Confidencial

¿Reivindican la Teología de la Liberación?

 

CARD. NORBERTO RIVERA CARRERA,

ARZOBISPO DE LA CIUDAD DE MÉXICO:

+Hambre de Dios, sí.

Hambre de pan, no

Gustavo Gutiérrez M.

Seguramente desde el mismo jueves pasado leyó usted en  L’Osservatore Romano, el semanario vaticano, un resumen del último libro del teólogo peruano Gustavo Gutiérrez Merino, fundador de la Teología de la Liberación. Ayer, El Observatorio Eclesial circuló el texto siguiente:

 

“El diario vaticano publica las reflexiones sobre la pobreza, de Gustavo Gutiérrez.

 

L’Osservatore Romano reivindica la Teología de la Liberación.

 

“El vespertino publicita su último libro, De la parte de los pobres. Teología de la liberación, teología de la Iglesia.

 

“Esta corriente teológica fue perseguida durante décadas, primero por Juan Pablo II y posteriormente por Benedicto XVI.

 

“El diario del papa incluye varios fragmentos de esta obra, así como las opiniones del religioso peruano sobre la pobreza y en contra del ‘neoliberalismo económico’ y de la ‘deshumanización de la economía’.

“Según apunta en la presentación Ugo Sartorio, ‘con un Papa latinoamericano, la Teología de la Liberación no podía permanecer mucho tiempo en el cono de sombra al que había sido relegada desde hace algunos años, por lo menos en Europa’.

 

“El periódico de la Santa Sede, retoma de esta manera una corriente teológica marginada desde hace tiempo por los casos en los que se mezclaba con la ideología marxista, y que fue perseguida durante décadas primero por Juan Pablo II y posteriormente por Benedicto XVI, quien sin embargo nombró al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe a Gerhard Ludwig Müller, amigo y seguidor de Gustavo Gutiérrez.

 

“‘La aportación de Gustavo Gutiérrez ha hecho evidente una cosa para nosotros que nos encontramos aquí en Europa -subraya el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe-, la injusticia en el mundo es un factor que permanece y que solo puede ser superado con la disponibilidad de todos los hombres para dirigir la mirada hacia Cristo’. Tal vez esta decisión del periódico del papa contribuya a reparar otra injusticia, en esta ocasión teológica. El tiempo dirá.”

 

Tampoco el papa Francisco ha parecido exaltarse mucho con la Teología de la Liberación; pero nos recordó el comentario transcrito que es un latinoamericano más y conoce las razones que empujaron a su colega sacerdote peruano a hurgar en la Biblia principalmente, en busca de justificantes divinas e históricas a la pobreza y todo el resto de injusticias que sufren los pueblos latinoamericanos, o si por el contrario, descubría palabras que les protegieran.

 

Le sucedió lo segundo, un poco o un mucho dentro del espíritu de ese proverbio atribuido a Dios diciendo a quien ha querido leerlo o escucharlo:

 

Ayúdate, que Yo te ayudaré.

 

Nunca supimos que ese proverbio fuera comunista; lo cierto es que Juan Pablo, un papa tan querido por los  latinoamericanos fue gran enemigo de la Teología de la Liberación  por los vasos comunicantes que tendría con las teorías marxistas, como si Marx hubiera sido el único defensor de los pobres en la historia humana; como si Cristo no se le hubiese adelantado varias decenas de siglos atrás…

 

Y nunca, años atrás, cuando conversábamos usted y yo, el tema liberacionista se apareció, pero supongo que  usted compartió también las ideas de Juan Pablo II al respecto y eso que al menos conoce la pobreza de sus paisanos, en su natal Santiago Papasquiaro, Durango y en otros lugares de México y Latinoamérica.

 

Somos muchos los no católicos pero pro Liberacionistas; y lo somos porque su Iglesia, cardenal, siguió siendo tan anticristiana como la hicieron tantos que ni pisca de una vela en el entierro encendieron cuando nacía la religión del Cristo que esos antes, ustedes ahora olvidaron disfrutando el poder y las riquezas que les daban sus hábitos y que los pobres de este continente, como los de cualquier otro rincón del mundo, se pudrieran antes y se sigan pudriendo ahora… Para ellos algunas limosnas son suficientes, ¿no..?

 

Pero por fortuna el papa  Francisco es latinoamericano y, además, jesuita. Si el liberacionismo no le termina de convencer teológicamente hablando, este papa sí tiene neuronas y arrestos para, humanamente, aceptarlo.

 

Entre una reseña literaria y la transformación de una política vaticana existe un abismo enorme, pero si ya el editor de L’Osservatore Romano publicó la primera, quizá fue por haber notado que algún músculo en el rostro papal que se movió con un milímetro de simpatía hacia el sacerdote y teólogo peruano Gustavo Gutiérrez Merino y las razones que le alentaron a clamar justicia para los pobres de su país y para todos los demás de nuestro subcontinente.

 

La primera señal de distancia con Juan Pablo y Benedicto la ha dado el semanario vaticano oficial.

 

Tal vez sea como el primer paso hacia los 40 mil kilómetros de la gran marcha de Mao. Perdón por la comparación, pero era necesaria…

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