Guillermo Robles Ramírez

Al final se le pone un precio al amor

Por Guillermo Robles Ramírez

            Todos los 14 de febrero, la gente intercambia flores, dulces, globos, o regalos, para este día tan especial conocido en nuestro país como el Día de San Valentín, o bien, Día del Amor y Amistad.

            Es precisamente hoy cuando es muy notable el esfuerzo que hace cada quien para demostrar lo mucho que le importa la otra persona, aunque esto representa en muchas ocasiones al tedioso perfeccionismo.

            Las demostraciones de amor en público, las decoraciones de las tiendas comerciales, y negocios. Todo está pintado de colores rojo, rosa y blanco, siendo imposible pasar desapercibido el Día del Amor y Amistad.

            Las recomendaciones de cómo pasar el día de hoy sobran, ya que todos buscan la mejor sorpresa para su pareja, el salir a celebrar ya sea en algún restaurante elegante, o bien casual, las mejores frases o pensamientos publicados en las redes sociales, en resumen, un día lleno de muchas expectativas y obviamente el que tenga más dinero para gastar siempre será bien venido para el sector comercial.

            El rostro de éste día como el de hoy; apareció por primera vez en el  año 498 D.C., pero en nuestro país tiene unas cuantas décadas de celebrarse ya que se trata de una tradición extranjera que se fue abriendo espacio con el pasar del tiempo, ocupando un lugar dentro de nuestro calendario haciéndolo oficial para el comercio sin importar su giro siempre habrá un artículo haciendo ilusión al 14 de febrero, además de restaurantes, joyerías, pastelerías, entre otros logrando incrementar sus ventas hasta en un 60 por ciento, triplicando sus precios como es el caso de las flores, y/o el pago por reservación no solo en negocios de comida sino también en antros.

            El amor se ha convertido en ganancias desde que la mercadotecnia bombardea de publicidad, para ofrecer el “regalo ideal”, cuando en realidad no existe, más que el saber expresar y abrir tu corazón a tu verdadero sentimiento, pero no solamente una vez al año sino diariamente.

            Para el comerciante lo importante no es el acontecimiento, sino incrementar las ventas sin importar el cómo y mucho mejor un día como hoy que es Día del Amor y la Amistad o Día de San Valentín

            Aquí la interrogante es, hasta dónde es bueno tanta publicidad, porque a veces el exceso sólo deprime a la gente, pues ante tanta miel que se derrocha hay gente que se estresa y se preocupa de más.

            Y todo porque no saben qué regalar; pues por ahí se dice que, si cuesta poco, significa que no quieres a tu pareja, y al final se le pone un precio al amor, aunque muchos piensen lo contrario pero la presión social es demasiado.

             Acaso eso era lo que Cupido tendría en mente desde un principio, o bien la modernidad terminó por matarlo. ¿En dónde estará ahora?, ¿a dónde se fue?, ¿qué no encontró otra profesión?, existen muchas interrogantes sin respuesta para aquellos “romanticones” o será que también el amor tiene un precio.  (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org

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