
Detrás de los números binarios
Por Guillermo Robles Ramírez
Las redes sociales son por mucho la nueva forma de expresarse, darse a conocer, hacer amigos, mostrarnos tal como somos, lo que en algún tiempo antes de toda esta apertura se le llamó, “chismógrafo” que eran escritos en un sencillo cuaderno “polito” en el que venía marcada nuestra vida privada, nuestros gustos y aficiones y donde en una hojeada nos dábamos cuenta de cómo es la persona dueña del querido diario público.
Hoy hasta MySpace, Badoo, han quedado en el pasado siendo lo de hoy Facebook, X, Instagram, Threads, y Tik Tok, las más populares entre la juventud en su mayoría, pero cada vez se suman más adultos y generaciones de la tercera edad. Un espacio de números binarios, en donde los dígitos 0 y 1, transformados por la ingeniería son fundamentales para las redes sociales, pero dicho de esta manera no deja de ser un mundo virtual que se ha convertido desde la mejor amiga, amigo, y hasta el extremo el peor de tus enemigos, pero siempre está ahí para ser escuchado ya sea para bien o en espera de una víctima para hacer daño.
Queda claro que el mundo de los cibernautas es tan amplio que más se tarda uno en subir un tema, foto o noticias que en ser recogido y reconocido por millones de navegantes en todo el mundo.
Es este universo virtual e intangible de las computadoras donde a través de un “clic” se pueden hacer amigos, pero también queda claro que de esos miles de seguidores, cientos de ellos pueden convertirse en tus enemigos.
Nada apartado de la realidad es el film de David Fincher “La red Social” que habla de lo peligroso que puede resultar el Facebook del cual cada que entras al ordenador, al aparecer un nuevo prospecto de amigo, basta con aceptarlo para incrementar tu lista.
Las relaciones intrapersonales dejaron de serlo desde hace algunas décadas, pero en los últimos años con la aparición del monstruo del Facebook, Instagram, Threads, y Tik Tok cada joven se encierra en una burbuja que es reventada de manera brusca cada vez que cae una persona en problemas o es enganchada, es decir, enajenada de su vida a causa de las redes sociales.
Esto queda demostrado una y otra vez y no entendemos, seguimos dejando a nuestros hijos navegando en ese falso “socialite virtual”; alimentándolo con lo que nosotros no queremos escuchar, ver ni entender, porque si nos preguntáramos. ¿Hace cuanto no nos bajamos al nivel de nuestros hijos, e hijas y nos detenemos a la vertiginosa marcha de nuestro vaivén diario, de nuestras actividades, para saber cómo están y qué quieren decirnos?, pero muchos parece que podríamos no poder contestar.
Actores y cantantes son balconeados, políticos descobijados, delincuentes descubiertos por el ente de las redes sociales que cada día cobra tamaños exorbitantes pidiendo más y más contenido morboso de la que no debemos permitir sean parte nuestros hijos.
La necesidad de ser escuchados y la constante competencia de ser seres humanos que necesitan socializar por naturaleza, sin embargo nuestra parte de ese nacimiento con características sociales nos ha traicionado para ver quién tiene más amigos y agregar a personas totalmente desconocidas y lo peor contarle acerca de tu vida privada convirtiéndonos en potenciales víctimas del desconocido, o bien, apostarle que el mejor de los escenarios es con el desprestigio, pero el peor siendo presa del crimen organizado, un violador o delincuentes de la pornografía.
El mayor peligro de estas redes sociales es el de una sobreexposición de la intimidad y el de una excesiva consideración en la forma en la que se muestra en el perfil como si fueras un producto detrás de una vitrina. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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