Por Arturo Ríos Ruiz 

 Pasaje de su padre de los 80s   

* Dio cien millones por un libro 

La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, TEPJF validó este miércoles en votación unánime la elección en Tamaulipas y le dio el triunfo al morenista Américo Villarreal Anaya. Dejó colgado al Senado al pretender volver al escaño a horas de que el veredicto se diera a conocer. 

Es buen momento para recordar a Américo Villarreal Guerra, padre del actual mandatario electo. En 1986, fue candidato del PRI a Gobernador de Tamaulipas ​y asumió el cargo de 1987-2003

Villarreal Guerra, en su gestión tuvo severos problemas con Guillermo González Calderoni, quien fuera uno de los jefes policiales más poderosos, inteligentes y exhibicionista del sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari, 1988-1994.    

Clderoni, amasó millones protegiendo o combatiendo el narcotráfico, fue gran investigador y jugaba el doble papel de atacar a delincuentes de alto calado y pactar con ellos, amén de indagar los pecados de altos políticos y chantajearlos para enriquecerse más. Disponía de información letal. 

Villarreal Guerra, ofreció cien millones de pesos a un periodista por publicar un libro sobre las trapacerías de González Calderoni, a través un cercano colaborador, que fue rechazado por el comunicador. Pero hubo quien sí se animó y publicó el libro que resonó en EU en un programa la TV en La Florida. 

El autor, fue entrevistado en la TV de Miami y corroboró lo escrito contra González Calderoni; la consecuencia es que el periodista fue citado por la Corte para atestiguar con el ex policía en el juicio que existía.  

Jorge Carpizo, entones procurador federal había demandado la extradición del ex policía; por ello el periodista fue citado por la Corte para refrendar el contenido de su libro y lo dicho en la TV de aquel país.  

Al salir del aeropuerto para dirigirse al hotel para esperar su intervención como testigo de cargo, el escritor fue abordado por dos individuos armados que lo subieron a un vehículo y lo llevaron a un apartamento. En una mesa había un puño de balas calibre 45 y al lado una paca de dólares de alta denominación. 

“Mañana atestiguarás en el juicio, escoge lo que te conviene de acuerdo a si refrendarás lo que expones en el libro y dijiste en TV. No lo pensó mucho, escogió la dolariza y los dejaron en paz. 

El fiscal le preguntó si mantenía la acusación contra González Calderoni que estaba presente y el periodista dijo “No, no lo sustento” ¸ reprendido que lo había repetido varias veces y sostenía que era verdad y su respuesta fue contundente: 

“No, fue una fantasía de novela, esto es la Corte y no puedo mentir. El acusado fue dejado en libertad por falta de pruebas y el escritor regresó feliz a Acapulco 

En 2003, un balazo atravesó la ventanilla ahumada del Mercedes y la cabeza de Guillermo González Calderoni, cuya ejecución no quedó aclarada y sus acciones aún se recuerdan, como casos similares hay en la historia contemporánea del país. 

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