Dejen la “modorra” a un lado

Por Guillermo Robles Ramírez

Se populariza cada vez más por parte de las familias coahuilenses, la compra de comida hecha comprada directamente en el establecimiento o bien ordenada por teléfono y entregada a domicilio. Y un crecimiento de un mercado que tomó fuerza después del Covid-19, que han sido las aplicaciones como Uber Eats, y Rappi.

Aunque si bien es cierto que los domingos aprovechando el día de descanso laboral, se convive en muchos de los casos con la familia, siendo la oportunidad de visitar a los familiares y fortalecer esas relaciones de familia, la verdad es que dentro de cada hogar mexicano lo descansa de manera diferente y hasta las amas de casa también, ya que quienes piensan que el hacer el aseo o ponerse a planchar en un domingo es de mala suerte. Por otra parte los papás es un día libre para sentarse o acostarse todo el día para ver el deporte en la televisión.

Algunos señores patriarcas de la casa se ponen de cocineros armando sus asadores o hay quienes tuvieron un dinerito extra mandaron hacer un asador con ladrillo especiales para el calor de las brasas o leña.  Pero sin importar del material del que este hecho se ponen a hacer su carne asada para toda la familia.

Hay quienes prefieren desde la comodidad de la casa solicitar algún servicio a domicilio predominando como preferencia la pizza, pero existe una gran variedad de comida rápida para disfrutar con la familia.

Sin embargo, igual de cierto es que frente al crecimiento de la comercialización de comida en restaurantes, fondas, en casas particulares, en la calle, etc., se ha hecho usual la compra de comida elaborada o acudir a los restaurantes, sin tomar en cuenta el enemigo número uno que es la insalubridad. Y es aquí en donde me cuestiono, ¿hasta qué punto es un factor obligatorio que se inspeccione la higiene de esos lugares?; y particularmente la elaboración de esos alimentos que se ponen a la venta y consumo del público.

No porque el establecimiento tenga colgado un permiso de las autoridades locales, hacendarias y salud pública; en una parte visible siendo generalmente detrás de la caja registradora, no significa que hayan sido verificadas de manera física, sino es el resultado de todo un proceso de burocratización de papeleo como se obtiene. En el mejor de los casos y aquellos pocos negocios en donde sí fueron visitados por alguna autoridad solo lo hacen en su apertura pero pueden pasar años sin volver a visitarlos.

Se desconoce si se cumple, que cualquier tipo de establecimiento que venda comida al público sin importar dónde están ubicados, dentro de un local o en plena vía pública, tienen que ser regulados por la Secretaría de Salud y dar cumplimiento a todas sus normativas con el fin de asegurar la sanidad y evitar cualquier sustancia que sea nocivo para la salud del consumidor que viene siendo su destino final.

Uno de los principales factores que deben cuidar estos establecimientos es evitar los roedores, ya que son portadores de muchos microorganismos, además que depositan excremento, orina, pelo y otras suciedades. También todo aquel insecto que busca el calor, la humedad y la obscuridad como suelen ser las famosas cucarachas.

Las bacterias son un problema más grave ya que no se ven a simple vista y éstas pueden causar hasta la muerte, a diferencia de los hongos que a simple vista son localizables indicando que existe material en estado de descomposición e indicando malas prácticas sanitarias. Estos son algunos de los tantos elementos que la Secretaría de Salud trata de cuidar en cada uno de los establecimientos para evitar cualquier intoxicación de los consumidores, sin embargo, solo lo cuidan dentro de una normatividad pero no haciendo supervisiones.

La mayoría de las veces tanto los anuncios como las fachadas bonitas de éstos comerciantes en el rubro restaurantero son engañosos porque no se conoce el interior de las cocinas y menos su procedimiento de preparación de los alimentos. Son muy pocos aquellos que dejan mostrar el interior de sus cocinas.

La Secretaría de Salud se ha despreocupado mucho de los negocios de comida rápida o a domicilio. Se desconoce si todavía existe alguna ventanilla especial para reportar cualquier anomalía que se pudiese encontrar ante la falta de higiene causante de cualquier enfermedad o intoxicación y es la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, (Cofepris), la encargada de recibir cualquier tipo de quejas cuando algún consumidor ha sido afectado en su salud.

Anteriormente sí existía, hasta se contaba con un simple formato en donde solamente solicitaban la mínima información para acudir al establecimiento para quienes nada más lucran de la venta de comida sin tomar las medidas necesarias de higiene.

Las autoridades de Salud, deben dejar a un lado la “modorra” para cumplir con sus obligaciones que son concretas y directas: Proteger la salud de la comunidad en general, sin pretexto alguno. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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