CHILES, TOROS Y TOREROS

La semana pasada, el miércoles 25 de mayo, la firma estadunidense Bank of America Merrill Lynch sostuvo que la economía mexicana “todavía” se encuentra en recesión, es decir, que ya llevamos los mexicanos mucho tiempo en esta situación económica.

“Recesión económica” es la disminución generalizada de la actividad económica de un país o región, medida a través una baja de la tasa anual de su Producto Interior Bruto (PIB) real, durante un “periodo suficientemente prolongado”. Esa es la definición más aceptada por los expertos.

No existe un acuerdo generalizado en la medida de tiempo que requiere el periodo para determinar la recesión económica, pero la más aceptada es en torno a dos trimestres consecutivos de caída como plazo definitorio para el término.

Con los pelos y los datos en la mano, el economista en jefe para México de la firma financiera estadunidense Merrill Lynch, asegura que la recesión de la economía mexicana empezó en el cuarto trimestre de 2012, lo que significa que ha estado en recesión por seis trimestres consecutivos.

Afirmación contundente que provocó, además de alarmas y temores entre inversionistas y ciudadanos en México, ardores, ampollas y reacciones mayores a las que puede producir un chile toreado en las rutas de evacuación de cualquier oficina gubernamental.

Lo peor fue que estos nuevos ardores se provocaron en las fístulas del aparato digestivo institucional, aún sangrantes, que días antes habían reventado cuando Agustín Cartens, Gobernador del Banco de México (Banxico), anunció la modificación del intervalo del pronóstico de crecimiento del PIB para 2014, a un rango de entre 2.3 y 3.3 por ciento. Antes de ello, este rango se encontraba entre 3.0 y 4.0 por ciento.

Los especialistas, y también los chismosos, ven en este pronóstico de Banxico un enfrentamiento entre Agustín Cartens y Luis Videgaray, Secretario de Hacienda y Crédito Público, incluido también Eduardo Sojo, Presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) por los datos de la perspectiva económica publicados. Tanto Cartens como Sojo, son funcionarios que provienen de gobiernos panistas anteriores.

Al tener menos grasa y menos corpulencia, seguramente Eduardo Sojo es menos resistente a los ardores. Por ello o para congratularse con el Secretario de Hacienda, fue el primero y el menos indicado que se aventó al ruedo, pero se le olvidó que no es el torero principal de esta arena. Aunque es aún famoso por sus capotazos de “derecha”, sus tiempos de “diestro” ya pasaron, ahora es, para ubicarlo en este mismo ámbito taurino, apenas un mozo de espadas que actúa para distraer a los toros y a los bueyes que se dejen.

Tan transparente como salsa de soja, Sojo explicó que la economía mexicana no está en recesión, aunque sostuvo que en el primer trimestre del año tuvo un desempeño lento y por debajo de su tendencia de largo plazo. Para confundir más a los astados dijo que la economía mexicana no está en una recesión en el “sentido clásico”. Es lo mismo decir que sí hay recesión económica, pero no tanto, nada más tantito. Su estrategia no es matar al toro, sino ponerle buenos cuernos.

Por ello, por estos desaciertos que causan desconciertos, hay que recurrir a los economistas clásicos como Adam Smith, David Ricardo, Karl Marx o Thomas Malthus, para encontrar algunas explicaciones de lo que quieren decir los funcionarios públicos sobre la situación económica por la que está pasando México.

Para ganarle tiempo y una sonrisa a la vida, también les recomiendo recurrir a la docencia y sapiencia del monero “Magú” que explica muy bien, en una sola imagen, los problemas económicos que los funcionarios públicos no quieren decir o que quieren disfrazar.

En su reciente caricatura Magú muestra a una paciente encamada en terapia intensiva. A su lado está un doctor, muy parecido al “Doctor Sojo” que dice, refiriéndose a la paciente, “no está paralizada, no tiene recesión, no va en reversa, tiene un estancamiento que es lo mismo, pero no es igual”.

Es la explicación más certera y más real que podemos tener. La verdad es que la economía mexicana es como la paciente encamada en terapia intensiva. Su enfermedad, le llamen como le llamen, provocada por los bichos que sean, por los doctores que la atienden, por los medicamentos aplicados, la tiene postrada en la cama, a punto de fenecer. Está en cama y enferma. Ese es el punto.

Esa es la verdad y, por ello, Magú debería ser Presidente o al menos Secretario de Hacienda. Lo siento amarillos, azules, verdes, morenos y tricolores. Mi voto ya está comprometido.

Página web http://www.letrasvivas.com.mx/

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