”, como la máxima distinción que otorga el gobierno yucateco a los visitantes distinguidos o personas destacadas de la entidad.
Merecido o no la medalla, aunque sí irrelevante para los ciudadanos de Cuba ya que su verdadero rostro siempre se ha escondido detrás de un telón turístico ante el mundo.
Para quienes han tenido la oportunidad de visitar Cuba en un plan de turista siempre se les ha mostrado lo que el régimen comunista de la Isla caribeña ha querido y le conviene ante la imagen de los demás.
No se le puede negar que tienen muchos lugares, paisajes e incluso playas muy bonitas y que La Habana nueva considerada y pensado solo para el turismo, conserva todavía ese aire de la Cuba de los años treintas y cuarentas sobre todo con aquellos vehículos representativos de esos años.
Pero detrás de toda esa fachada turista hay otro rostro de la cual muy pocas personas han tenido la oportunidad de conocer o mejor dicho el privilegio para darse cuenta de una realidad la cotidianidad de los cubanos.
Los mitos se rompen y las leyendas urbanas también cuando se convive entre la gente de allá. Pero de algo si se puede estar seguro que los cubanos son gente muy agradecida, cordiales, serviciales, atentos, pero sobre todo sencillos en su manera de ser.
Existe mucha pobreza y carencia entre los habitantes de la Isla caribeña en donde la pelea diaria no es la búsqueda de la riqueza sino la prioridad está en los alimentos en donde hacen hasta lo imposible para tener comida en donde para poderla adquirir son contados los mercados al aire libre en donde su moneda conocida como “Chavito” ha perdido su valor superándolo la otra moneda utilizada que es el CUC, en donde 24 Chavitos o pesos cubanos equivale al valor de 1 CUC, traducido en pesos mexicanos a 16.91M.N.
Aquellas tiendas conocidas como las del Estado como son la panaderías solamente pueden entregar una pieza de pan por cada miembro de la familia, la carne de res está prohibida a la venta para los cubanos y el matar una vaca lo pagan con cárcel siendo más penalizado que matar a una persona, lo mismo sucede con la langosta ya que ambas son exclusivas para el turismo.
En cuanto sus playas los pescadores solamente tienen derecho de pescar para su familia no más de tres libras y solamente en las orillas del mar porque está penalizado y en caso de sacar más pescado de lo permitido se les es confiscado mientras que el turista tiene permiso de poder pescar fuera de las orillas del mar o ríos, es decir, ellos si pueden ir mar abierto.
Diferente a lo que se puede considerar en nuestro país como “mercado negro” en donde el tipo de productos que se comercializan predomina la tecnología, ropa en los diferentes “tianguis”, existiendo también el tráfico de armas, municiones, y droga, en la Isla caribeña en las afueras de La Habana en sus provincias predomina como principal comercio de alimentos dejando a un lado lo demás.
En las noches es cuando inicia éste tipo de comercio en donde participan principalmente las tiendas del estado en donde solamente entre los mismos locatarios de confianza y aquellos cubanos que tienen un poco más de dinero para poder pagarlo compran pan que se les hace llegar a su domicilio ya sea a pie, en bicicleta o carreta. Lo mismo sucede con la leche, el huevo, el yogurt, arroz, frutas, entre otros productos en la cual quienes manejan estos negocios pueden trabajar desde la noche hasta en la madrugada para su transporte sin que las autoridades puedan intervenir o darse cuenta de ello.
Para los cubanos los mexicanos son considerados como gente muy blandas en donde comparados con ellos la vida de un cubano no tiene comparación siendo más duro vivir en una “cárcel chiquita” como ellos le llaman por no poder salir de la Isla caribeña de manera legal siendo prisioneros de su propia Isla natal sin oportunidad de poder mejorar su calidad de vida fuera de ella en donde todos han escuchado historias del sueño americano porque ganan en dólares siendo ésta la moneda con mayor valor sobre todo cuando se trata de billetes de cien dólares porque de otras dominaciones valen menos para poder intercambiarla con el mismo turismo. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org
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