A TIRO DE PIEDRA: Y SI, LES VALE MADRES

Solo, enfermo y en prisión, hoy jueves 02 de julio cumple 67 años de edad el más polémico de los gobernadores de Quintana Roo: Mario Villanueva Madrid. Personaje fundamental para entender la dinámica política de esta entidad federativa, pero ejemplo nacional de que retar al poder, creyendo tenerlo, es de los errores que pocas veces se perdona, pero siempre se cobra.

Villanueva Madrid gobernó Quintana Roo de 1993 a 1999, al final de su periodo fue acusado de narcotráfico, huyó, fue capturado y recluido en 2001 y extraditado a Estados Unidos en 2010, en donde permanece preso, a pesar de sus intentos para que la administración de Enrique Peña Nieto gestione un acuerdo especial para ser atendido de sus afecciones pulmonares en México, solicitud que no tuvo mayor avance.

De acuerdo a lo expresado en la entrevista otorgada a Ciro Gómez Leyva a principios de marzo de 2015, el ex gobernador señala que, una vez que concluya su encarcelamiento en el país del norte, aun le faltarán por purgar entre 28 y 31 años de prisión, por lo cual saldría libre a los 91 o 94 años de edad. Dato duro, lapidario para quien hoy cumple apenas 67 y cuya salud está más que mermada.

No prejuzgaré sobre su culpabilidad o inocencia, aun con la idolatría que aun existe en amplios sectores sociales de Quintana Roo, particularmente en el sur; pero lo que sí es necesario destacar es la soledad Villanueva Madrid en la prisión, mientras en la entidad que lo vio nacer la utilización de su nombre e imagen por parte de políticos es una constante, pues encuentran en ello la oportunidad para ganar simpatías políticas.

Ocurrió en la marcha organizada para apoyarlo en 2010, porque venía la lucha por la gubernatura quintanarroense. Para este jueves se ha programado un evento para presentar la “Asociación Civil Mario Villanueva Madrid para la Reivindicación de los Derechos Humanos de los Quintanarroenses”, veremos ahora quién aprovecha la coyuntura, porque, de nuevo, la renovación de la gubernatura y todos los cargos de elección locales está en marcha.

El tiempo transcurre, pero ciertas formas políticas no evolucionan, porque su existencia misma ha permitido a los grupos de poder mantenerse. Villanueva Madrid acusó siempre a Ernesto Zedillo Ponce de León, presidente de México durante el tiempo en que el quintanarroense gobernó su entidad, de ser el artífice de su detención. El ex mandatario asegura ser inocente y preso político; no se puede comprobar el hecho, pero lo que es cierto es que haberse “rebelado” a la imposición de candidato para sucederlo agravó su situación, lo que le da parcialmente la razón –Los delitos que se le imputan son aparte.-

En realidad Zedillo Ponce de León pretendió imponer a Addy Joaquín Coldwell como candidata para suceder a Villanueva Madrid. Sí, la hermana del actual secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, quien durante esa administración federal fungió como secretario general del PRI y comisionado para la pacificación en Chiapas, cosas de la democracia nacional. Pues bien, en la disputa desatada, Villanueva Madrid terminó por apoyar a un tercero en discordia, y vale la pena destacarlo porque el favorecido fue Joaquín Hendricks Díaz, quien a la postre gobernó la entidad, y actualmente desempeña el cargo de El secretario Técnico del Consejo Político Nacional del CEN del PRI. ¿Qué tal con la “Nomenklatura” nacional?

El “pecado” de Villanueva Madrid; luego entonces, fue retar al poder creyendo que el que poseía en su entidad era suficiente, sin considerar además que ya se le extinguía la flama, pues estaba al final de su administración. El PRI ha regresado al gobierno federal luego de doce años de panismo; en 2016 se renovarán 12 gubernaturas, esas enseñanzas no deben olvidarse en los procesos de sucesión. Villanueva Madrid tiene razón, ninguna importancia se dio a sus peticiones, ahora es un reo, más allá de su calidad de ex gobernador. Lamentable, pero el poder sirve sólo a quien lo tiene.

“Les valgo madres”, dijo. Y sí, les vale madres; basta ver cómo la fortuna ha sonreído a sus adversarios políticos, a sus beneficiados y allegados, algunos en espacios en el gabinete federal en primerísima fila, Zedillo Ponce de León como asesor presidencial, Hendricks Díaz de regreso a la política nacional; y a nivel local, actores políticos “de patio” y familiares diversos medrando con el nombre y la imagen de quien hoy, en la prisión de Lexington Kentucky, sueña aun con el regreso y la libertad.

67 años cumple hoy; y sin embargo parecieran muchos más, con la infinidad de historias locales que están configurando un mito. Tras la caída de Mario Villanueva ha habido muchos políticos acusados de narcotráfico; aunque la peor ralea de este país sea exonerada de crímenes igual de graves y muchos actores políticos no sean molestados ni con el “pétalo de una investigación”; la clave está en ser cercano al poder y no confrontarlo; “justicia y gracia, o la ley a secas.”

Y si, les vale madres, porque a todos conviene que siga preso, así pueden aprovechar políticamente su nombre. Bastará ver el arranque proselitista en que se convertirá la presentación de su asociación civil.

Y si, les vale madres, porque aun cuando Villanueva Madrid lucha bocanada a bocanada por permanecer vivo en Lexington, en la ciudad que lo vio nacer ya se reparten “la herencia política.”

Y si, les vale madres, porque ahora es un sexagenario enfermo, no un gobernador poderoso e irascible; y es referente obligado de los protocolos que no deben romperse en política, aun y cuando de autodeterminación se trate. Sirve pues de ejemplo.

Y si, les vale madres, aun cuando él siga esperando en su celda, luchando por respirar, porque no será esta administración federal la que interceda por él, no representa beneficio político alguno; es sólo un reo; su salud está tan mermada, que ni siquiera lograría de nuevo gritar su número de identificación, como lo obligaron a hacerlo las autoridades mexicanas cuando lo capturaron y exhibieron en medios nacionales. “Mil setenta y cuatro, señor.” Es un anciano enfermo, pero es inconcebible la historia de Quintana Roo sin su recuerdo; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra.

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