
Desafío: Los Trueques del PRI
- Los Trueques del PRI
- Asamblea sin Consenso
- La Tibieza de MORENA
Nadie duda que los sufragios no señalaron la ruta de los comicios fraudulentos –lo fueron desde el preámbulo oscuro de reparto de despensas, dinero sobre todo en manos de carroñeros, alianzas turbias y descarada compraventa de voluntades-, sino que el andar de la clase gobernante sirvió para exaltar negociaciones soterradas para hacer digerible la derrota priísta al mandatario de la República en franco pulso con “su” dirigente priísta, Manlio Fabio Beltrones, quien cantó pronto la derrota, deslizó que ésta era resultado de las “malas gestiones” gubernamentales buscando asimilar el fracaso, el suyo propio, a la vista de los triunfos de una derecha, el PAN –con su acompañante el PRD amorfo-, convertido en el NUEVO PRI. No es lo mismo porque las mañas son superiores y las imposiciones también.
¿Debió Manlio, en esta perspectiva, negociar con el PAN-PRD la gubernatura de Veracruz –una de las entidades claves por su elevado Padrón de más de cuatro millones de registrados-, para asegura el “triunfo” del junior efebo, Alejandrito Murat, en la sitiada Oaxaca? Nadie en ésta región, tan rica en cultura y folklore, puede explicarse los vaivenes en los escrutinios que fueron acomodándose a los deseos presidenciales, como estaba previsto, sin importar la voluntad del colectivo y su desesperada afluencia para modificar la consigna.
El fraude mayor será, sin duda, que gobiernen quienes tienen un consenso mayoritario en contra –todos los electos el domingo 5-, bajo el supuesto de una democracia de minorías y con la piel crispada de la mayor parte de los mexicanos. Claro, tal circunstancia sólo puede darse cuando los acuerdos de la partidocracia asfixian a los sufragios y los envuelven en una gruesa capa de inequidades. Ninguno de esos mandatarios puede llamarse demócrata ni, mucho menos, decirse vencedor cuando sopesa la repulsión de la mayor parte de sus gobernados… desde el inicio.
Lo de Veracruz es, sin duda, la herida más grande. ¿Es culpa de los veracruzanos? En buena medida, sí. No pocos votaron con temor y desorientados creyendo las bufonadas del reptil Yunes Linares, un pillastre de siete suelas, y cansados, eso sí, de un priísmo que consintió llegar al final de su gestión al peor gobernador de las últimas décadas, no sólo en su entidad sino considerando a todos los mandatarios estatales del país que son y han sido. ¿Tiene algún sentido haber convertido la contienda en un duelo de familia, con actores como el senador Fernando Yunes Márquez, remedo de panista por la vía del nepotismo y descarado portador de maletas rebosantes de dinero y armas en la hora climática de la jornada electoral? Sólo falta que el junior se sienta ofendido y denuncie su arresto de horas porque no fue respetado como legislador ni amparado por el sucio fuero bajo el cual cobija sus inmoralidades.
Y pue3de decirse lo mismo del efebo Murat, ganador en Oaxaca pese a la evidente oposición de los oaxaqueños bien nacidos quienes no inclinaron la cerviz; todavía hace unas horas, su contendiente, José Antonio Estefan Garfias, insistió en la falsedad de los números oficiales, aseguró tener pruebas del fraude descarado y señaló hacia el centro del país acaso para iniciar la vía de la protesta… aunque los dirigentes del PAN y el PRD, seguramente, lo dejaran gritando en el desierto de la ignominia por haber acordado con el priísmo presidencial. No existe otra explicación posible.
En otras entidades, digamos Tamaulipas, la abstención fue severa y, pese a ello, el PAN se convirtió en insólito ganador acaso guiado por los oscuros intereses que resguardan las interrelaciones entre las mafias y la clase gobernante. Parece mentira que sean los panistas ganadores, incluso en Chihuahua, quienes mejor se acoplaron a la fuerza de los cárteles dominantes: Francisco Javier García Cabeza de Vaca y Javier Corral Jurado –impulsado éste gracias a los financiamientos de Slim y por ser “pareja” de una conocida y popular periodista llamada Carmen-.
En el plano anterior sigue el priísta Quirino Ordaz Coppel, tras unos extraños escrutinios que señalaron otra tendencia, al inicio del conteo, a favor del panista Martín Heredia Lizárraga quien, al final de todo, fue arrojado hasta el tercer sitio sin que nadie explicara su espectacular caída en unas cuantas horas en las que, incluso, el aspirante del Partido Alianza Social, Héctor Melesio Cué Ojeda, proclamó su victoria adelantándose a los hechos en un desbarajuste que confirmó los manoseos de números y la consumación fraudulenta. ¡Qué cochinero!
El mismo revoltijo se dio en Tlaxcala en donde tres partidos reclamaron el triunfo pero, al final, el PRI pareció apuntalarse cuando la pelea se daba entre las candidatas del PAN y el PRD; Lorena Cuéllar Cisneros, perredista, habló de impugnar los resultados antes de conocerse siquiera la tendencia del programa de conteo rápido –una modalidad que acaba por confundir-, reconociendo, con ello, que las estadísticas no le favorecían; y la panista, Adriana Dávila Fernández, originalmente a la cabeza, acabó por sucumbir en plena marea de negociaciones y acaso para que la contundencia de la derrota priísta general no fuera tan extrema. Un estado pequeño también hace número y las damas rezagadas suelen ser más fáciles de amedrentar, sobre todo cuando no existe apoyo de sus dirigencias como en el caso del PAN.
Bueno, hasta en Hidalgo, uno de los estados con candados prístas más férreos, y con casi veinte puntos de diferencia a favor del priísta Omar Fayad Meneses –esposo de la actriz Victoria Ruffo quien protagoniza en estos días una telenovela, en Televisa claro, y es besada en pantalla frecuentemente con sus bien aprendidas dotes histriónicas-, el panista, Francisco Javier Berganza, ex cantante, se enfureció contra los conductores de TV Milenio alegando que contaba con actas totales favorables a él por varios puntos de diferencia. Acabaron por cortarle a la mitad alegando que decía falsedades acerca de las encuestas de la propia emisora. Descomposición total.
Y, finalmente, en Quintana Roo, se produjo otro golpe a Beltrones acaso por gracia de Los Pinos, al consumarse la victoria de Carlos Joaquín González, priísta de cepa y medio hermano del secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, contra el priísmo vernáculo empequeñecido por los negocios conjuntos de la cúpula de Los Pinos con el execrable gobernador Roberto Borge Angulo -¡a la cárcel!, gritan los quintanarroenses acordándose de Mario Villanueva Madrid, su predecesor, actualmente preso en una penitenciaría neoyorquina tras declararse culpable de delitos como el lavado de dinero y la asociación criminal-.
De esta tesitura, puede decirse que quienes votaron lo hicieron a tientas y con el temor por las advertencias recurrentes de que, de no hacerlo, serían perseguidos en estados en donde el control ya no se encuentra en las instituciones oficiales sino en las mafias con dominio territorial. Pero ni así lograron salvarse del flagelo mayor: el abstencionismo, nuevamente vencedor, como prueba irrefutable del hastío de la gran mayoría de los mexicanos. Siguen jugando con fuego en la cúpula a dos años de los comicios federales y, por ende, de la definición sobre quién será el próximo presidente: ¡ya hasta Andrés Manuel se pone corbata en contraste con su propia figura en retrospectiva, con tono de “primer magistrado”! Acaso por ello no quiere verse como un revoltoso reclamando, por ejemplo, la posible victoria de Cuitláhuac García Jiménez en la atenaceada Veracruz. Todo es cuestión de entenderé de cara al futuro.
Desplomada la izquierda, aunque MORENA sacara la cara en la Ciudad de México, en donde muy pocos se interesaron en el proceso en pro de los futuros asambleístas constituyentes –debería hablarse mejor de congresistas-, con un pobre porcentaje respecto al Padrón que no alcanza ni al diez por ciento de éste, el bipartidismo parece cortado a la medida de quienes están dispuestos a rematar al país y esconder las sucias manos.
No puede existir una perspectiva peor que la de un fraude, de principio a fin del proceso, contra la democracia. Pero el pecado cobrará penitencias. A todos.
Debate
Para constituir un congreso con verdadera capacidad para elaborar una nueva Constitución, en este caso para la recién nacida Ciudad de México con más de quinientos años de existencia, es necesario contar con elementos conocedores del derecho, la política y la literatura, esto es con capacidad para redactar la carta superior y definir sus prioridades antes de caer en bajas tibiezas propias de ignorantes.
Bien explicó Diego Fernández de Ceballos la procacidad de las campañas sobre el particular –“la constitución chilanga” se dijo-, y las escasas luces jurídicos de quienes se sentarán a debatir sin más esperanza que ser reos de la mayoría morenista, la de Andrés Manuel, con muy escaso conocimiento sobre leyes, aunque sus militantes están especializados en lo contrario: no respetarlas cuando así conviene a sus intereses cupulares –no copulares-.
En realidad, las expectativas son muy pobres. Sin capacidad para entrare al toro de la Constitución, y con escaso aval de la ciudadanía, el fraude será monumental como ocurre en las entidades que votaron el domingo 5. No hay forma de revertir lo ya hecho… pero sí de exigir, cuando menos, que los actuantes tengan un poco de dignidad y asuman sus limitaciones dialogando con quienes pueden auxiliarlos en el difícil trance por sus desconocimientos para elaborar un documento de la talla prevista.
¿Avanzaremos o lo contrario? Me temo lo segundo ante la displicencia de órganos electorales viciados y de un sistema que apenas camina empujado por la casa presidencial y unos cuantos ciudadanos cuyos votos son sólo requisitos para aparentar la democracia.
La Anécdota
En el caso oscuro de Veracruz –o Yuneslandia para los conocedores-, fue notoria la frialdad, incluso la abulia, del dirigente nacional de MORENA quien, de hecho, dejó morir solo a su candidato Cuitláhuac García Jiménez quien, además, no se atrevió a pronunciarse contra el troglodita Javier Duarte de Ochoa perdiendo con ello varios puntos de credibilidad.
El derrotero es lamentable en un océano de negociaciones de lo más sucias. Retrocedimos, perdimos, ¿seguiremos asimilando?
La suciedad es tanto que igualmente salpicó a las redes sociales
en donde los videos y mensajes fueron censurados o manipulados a placer.
Cada ve los espacios de libertad disminuyen para felicidad de quienes le han dado la espalda a México.
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