Desafío:Los Salarios Justos

*Los Salarios Justos
*Cataclismo Próximo
*No Existe Imposible

Propone Miguel Mancera Espinosa,, jefe de gobierno del Distrito Federal, un aumento escalonado para los salarios mínimos con el propósito de que éstos se eleven, en diciembre de 2018, al término de su sexenio, a ciento setenta y un pesos diarios. Sería, desde luego, una noticia excepcional para millones de trabajadores de la Zona A, cuyos ingresos actuales –el más bajo es de 67 pesos con veintinueve centavos en la región central y de sesenta y tres pesos con setenta y siete centavos en la B-, colocan a la mayor parte d los mexicanos muy por debajo de los índices de miseria en el mundo y a la cola de las naciones latinoamericanas. En Uruguay, por ejemplo, el mínimo es de cinco mil pesos mexicanos al mes. 
Hace unos días tuve ocasión de conocer al Cónsul de Uruguay, Dr. Leonardo Traversoni, quien me aseguró que el proyecto de su país en la materia había sido de los más exitoso porque se confió en la capacidad de los trabajadores que son debidamente alentados y no sobre explotados con cargas inhumanas y condiciones peores, digamos como las de los mineros del “Grupo México”, en donde existe el mayor contraste imaginable entre la fortuna de su principal accionista, Germán Larrea Mota-Velasco, la segunda del país, nada menos, y sus obreros obligados a realizar jornadas de alto riesgo, incluso vadeando los límites de la muerte o falleciendo en labores de servicios como sucedió con los pulverizados mineros de Pasta de Conchos. Ya sé que suena terrible, pero es la verdad.
–Lo interesante de todo esto –me confió el Cónsul-, es que cuando se paga a los trabajadores lo justo, las ganancias de las empresas se multiplican de una manera importantísima: hasta tres o cuatro veces. Es decir, ganan más aunque paguen mucho más. 
No es una mala inversión la justicia social, por tanto, como creen algunos industriales y empresarios mexicanos de mente corta y manos muy largas, sobre quienes recae la tremenda responsabilidad acerca del destino de quienes están a su servicio. Claman, sí, por mantener por debajo los estándares salariales para poder con ello tener margen con miras a crear, dicen, nuevos empleos; sin embargo, el déficit de fuentes de trabajo aumenta, día con día –el mes pasado la tasa de desocupación llegó al 21 por ciento, en niveles cercanos a los de la España actual con crisis aguda-, mientras el gobierno peñista anuncia, pomposamente, que creará seiscientos mil empleos este mismo año. Lo malo es que se requieren, ahora mismo, un promedio de dos millones y medio para poder captar la mano de bora suelta. Las distancias son enormes.
El plan de Mancera, que incluye aumentar el salario mínimo en 2014 a ochenta y dos pesos con ochenta y seis centavos, un veinticinco por ciento más aproximadamente, podría resultar un experimento exitoso al corto plazo si se eleva con ello, igualmente, la capacidad productiva de los trabajadores cuyos incentivos, claro, servirán para corresponder con obras y esfuerzos de mayor calidad y con una gran celeridad. A vuelo de pájaro nos parece una excelente posibilidad sobre todo porque cuando las distancias entre el capital y el trabajo se ahondan surgen los conatos de rebeldía y los subsecuentes golpes de terror. Indeseables siempre y cuando no haya motivo para ellos; y, por desgracia, cada día crecen las razones por las cuales la inmensa mayoría de los mexicanos está ya en rebeldía cívica, cuestionando severamente las reformas y demás decisiones del régimen peñista.
En un plano distinto, es interesante hacer constar, ya que citamos al nefasto Grupo México –entretenido en expandirse en diversas ramas industriales-, la exoneración del cacique del sindicato de mineros, Napoleón Gómez Urrutia, quien debió refugiarse en Canadá, obteniendo la respectiva nacionalidad, en el tramo final de los ocho años, desde febrero de 2006, que debió guarecerse de la fura, primero, de los señores fox, y después del ignorante calderón quien prefería eludir los temas controvertidos para no complicarse más la vida. Por eso cuando se habla de “victorias morales del PAN” no puedo sino lanzar una carcajada porque con ello confirman su endeble posición y la alta cobardía de quienes han surgido de su seno para mal gobernar al país. 
Lo anterior nos lleva, de manera obligada, a un cuestionamiento serio: si Gómez Urrutia no es culpable –sobre todo de los pésimos pertrechos de los obreros de la minería cuyo sindicato él encabeza debiendo velar por mejores condiciones laborales-, ¿entonces a quiénes responsabilizamos por las muertes de setenta y cinco mineros a partir del estallido de Pasta de Conchos en donde, por demagogia pura, se simuló un rescate imposible porque las altas temperaturas fueron mayores a las de una incineración, por ejemplo, de no más de tres horas? Por supuesto, no hay más que voltear hacia el siniestro Larrea Mota-Velasco, quien ya acumula en sus haberes ¡catorce mil setecientos millones de dólares! A cambio de ello, sus trabajadores, literalmente, se mueren. 
Y no sólo eso, ¿acaso se va a dar vuelta a la hoja sobre los derrames de cuarenta millones de litros de diversos tóxicos a los ríos Sonora y Bacanuchi, contaminando a una amplia región? El responsable de semejante polución del medio ambiente es, igualmente, el ya citado Grupo México, cuyo descaro y complicidades no tienen límites en plena debacle de la moral política. ¿Quiénes, tan poderosos, están detrás de Larrea para blindarlo d esta forma que hiere las susceptibilidades y guillotina a toda forma de justicia?
Y ahora que lo medito, ¿no será el caos actual, sometido el país a la violencia y a la inseguridad general, el mejor argumento para posibilitar el retorno de quienes ya estaban instalados en el pasado? Peor todavía: ¿cuántos de los presuntos “redimidos” maniobraron, debajo del agua, para agravar la descomposición general hasta el grado de extender la nostalgia por el pasado y los autoritarismos? Sólo a un genio del mal se le hubiera ocurrido llegar a tanto; para infortunio nuestro, la mente perversa capaz de fraguar tan complejo escenario… existe y tiene nombre. 
Llegan los rumores de que el PRI, incapaz de renovarse y buscar opciones que le rediman de sus antiguos pecados, pretende apostar por los ex mandatarios federales. De esto los mexicanos han padecido mucho más de la cuenta. 
Por cierto, desde hace dos años, corren los rumores de que carlos salinas quiere volver a la palestra y convertirse en candidato. ¿Por qué no si Humberto Moreira pretende lo mismo? La especie ya se filtró para medir reacciones y sopesar, de plano, si la “medicina” en pro de la amnesia colectiva ya había hecho efecto sobre una sociedad desinformada y ahíta, cansada diríamos mejor de las recurrentes simulaciones y de los reiterados fraudes contra el colectivo en estado de indefensión contra la violencia callejera y la política rupestre que sigue dibujándose en las cuevas de la inteligencia estacionada en la prehistoria. 
Debate
No sé ya cuantas oportunidades han perdido los priístas de construir una plataforma separada de las mafias ex presidenciales. Perdido el faro de la autocracia, que guiaba a los disciplinados hacia la casona de Los Pinos, la dirigencia de este partido optó por buscar a sus antiguos iconos. No importó que, como parte de las transiciones sexenales, se les hubiera linchado a la vista de un pueblo ávido de sacrificios a la usanza de Huitchilopoxtli. Las redenciones vinieron bien porque, tras la esperada alternancia en el Ejecutivo federal, los sucedáneos, los panistas, no sabían gobernar y recurrieron a ellos para resolver, o intentarlo, los grandes desafíos. 
Los fox se acercaron a salinas y protegieron a ernesto zedillo, el gran simulador, quien fue el primero de la larga lista de mandatarios en no ser llevado a la guillotina histórica entre el desprecio público; más bien se le exaltó como proveedor de la incipiente democracia que, se dijo, comenzó en 2000 cuando alrededor de nuestro Ángel de la Independencia las banderas blanquiazules saludaron al vencedor que proclamó al cambio como esencia del mandato por iniciar y luego lo arrinconó para desarrollar el continuismo con el responsable acento de los gerentes. 
Menos mal que con el PRI hegemónico en el poder, y gracias a la sabiduría del Constituyente que canceló la reelección presidencial para finiquitar al México de los caudillos, cada seis años se borraba la esfinge del mandatario saliente para asegurar la devoción al entrante. Eso era antes; ahora ni siquiera eso: se apuesta por la continuidad y se protege a los predadores del pasado mientras estos construyen sus propias plataformas y hasta templos faraónicos para autoexaltarse. No habíamos llegado antes a este extremo de cinismo y tal no puede endilgarse, de modo alguno, al pernicioso pasado priísta.
El PRI, en fin, no fue capaz de construir andamiaje alguno que le permitiera ganar autonomía y renovar cuadros tras los necesarios ejercicios de evaluación y los consiguientes juicios contra algunos de sus miembros más conocidos, los ex presidentes en primer lugar. Era indispensable hacerlo, no como una rutinaria “cacería de brujas” –el sambenito para descalificar el reclamo de justicia protegiendo a los sinvergüenzas-, sino como acción elemental para derruir los cimientos podridos antes de intentar construir un nuevo edificio. No se hizo y las mafias del pretérito acabaron posesionándose del presente.
Nunca más oportuna aquella leyenda que observé pintada en los muros de la Facultad de Derecho en 1971, tras los sucesos del 10 de junio:
–Díaz Ordaz, regresa; te perdonamos.
Ahora, los panistas incapaces han posibilitado que el perdón se extienda a los demás predadores, a los suyos y criminales que les acompañan. ¿Y así quieren regresar al palenque, perdiendo credibilidad? 
La Anécdota
Una tarde, a finales de 1992, le expuse al entonces secretario de Gobernación, el legendario Fernando Gutiérrez Barrios –quien se separaría del cargo en enero de 1993-, la puja que ya sostenía el cacique yucateco víctor cervera para retornar al gobierno de su entidad basándose en una reforma apócrifa a la constitución local que posibilitaba a quien había sido mandatario interino a serlo constitucional “pasado un periodo”. Un burdo procedimiento con dedicatoria exclusiva y contrario al espíritu del Constituyente. cervera había sido gobernador entre 1984 y 1988 tras la caída, por él apurada, del general Graciliano Alpuche Pinzón.
Gutiérrez Barrios se quedó muy serio y me respondió:
–Hay cosas que, en política, son imposibles. Y eso que usted plantea lo es. No puedo imaginar un desenlace así, tan burdo.
En 2005, cervera tomó posesión como gobernador tras unos comicios desaseados. Gutiérrez ya no despachaba en el Palacio de Bucareli y salinas había dejado la Presidencia. El gran simulador, zedillo, puso de esta manera su sello “democrático”. Y, desde luego, el PAN, defraudado entonces, ya le perdonó. “Pudo más el interés que el amor que te tenía”.
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Web: En construcción
E-MAIL: loretdemola.rafael@yahoo.com
ESTE SEPTIEMBRE SERÁ EL DE LOS JALONEOS PARA MEDIR EL TEMPLE DEL MANDATARIO EN FUNCIONES Y SABREMOS HASTA DÓNDE LLEGA SU ENFERMEDAD; Y EN DICIEMBRE, TOMEN NOTA LOS AMABLES LECTORES, VENDRÁN ALGUNOS AJUSTES ENTRE MAFIAS, ENTENADOS Y CÓMPLICES. NO SÉ SI SERÁ PARA BIEN

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