Desafío: Mentiras por Día

  • Mentiras por Día
  • Princesa Cautiva
    Por Rafael Loret de Mola

Los apotegmas simplistas caen estrepitosamente, aunque de cumplirse resultarían en una transformación estructural excepcional esto es como si los principios de la Carta Magna fueran llevados a la práctica sin intérpretes felones de por medio; no habría un cambio mayor en México que cumplir, como establecieron los Constituyentes de 1917, las normas fundamentales de la República entre ellas la soberanía –que debiera ser autonomía- de las entidades federales y la separación jurídica entre los poderes de la Unión que, en conjunto, forman el gobierno del país.

Nos habló Andrés Manuel, en uno de tantos falsos “informes” desde que asumió la Presidencia hace 31 meses y una semana –vamos contando el tiempo dramáticamente-, de que la economía había tocado piso aduciendo que ello se debía al incremento de las remesas de los mexicanos en el exterior. Habló de un alza en la materia del 13 por ciento a través del año de la pandemia y de un récord del 18 por ciento en mayo pasado. No dijo, claro, que tal era una vergüenza por cuanto la dependencia de los pobres ingresos de nuestros coterráneos, a quienes pagan mucho menos por trabajos similares que lo recibido por obreros estadounidense ni tampoco que los vaivenes del peso ante el dólar –en mayo estuvo en su peor momento-, determinaron la nueva valoración en pesos. Esto es como si nadie supiera aplicar los hechos a las matemáticas simples.

También alegó que había construido cien universidades en el periodo. ¿Alguno de ustedes, amables lectores, las conoce? ¿En dónde están? ¿Tienen cimentación académica o son solo fachadas para esconder a los patitos? Y 54 mil escuelas fueron atendidas aunque no hay quien pueda indicar sus nombres y ubicaciones cuando sabemos que cientos de escuelas públicas se construyeron sobre terrenos baratos como consecuencia de que por allí pasan los ductos aguijoneados de PEMEX, incluyendo la de Tepetitán, Tabasco, en donde estudió el inmune mandatario que no requiere de cubrebocas y extiende con su ejemplo el mensaje sobre la falsa “debilidad” de una pandemia cuyo saldo ya rebasa los treinta mil muertos y sitúa a México entre los tres primeros en el mundo en esta dolorosa materia.

¿Qué decir de las mentiras en torno a los aeropuertos, el de antes y el de ahora, de la CDMX? Dijo que por construir e de Santa Lucía el erario ahorraría 121 mil millones de pesos. La realidad es otra: terminar el de Texcoco –en donde los trabajos siguen misteriosamente-, habría significado una inversión de 8 mil millones de dólares, tres mil menos que los costos originalmente estimados para el virus de la corona en manos de los militares, el llamado Felipe Ángeles.

No tuvo óbice en mencionar al tren maya como lumbrera de su administración –con sus 900 kilómetros de vías-, pese a que la fase uno está detenida por órdenes de un juez chiapaneco que atendió las protestas de las etnias por los presuntos daños al ecosistema. Y lo miso va para el corredor transístmico. Burla sobre burla.

Para colmo alega que es el presidente “más insultado”. ¿Ya olvidó durante cuantos meses, no sin razón, señaló a Fox como “chachalaca” y traidor, incordiándolo diariamente; ¿y los epítetos contra Calderón, el espurio favorito de AMLO durante todo su sexenio? No digo que no los merecieran pero se trata de medir las ofensas “a la autoridad” que ahora exige sea intocable quien más escupió sobre ella.

¡Ay, Andrés! ¿Podrás siquiera recuperar la memoria?

La Anécdota

España vive del cotilleo –el chisme- para paliar su enorme división ideológica entre los franquistas disfrazados, dentro de los cuales anotamos a los monárquicos, y los liberales que van y vienen confusamente.

Hoy día todos andan muy preocupados porque la princesita Leonor, la “Barbie” española y heredera de trono al morir su padre o retirarse, ¡ya tiene novio y dice estar enamorada de un chico extremadamente rico! Muy conveniente para la miserable Corona aunque su madre, Letizia, la misma disoluta que fue en México, haya puesto todas sus energías en velar por la castidad de la quinceañera. Además, le prohíbe usar más de la cuenta el Internet apenas se enteró del suceso y la chica de La Zarzuela debió pedirle a la otrora plebeya, la Leti le dicen o “la cerilla” por lo delgada, un permiso ¡de rodillas!

Pobre princesita. ¿Quién le asegura que va a reinar a una nación profundamente dividida? Es más fácil que AMLO pretenda convertirse en emperador a la manera de Iturbide.

¡Virgen de las siete palomas!


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