Desafío

Desafío: Formación Panista

*Líderes sin Salud
*Formación Panista
*Orígenes Extraños

El no muy lejano, 3 de diciembre de 2013 –hace menos de un año-, Andrés Manuel López Obrador sufrió un severo infarto al miocardio. Fue internado en la Unidad Coronaria del Hospital Médica Sur –por cierto, el mismo en donde murió, en 2000, Fernando Gutiérrez Barrios, a quien se señalaba como el personaje con mayor información y más abultados archivos del país; una especie de Edgar J. Hoover, fundador del FBI-, y tardó tres meses en recuperarse aun cuando sus reapariciones públicas debieron ser graduales, limitadas y con riesgos paralelos. Pese a ello, el icono de la izquierda resistió lo suyo, evitó mostrarse débil para superar cualquier intento de presentarlo como vulnerable restándole con ello sus posibilidades de ser candidato.
El actual mandatario federal, enrique peña nieto, fue operado de un cáncer de próstata en incubación, supuestamente detectado a tiempo, en el mismo centro hospitalario y unas semanas después de dejar, el 15 de septiembre de 2011, el gobierno del Estado de México. La información al respecto no fue divulgada y su ausencia fue disimulada con la propaganda que ya corría a favor de su precandidatura en las columnas periodísticas e incluso adelantándose a los tiempos previstos por el antiguo IFE para iniciar el proselitismo. Una multa de poco monto. Como ya era un hecho el lanzamiento del mexiquense –máxime cuando Manlio Fabio Beltrones Rivera, el único contrapeso, declinó de facto a la postulación al medir la tremenda distancia que le separaba de quien iba a la vanguardia, sin hacer alusión algunos a lo que ya sabía sobre la precaria salud del “futuro presidente”-, era indispensable cerrar las fuentes de información y encadenar el expediente médico del personaje cuál si se tratase de un asunto de seguridad para el Estado mexicano. Con ello, por supuesto, se confirmaba que algo no andaba bien al interior del señor peña.
La gravedad, sin embargo, se reflejó el 31 de julio de 2013, hace quince meses y medio, cuando ya como presidente, peña nieto debió internarse en el Hospital Militar para someterse a una riesgosa operación para extirparle algunos nódulos tiroidales, una de cuyas causas puede ser, precisamente, la expansión de células cancerígenas. De lo primero, digamos el predicado, se informó; del complemento no. Y, claro, cualquier nota relacionada con el tema está bajo los siete candados de la “transparencia” que, contra lo esperado, ha significado el mayor obstáculo para obtener la información avalada por los distintos niveles de gobierno.
Es obvio el deterioro físico del titular del Ejecutivo, apreciable a simple vista por su rostro demacrado y su delgadez extrema. Algunos alegan que es de tanto hacer ejercicio… pero no hay una sola gráfica en la que se le observe trotando, por ejemplo, alrededor de los jardines de la residencia oficial ni en ningún otro sitio, como acostumbran los jefes de Estado afectos a esta costumbre –indispensable diríamos-, cuando salen de sus respectivas naciones. Recuérdense los “maratones” en Agualeguas de los salinas y las carreras en bicicleta de zedillo quien, por cierto, no ocultó su disgusto cuando le ganó, rebasándolo en el último tramo, el entonces presidente del gobierno español, José María Aznar, en la hora en que México pretendía signar un tratado de libre comercio con la Unión Europea a cambio de reconocer la presencia de algunos miembros del ETA vasco en nuestro territorio y afincados aquí desde hacía varios años.
El caso es que zedillo cumplió, contradiciendo sus anteriores versiones, extraditando a los dirigentes “etarras” agazapados sin mediar proceso legal alguno, de la noche a la mañana y en la más tenebrosa oscuridad; pero Aznar optó por dar prioridad a su acuerdo bélico con los Estados Unidos antes de ocuparse de las posibilidades de los empresarios mexicanos para invertir allende el mar; eso sí, quienes llegaron del otro lado del mar océano sí que supieron aprovechar la apertura y se dieron a la tarea, paso a paso, de comprar bancos, empresas de comunicaciones e introducir el gas por cableado casi forzando a los propietarios de residencias en el Distrito Federal. Los beneficios siempre han sido para quienes negocian con nuestro singular gobierno. ¿Sólo mala administración?
En fin, peña sabe aguantarse y disimular sus dolores como ya l hizo, en la década de los sesenta del siglo pasado, Don Adolfo López Mateos quien, de plano, contaba con dulceras por cada rincón de sus oficinas, comedores y salas privadas, en las que se colocaban cientos de aspirinas destinadas a aplacar, por puños, los incesantes y tremendos dolores de cabeza del jefe del Estado. Y así fue hasta que dejó la banda tricolor a su sucesor, gustavo díaz ordaz, y entonces acabó sufriendo una aneurisma cerebral que fue dejándolo en estado vegetativo a través de varios años y hasta su muerte el 22 de septiembre de 1969 cuando todavía no cumplía los sesenta años.
Hace dos semanas, inesperadamente, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa, sufrió una severa arritmia que le sorprendió en plenas actividades. Y fue a parar al hospital ABC en donde se descubrió que tenía una cardiopatía más compleja de lo esperado inicialmente. Los médicos le ofrecieron dos caminos: el tradicional que representaba el imperativo de un largo reposo y varias sesiones; o bien, un método moderno en el que se encapsula al paciente para aplicarle diversos reactivos, cuatro en total, en una intervención que no lleva más de cuarenta y cinco minutos. Mancera, muy sereno, optó por lo segundo.
Y, desde luego, todo parecía ir bien, sobre todo los análisis clínicos previos, hasta la primera ablación cardiaca que consiste en crear, con rayos láser, pequeñas cicatrices que impidan el crecimiento del daño orgánico. Esto es como cuando debemos rayar el parabrisas del automóvil, cruzando las líneas, para evitar que se extiendan las grietas –tantas piedras en el camino- y se destruya el conjunto. Con tecnología de elite, los doctores realizaron la primera aplicación… y fue entonces cuando, literalmente, Mancera sufrió un infarto, paralizándosele el corazón unos segundos, hasta que pudieron estabilizarlo con fortuna.
Enseguida los especialistas allí presentes decidieron suspender el tratamiento a excepción del doctor Armando Ahued Ortega, precisamente secretario de Salud del Distrito Federal y muy afín al grupo de Marcelo Ebrard Casaubón quien también busca la candidatura del PRD a la Presidencia en competencia, si bien no abierta, con el propio Mancera. Y por decisión de Ahued al anestesiado jefe de gobierno le sometieron a una segunda ablación. Fue entonces cuando sobrevino la crisis mayor; el órgano vital del funcionario dejó de latir, tras un nuevo infarto que se observó como “fulminante”. Y no hubo más remedio que utilizar el bisturí para, a corazón abierto, extrayéndolo unos segundos del cuerpo, darle choques eléctricos para intentar que volviera a la vida. El milagro se logró demostrándose así un hecho obviamente alejado de las creencias de los izquierdistas radicales: existen cuando el Supremo Creador así lo determina.
Ahora vienen las secuelas. Mancera tiene órdenes de permanecer en descanso durante seis meses y ello podría dar lugar a la designación de un jefe de gobierno interino, en tanto la recuperación sea total; no obstante, el jefe del gobierno defeño no quiere dejar escapar su oportunidad histórica aunque, para ello, deberá apretar su agenda, limitándose a lo indispensable y alejándose de tumultos y mítines. ¿No es lo mismo que recomendaron a López Obrador sin éxito luego de su infarto? Pero Andrés Manuel apenas puso un pie en la calle y comenzó sus asambleas a todo vapor en pro del registro de su MORENA como partido político y debió viajar, en más de una ocasión, a ciudades alejadas del Distrito Federal, para reunir a los militantes necesarios para legalizar la presencia nacional de su nuevo instituto político, reacio a conciliarse con el PRD con el pretexto del Pacto por México, firmado por Jesús Zambrano Grijalva, entonces dirigente nacional de su partido, aun cuando el tal acuerdo no sirvió para absolutamente nada ni tuvo en la praxis desarrollo alguno.
El caso es que no pocos de los principales líderes del país –también mandatarios estatales como el caso del ahora vilipendiado michoacano Fausto Vallejo Figueroa-, tienen una precaria salud. En un caso, ello podría significar la ausencia adelantada del Ejecutivo federal, sin retorno posible y todo lo que ello conlleva para la transición; y en los otros dos, los más fuertes personajes de la izquierda están ya mermados físicamente, Andrés Manuel con sesenta y un años ya, y Mancera quien cumplirá cuarenta y nueve en enero próximo.
Desde luego, estoy seguro, los amables lectores estarán haciendo cábalas. Sobre todo por algunos elementos que les he proporcionado para el análisis. ¿Se trata de una conjura?¿O se está aprovechando el deterioro de tales personajes para asestarles los golpes mortales?¿Por qué se han enfermado tantos y tanto los mandatarios al sur del Bravo y hasta la Tierra de Fuego? No es posible, a estas alturas, hablar de casualidades.
Debate
Las fórmulas utilizadas generalmente por Acción Nacional para la selección de sus candidatos, no sólo el presidencial, nos recuerdan mucho el estilo del politburó soviético o la consejería de los Castro en Cuba. El alegato es bastante simple: a diferencia de las naciones en donde el voto del paria cuenta igual que el del héroe, en los comités cerrados de las naciones fascistas se estima necesario asegurar el peso de los grandes personajes para no desviar con ello la fuerza del poder concentrado en una sola voluntad. Una reminiscencia del priísmo hegemónico, sin duda alguna, que dio cauce al presidencialismo caciquil. Y cuando decidieron abrirse, para seleccionar al nuevo dirigente nacional, descubrieron que ya casi se habían quedado sin militantes: sólo 277 mil, en el filo de la navaja de su registro.
La democracia, por supuesto, es perfectible. Debe serlo en la medida en que evoluciona la sociedad y madura. Quedarse atorada, en las viejas trampas de las circunstancias pasajeras, es síntoma inequívoco de descomposición. Y es esto lo que está pasando con el PAN que, de pronto, se convirtió en gobierno sin contar con los controles necesarios para ejercerlo; de esta forma, los viejos vicios revirtieron contra la estructura gubernamental y los mandatarios, los fox y calderón, se sintieron enseguida acorralados, dentro de un berenjenal en donde no podían encontrar ni visualizar siquiera unja salida. Un laberinto de alta peligrosidad.
Nuestra democracia, la que intuimos ideal, no es la que nos ofrece el PAN del politburó o de los petí comité que pueden inclinar la balanza aun cuando la comunidad, en su conjunto, piense diferente y asuma que no puede procederse amafiadamente en la selección de su futuro abanderado (a) a la Presidencia. Por eso se han quedado con una muy reducida clientela.
La Anécdota
Manuel Gómez Morín, fundador e icono del PAN, una de las mentes preclaras del siglo XX además, deambuló siempre entre la incertidumbre de inclinarse por la izquierda o la derecha. Fue, además, secretario de Salvador Alvarado, el gran revolucionario que hizo del sureste su propio laboratorio socialista, e incluso de Plutarco Elías Calles cuando éste fundó el Banco de México.
Cuando joven, no dudaba en describir a sus amigos, la admiración que sentía “por la organización de los Soviets”, en cuanto a disciplina y eficacia, y proponía tal fórmula en busca de nuevas alternativas para nuestro país.
Así nació el PAN, entre confusiones ideológicas. Luego optó por lo clerical para cooptar a cristeros y fanáticos que se oponían a los extremistas de izquierda, como Tomás Garrido Canabal y sus “camisas rojas”.
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Web: www.trinchera.mx
E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com
NOS ESTÁ LLEGANDO EL AGUA AL CUELLO. SÓLO NO LO PERCIBEN QUIENES MANTIENEN SU ESTATUS CERCANO AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA. POR DESGRACIA, NOS PARECE QUE LAS PROTESTAS Y LOS ACTOS DE REBELDÍA CIVIL VAN PARECIÉNDOSE MUCHO, REPITIÉNDOSE, A LAS MARCHAS DE 1968 CUYO FINAL FUE TRÁGICO. AHORA ESPEREMOS OTRA COSA. YA ES TIEMPO DE QUE EL PUEBLO MEXICANO SALGA GANANDO.

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