Limosna no, pero donativos si

Abril siempre se ha dicho repetidamente que es considerado como el mes del niño y aunque a nuestras autoridades no se les puede negar que han hecho mucho para combatir el abuso de los menores de edad, es en ese rubro donde cada vez existen nuevas leyes y reformas para fortalecer el abuso de los pequeñines. No se sabe qué es lo que esté sucediendo en el fondo, puesto que las cifras no bajan ni se mantienen estáticas, sino todo lo contrario porque suben cada vez más.

Reportes de las Procuradurías de la Defensa del Menor y la Familia de los Sistemas del DIF a nivel nacional reportan un incremento de maltrato infantil en el 2014 de un 50 por ciento a la alza comparativamente al año anterior, es decir, 2013 y lamentablemente los Estados que más casos de violencia infantil recibieron, fueron Aguascalientes, Coahuila, Chiapas, Chihuahua, Quintana Roo, Sinaloa y Yucatán.

La violencia se puede dar de muchas maneras desde físicamente hasta psicológicamente o lo que algo ya se empieza ver entre la sociedad malamente como cosa normal en éstos actos ilícitos o simplemente el trabajar o pedir limosna.

En Coahuila, hace falta y se requiere de una mayor participación ciudadana para combatir los ilícitos que afectan directamente los derechos de la población más desprotegida y vulnerable: Que son los niños.

Es común encontrar a personas adultas en el primer cuadro de las principales ciudades acompañados de menores de edad que imploran la caridad pública para alimentos o para regresar a su tierra natal e igual para la tan trillada receta médica del pequeño.

Aunque son los casos más frecuentes vistos a la luz pública, hay otros, que pasan inadvertidos pero cuyas implicaciones van más allá de una simple ecuación matemática, de una explicación razonada.

La problemática se encuentra en aquellos sectores de las poblaciones a las que de pronto llegó la industrialización y cuando menos se pensaba en ella, se convirtieron en los cinturones de miseria.

Es ahí en las colonias que habitan familias de muy escasos recursos, pero con un gran número de menores necesitados de un ingreso, quienes se quedan en la barriada, y lo que es peor, presas fáciles para quienes no son tan menores para inducir a los demás a otros vicios.

Cerrando éste vicio en las calles, afuera de los centros comerciales y cruceros; posiblemente para no tener una cruda moral o ser molestada, la ciudadanía da unas cuantas monedas de lo que sobró de alguna compra, es lo que mantiene y alientan éste estilo de vida, sin percibir las causas de un problema social.

Comodidad, ignorancia y miseria son los motivos principales de la explotación de menores, fenómeno que se presenta cuando se desatienden sus derechos Constitucionales, que son los Derechos de los Niños, instituidos por la Organización de las Naciones Unidas.

La explotación infantil se generaliza a la alza, por la situación generalizada paupérrima de la economía del país. Problema que no solo afecta a los niños de la ciudad sino también viaja a aquellos que se encuentran a otro lado del país y acompañan a las indígenas porque su Estado de origen se encuentra en abandono, siendo víctimas de maltratos, careciendo de providencias que los obliga a vivir en las calles.

Esta situación es más frecuente en los municipios más industrializados, como en los más densamente poblados.

La mejor forma de evitar que se complete el círculo vicioso de la mendicidad es no dando limosna.

Para frenar la explotación infantil o éste fenómeno social, es indispensable la denuncia ante las autoridades que respondan a los derechos de los niños, para que puedan intervenir y los protejan.

Los menores tienen derechos igual que cualquier otra persona, y también se los debemos respetar, empezando, obviamente, por la gente que está más cerca de ellos, es decir, los papás y parientes de mayor cercanía. Cuando ya salen de la esfera familiar toda la ciudadanía, en general debemos velar por esos derechos.

Es responsabilidad de toda población no participar con sus donaciones porque alentarán a los pequeños un estilo de vida fácil, cuando existen otras opciones.

El DIF, es una institución viable cuando se tiene el deseo de ayudar a un menor con donaciones que con las mejores intenciones del mundo se les da a manos llenas a éstos niños, es mejor preguntar sobre la existencia de patrocinio económico a la educación y manutención de un menor por un período largo de su infancia pero a través de una institución de gobierno para que las cosas se hagan correcta y positivamente.

Para qué darles y rendirles un día del año, si en el resto de los 365 días no los protegemos, no nos preocupamos por ellos, los hacemos víctimas y presas fáciles de los explotadores. Dales poco si así lo deseas durante los 12 meses, las 54 semanas o los 365 días del año, pero en forma de donativo en los lugares correctos y autorizados por la autoridad así que antes de dar limosna o para el taco o una nieve a un niño, piensa que de manera indirecta está contribuyendo al fomento del maltrato infantil porque los adultos, es decir, los padres irresponsables que mandan a sus hijos a pedir dinero en la calle les exigirán cada vez más. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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