Alerta Roja: Pech y Morena pueden desplomarse

Dependiente por completo del poderío huracanado de su dueño Andrés Manuel López Obrador, el partido Morena puede quedar como pasivo espectador en la lucha por la gubernatura en Quintana Roo, disputada por dos coaliciones encabezadas por el PRI y por el PAN y el PRD.

Los preparativos rumbo a las campañas anuncian una final por la silla de sillas entre Mauricio Góngora Escalante (PRI, Verde y Nueva Alianza) y Carlos Joaquín González (PAN-PRD). El tercero es José Luis Pech de Morena, partido que está fuera de ritmo y que sigue sin valorar la importancia del proceso.

Los más feroces críticos de Pech se ubican en el partido que lo postula, ya que no le pueden perdonar su prolongada estancia en el PRI, con cargos sobresalientes desde que fue secretario de Turismo en el gobierno de Miguel Borge Martín, tío del actual gobernador Roberto Borge Angulo.

Los trigueños con los que he intercambiado opiniones acerca de Pech lo ven con mucha desconfianza por su pasado priista, el mismo que perdonan y consideran error de juventud en su Sumo Pontífice López Obrador. Pero por concentrarse en sus eternas desconfianzas han perdido de vista las otras etapas de la batalla electoral, comprendidas del todo por Carlos Joaquín González.

José Luis Pech es acompañado por un ejército hostil que le niega el beneficio de la duda y que ni siquiera lo acepta a regañadientes. En esas condiciones el ex Rector de la Universidad de Quintana Roo tiene raquíticas posibilidades de competir contra Mauricio Góngora y Carlos Joaquín.

En dos o tres encuentros que he sostenido con Pech, me ha convencido que va con todo en la disputa por el pasaporte a la final. Pero con la tropa que lo acompaña tiene que desperdiciar tiempo y energía vigilando los puños y armas blancas de los de casa.

El factor dinero también puede hundir más al partido moreno, sacando de la competencia a Pech y demás candidatos. Porque las batallas de esta naturaleza no se pueden ganar a golpe de spots y visitas domiciliarias.

Cuando la batalla formal inicie, quedarán en el césped Mauricio Góngora y Carlos Joaquín. José Luis Pech está a tiempo de meterse en la pelea, pero tendrá que convencer no precisamente al electorado, sino a los morenos que lo condenan sin permitirle defenderse.

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