Benito que te necesito

Coahuila es conocido por sus pueblos mágicos, sus zonas arqueológicas, sus parques nacionales y eco-turísticos, sus museos, teatros pero sobre todo su huella que dejó trazado diferentes hechos en donde fue partícipe en la historia de México.

El paraíso del desierto, reconocido así a nivel mundial, la cabecera municipal de Cuatrociénegas, en clavado en la parte desértica de la entidad, con sus 214 años de fundación. Junto con Parras de la Fuente es tal vez el más rico dentro de la historia política y revolucionaria no sólo de Coahuila, sino de México y el mundo, la única diferencia es que éste último municipio fue objeto de un despojo en su acervo.

Estas cálidas tierras que vieron nacer al varón Venustiano Carranza Garza, aún ignoran el paradero de lo que fueron las pertenencias, archivos y documentos del personaje revolucionario.

Un tímido reclamo se escucha de los lugareños, cada vez que se vive el mes de la patria en México, en donde exigen a la vez les sea devuelto su acervo original que desde más de 24 años les ha sido arrebatado por políticos oportunistas que se dedicaron a saquear pertenencias de la nación para terminar como parte de una decoración en sus casas particulares.

Otra parte la misma población han visto cómo los vestigios que recuerdan al varón de Cuatrociénegas se localizan en la capital del país por considerarse como patrimonio de la nación.

“En ésta casa nació Venustiano Carranza Garza”, más o menos así reza la placa alusiva al origen del personaje de la historia mexicana, pero su interior que se antoja como un enriquecedor pasaje por lo que fue la vida del Varón, luce semivacío y apenas unas cuantas fotografías ampliadas vuelven a recordar al personaje en cuestión.

La Casa-Museo Venustiano Carranza sólo puede ofrecer a los visitantes copias de manuscritos, promulgaciones e iniciativas, un viejo uniforme militar y el busto de quien fuera el Primer Jefe Revolucionario del México que se disponía a ofrecer una nueva manera de gobernar a un país después de más de 30 años de dictadura.

No siempre fue así porque hubo alguna época en donde ese sitio lució todas las pertenencias, muebles, documentos originales entre ellos la Constitución de 1910, fotografías inéditas y otras piezas que por decreto fueron sustraídas del lugar para ser trasladadas al museo que se encuentra en la ciudad de México; sin embargo, la mayoría de esos artículos estaban en comodato y sus propietarios reclaman su devolución, sabedores que la mayoría se encuentran en tres colecciones particulares.

Es casi nulo en la actualidad que se puede hacer para la recuperación de las piezas invaluables que antes pertenecían al Varón y formaba parte del museo. Las voces del reclamo cada vez más desanimadas y cansados de una reciprocidad de silencio en donde cada vez que entra una nueva autoridad queda en el olvido en la agenda tan apretada de actividades conformándose los coahuilenses con puras réplicas para llenar los espacios vacíos en donde ocupaban los originales propiedades y pertenencias de Venustiano Carranza.

Todo esto sucedió como si fuera un robo de luna llena en donde la oscuridad de la noche fue el partícipe de todo para los pobladores no se dieran cuenta del saqueo por políticos oportunistas que sin ninguna conciencia de arrepentimiento continúan siendo parte decorativa sus casas pasando éstas a generaciones futuras en donde la honestidad queda lavado igual como Poncio Pilato, en donde su familiar fue el quien lo robó. Y por otra parte también saqueado de la misma forma en la noche pero protegidos por un decreto de bienes nacionales otros documentos que llegaron a formar alguna vez parte del Museo de Venustiano Carranza. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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