¿Creen que sus hijos están seguros?

Por Guillermo Robles Ramírez
Seguramente ha escuchado el término de “multitasking”, refiriéndose a una persona que tiene la habilidad de poder realizar varias tareas a la vez o, mejor dicho, sincronizadamente, logrando concluirlo de manera satisfactoria.

Sin embargo, no solo aplica para personas, sino también para países que, en teoría, no es manejado por una sola persona, sino que existe toda una infraestructura de instituciones gubernamentales, que deben de trabajar con sinergia.

Pero lamentablemente los países latinoamericanos, sobre todo México, no sabe resolver más de un solo problema a la vez, y más cuando de fiesta se trata solamente se enfoca en eso, como el pasado Día de Halloween, y Día de Muerto.

En comparación a los Estados Unidos, en donde también existen fechas de festejos, y actualmente se llevan a cabo los preparativos para las votaciones presidenciales la agenda política sigue adelante y ven realmente temas que en nuestro país nunca se han considerado aun teniendo a los estadounidenses como ejemplo.

Solo por mencionar el tercer mes de cada octubre, en los Estados Unidos siempre se lleva a cabo la Semana Nacional de Seguridad en los Camiones Escolares, haciéndose por decreto la regulación de normativas y sus modificaciones para mantener la integración de los estudiantes ante las impertinentes costumbres peligrosas que muchos de sus choferes tenían, comenzando con el cinturón de seguridad.

Durante esa semana, los conductores de autobuses no solo crítican, sino también practican las importantes reglas de seguridad con sus estudiantes para asegurar que todos estén listos para saber cómo actuar de manera adecuada y responsable en el caso improbable de que ocurra una emergencia.

Las escuelas secundarias de Estados Unidos practican los procedimientos de evacuación, como es el salir de los autobuses desde la parte trasera y por adelante, asegurándose de que son cómodas en caso de incendio, accidente o una emergencia médica que le incapacite al conductor. Entre muchas cosas más, sus conductores deben de contar con una licencia especial para conducir vehículos de transporte escolar con conocimientos no solo de manejo sino de primeros auxilios, entre otras medidas más de seguridad.

Por otro lado, en México no se ha hecho ninguna regulación similar a la de nuestro vecino norteamericano, dejándolo muy al estilo del mexicano, con el famoso pensamiento, “hay después lo vemos”; en pocas palabras se deja en olvido por no considerarlo como importante. Algo que llama la atención que ni las autoridades locales, o estatales, tengan esa iniciativa o voluntad de hacerlo.

La mayoría de los padres de familia se quedan confiados en que el servicio del transporte escolar es seguro, por el simple hecho de saber la trayectoria de la casa a la escuela o viceversa, haciéndolo como algo cotidiano de que nunca pasa nada, siendo sinónimo de “seguridad”.

Es muy común ver en todo el estado de Coahuila, incluyendo a Gómez Palacio, Durango, colindante a Torreón, Coahuila, a lo que conocemos como Comarca Lagunera; por ser una ciudad que pertenece a un centro metropolitano. Se sabe, a simple vista, que más del 90 por ciento de los vehículos de transporte escolar, sobre todo para primaria, utilizan vehículos demasiado antiguos, conocidos como las combis, todos ellos vehículos chocolates, es decir, irregulares. Son esos medios de transporte de muchos niños y niñas o menores de edad quienes mueven diariamente a las escuelas particulares y de gobierno, pero sin saber en qué condiciones se encuentran dichas unidades.

Forma parte de lo cotidiano verlos nada más pintados de amarillos, cegando por completo a los padres de familia que ninguno de éstos vejestorios puede asegurar que durante el trayecto suceda algún percance automovilístico, generando un gran susto para los pequeñines.

Los transportes escolares de Coahuila, tienen una carencia de medidas de seguridad, comenzando con su falta de cinturón de seguridad, siendo éste el primer peligro en donde se juega la vida o la muerte. También la saturación de los estudiantes dentro de las unidades lo hace aún más peligroso, ya que en un frenado de emergencia, existe riesgo de que se golpean la cabeza con otros estudiantes.

Los malos hábitos y costumbres de los choferes al momento de conducir, olvidando el encendido de luces, señalización, haciendo caso omiso a los altos totales donde son indicados en las principales calles, el exceso de velocidad, el uso de celular al momento de manejar, entre otros.

La falta de obligatoriedad de que en su interior debe de ir otro adulto, necesario para que acomode a los niños por tamaño, que cada uno tenga un asiento asignado y que tenga la habilidad de saber cómo corregir un mal comportamiento de los pasajeros para que éste no sea un distractor principal para el conductor, pero que además tenga el conocimiento básico de paramédicos para cualquier tipo de emergencia, y evidentemente contar con el botiquín de primeros auxilios. También ésta misma persona debe hacerse responsable de asegurarse la llegada del menor hasta la puerta de su casa y no permitir que se baje por sí solo, cruzando una calle que aparentemente se puede ver segura desde la perspectiva de un adulto.

Las condiciones físicas de las unidades es otro de los factores que deben de preocuparse los padres de familia, ya que la mayoría son vehículos chatarras que tienen muchas fallas mecánicas, y otros con dudosas instalaciones de gas butano utilizado como combustible  para mover dichas unidades, por su alto rendimiento por kilómetro.

Prolifera por toda la ciudad una gran cantidad de unidades piratas, que condicionan de manera improvisada asientos hechos de una simple tabla de madera y con algo de forro; sin embargo, nos significa que estén bien sujetados dentro de la unidad. El pintar una unidad vehicular de color amarillo simboliza seguridad, pero muy distante de ello, porque ni siquiera cuentan con una salida de emergencia para en caso de un accidente o un incendio. Y lo peor de todo es que también aquellas unidades que están registradas ante las autoridades, tampoco cuentan con ésta medida de seguridad mínima para estar circulando, poniendo en riesgo la inocencia de muchos niños, que son enviados a la escuela.

La mayoría de los vehículos corresponden a modelos ochenteros conocidos como «minivans», en el mejor de los casos, pero también existen otros todavía más viejos que no cumplen con los requerimientos necesarios de seguridad que marca la ley; pero como exigirle a una autoridad cuando en la realidad se trata de un contrato privado entre padres de familia con un particular que por el simple hecho de tener una chatarra con cuatro ruedas, ofrece un servicio.

Mientras allá, con los gringos se celebra la Semana Nacional de la Seguridad de Transporte de Niños, acá en el país se celebra la impunidad eterna, los minivans del transporte escolar. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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