Aquí no pasa nada
Después de haber escuchado la primera parte de la entrevista concedida en exclusiva de Enrique Peña Nieto, con Joaquín López Dóriga, preferí ahorrarme la segunda parte, no por menos preciar al periodista y conductor noticiero Televisa, sino todo lo contrario respetable por su insistencia de sus preguntas de diferentes ángulos para tener una respuesta del Presidente más concreto, pero todo se resumió en pocas palabras: no pasa nada.
Su manera de responder al ser cuestionado sobre el caso de la “casa blanca”, y la cancelación de la operación de su compra lo solucionó todo, pero eso sí, sin entrar en detalles sobre la penalización como cualquier contrato en donde se manejan millones de pesos en decir cuánto les costó a los mexicanos la disolución de la compra venta.
La investigación de la misma en donde no se comprobó nada por la Comisión de Transparencia y Anticorrupción, creada para ser “Juez y Parte”, y con respecto a la investigación periodística de The Guardian encontrándole una propiedad en Florida de la primera dama y la relación de Grupo Pierdant para que pagara los impuestos, en el departamento que “adquirió”, siendo artista en un desarrollo habitacional privado con alberca, canchas de tenis y concierge, o sea un conserje de guantes blancos en Key Biscaine, en el condado de Miami-Dade.
Toda esa investigación del periódico The Guardian, eso fue desechado por el mismo Enrique Peña Nieto, con un simple “no es cierto”
O sea es una calumnia”, así de fácil y de tratarse en pocas palabras de un chisme manejado en el extranjero que no tiene nada que ver con nuestro país, eso se resume nuevamente en: “aquí no pasa nada”.
Sus reformas hacendarias, así como las energéticas necesarias para los mexicanos en donde supuestamente habría beneficios directos a los ciudadanos, y crecimiento en productividad reflejado en las mismas tiendas de autoservicio, eso es solo estadísticas manipuladas e interpretadas a su manera ya que no hay que confundir el encarecimiento de los productos por el incremento de los energéticos a un aumento de consumismo, o sea: “aquí no pasa nada”.
Al ser cuestionado sobre su decadente populismo y su sonrisa que solamente ustedes que vean la entrevista para no agregarle algún adjetivo calificativo, simplemente respondió que no le interesa la popularidad, ni tampoco espera que lo premien por ello, ya que todas sus decisiones firmes lo ha hecho para el bienestar de los mexicanos.
Pero también afirmando categóricamente “..no llegué aquí para ganarme una medalla por la popularidad…pero no vine aquí por una medalla de la popularidad, vine a gobernar a México..”
Si bien es cierto que no llegó por una medalla de la popularidad, también lo es que llegó a ser Presidente de México, gracias a la popularidad en su más concreta definición como la aceptación y fama que tiene una persona o una cosa entre la mayoría de la gente.
Así que por su mala aceptación o precepción de los mexicanos de no aceptar las decisiones e indecisiones ante conflictos sociales causados por los sindicatos sobre la reforma educativa y los puntos negativos de su popularidad, que no le importa a que es lo mismo: aquí no pasa nada.
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