Como tamaleras

Por Guillermo Robles Ramírez

Desde muy temprana edad, fui muy apegado a mi papá, y era de aquellos que le pedía a mi padre que me llevara a su trabajo. Ahí conocí a varios de sus compañeros periodistas, así como la primera rotativa del periódico Siglo de Torreón, ubicado en la avenida Matamoros.

Lo mismo sucedió en diferentes etapas de mi vida y antes de estudiar la Licenciatura de Comunicación, en la Universidad Iberoamericana Unidad Torreón; ya tenía claro un panorama de lo que era el periodismo. Pero aún más que eso, tenía muchas anécdotas periodísticas de mi padre, Carlos Robles Nava, que en aquel tiempo le decían Don Carlos, o como muchos de sus compañeros “Jefe”; simplemente le decían con mucho cariño Carlitos.

Entre muchas historias de trabajo que me platicó, hace poco me hizo recordar una, en especial, que ha sido la constante queja de los productores de leche y carne, aunque un poco más los primeros de afirmar que es insuficiente e injusto el precio de la leche.

A lo largo de los años el periodista  Carlos Robles Nava, cubrió varias fuentes, siendo el agropecuario de La Laguna una de ellas, y me llegó a comentar que cuando esa región era un emporio y cueva de muchos “uñas largas”, pues aún se recuerda y hay descendientes de muchos productores del campo y seudoproductores, al igual que infinidad de personajes que sirvieron de funcionarios desde niveles altos y hasta el más bajo como inspector del campo y que se enriquecieron con dineros públicos destinados al campo, pero no al del golf, sino a ese sector que ahora decimos que se muere de hambre.

Me afirmó o al menos a lo que él vivió en su época, circunstancias y condiciones que juzgando a lo que se vive en la actualidad no han cambiado, siendo que nuestros productores agrícolas y pecuarios, siempre se la viven quejándose y llorando, pero siempre vendiendo y ganando.

Por años y años fueron los avicultores quienes siempre se la vivieron lamentándose de que los famosos precios de garantía no cubrían ni el 50 por ciento de producción por hectárea.

El paternalismo de aquel entonces, permitía que se dieron subsidios que en verdad nunca llegaban al precio del producto, sino que se quedaba en los bolsillos del mismo productor y siempre vivieron muy bien, teniendo a sus hijos en buenos colegios de paga, viajes a Europa y siempre llorando que les iba mal, pero ganando lana.

Así fueron los viejos tiempos de la “revolución”, épocas en que se convirtieron en barriles sin fondo los tres bancos del campo que funcionaron, como fue el tradicional y más conocido Banco Ejidal, que atendía precisamente a los ejidatarios; el Banco Agrícola, que daba crédito a los pequeños propietarios y el Banco de Crédito Agropecuario que otorgaba préstamos a quienes estaban metidos en programas agropecuarios, no solo por cuanto hacia animales, sino a cultivos destinados a la alimentación de vacas, cabras, novillos, etc.

En este momento, los lloriqueos y quejidos de los productores de leche, que dicen que el precio de la leche es muy bajo y que urge se incremente, me viene a la memoria aquellas viejas pláticas de historias de un gran periodista en donde me decía que en esos tiempos en que siempre lloraron los productores del campo, pero siempre ganaron hasta para vivir con lujos.

Han pasado muchísimos años y al menos las decadencias de esas familias que lloraban en aquel entonces, siguen viviendo de lo mismo, es decir, de lo que venían haciendo sus padres, sus abuelos y otras descendencias del pasado. Si fuera cierto o tan grave la situación económica de esos empresarios, solo tienen dos caminos: dejar el negocio que no deja o, dejar de llorar.

Es tiempo de que los ganaderos de carne y leche que actúan de la misma manera, o sea, siempre llorando, pero ganando y ganando, dejen de hacer sus actuaciones protagónicas, pues llevan años y años viviendo de la producción de leche y del ganado de engorda y nunca se han muerto de hambre como ahora dicen estar en esa situación, porque lo que pasa es que son unas verdaderas tamaleras. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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