A TIRO DE PIEDRA: SARNA DELEGACIONAL QUINTANARROENSE

La incompetencia es tanto más dañina,

 cuanto mayor sea el poder del incompetente

Francisco Ayala

Las delegaciones federales no se han caracterizado precisamente por su eficiencia en la aplicación de recursos o en la representación adecuada del gobierno federal en las entidades federativas, pero en el caso de Quintana Roo, y por mucho que pretenda negarlo el discurso oficial, el desempeño de estos funcionarios federales ha estado, por decir lo menos, muy por debajo de las expectativas y las necesidades de una sociedad que demanda cada vez más atención.

 

Cuando el gobierno federal fue asumido de nuevo por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en la entidad hubo amplias expectativas con respecto a la oportunidad que se abría de establecer coordinación efectiva con las dependencias estatales; e incluso cuando la situación económica de la entidad fue más crítica, mucho se rumoró que la acción de gobierno descansaría en las delegaciones, en tanto que son las dependencias a través de las cuales se radica parte de los recursos que se designa para la instrumentación de diversos programas sociales.

 

Por lo anterior es que mucho se festinó que se diera al gobernador del estado, Roberto Borge Angulo, amplia influencia en la determinación de designación de delegados federales, y es justamente esa situación lo que resulta también lamentable a la luz del desempeño que muchos de ellos han tenido, pues no sólo no han cumplido con la tarea para la cual fueron designados, sino que en términos reales no han estado a la altura de la confianza política de quien los impulsó para ocupar el cargo en el que han vegetado hasta ahora.

 

Hasta ahora han sido constantes los señalamientos en contra  del director del Centro en Quintana Roo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Francisco Elizondo Garrido, por ejidatarios de Bacalar, de Chetumal, de Solidaridad y el más reciente, de Felipe Carrollo Puerto, por hacer oídos sordos ante reclamos de indemnizaciones por afectaciones  a tierras comunales, por efecto de obras carreteras realizadas en esas demarcaciones, sólo por mencionar algunas.

 

Justo en el momento en que esta columna era redactada, se supo de la destitución del delegado de la Semarnat en Quintana Roo, Raúl González Castilla, dejando como encargado de despacho a Javier Castro Jiménez, quien hasta el jueves pasado fungió como subdelegado de Gestión Ambiental en esa misma dependencia. Nada se informó sobre el cambio, pero sobre González Castilla pesaban duras acusaciones y sospechas incluso nacionales, por haber avalado en su momento proyectos como el cancelado Dragon Mart. Aunque es justo decir que, si del tema se trata, la cabeza del ahora ex delegado no deberá ser la única en caer, pues falta determinar qué funcionarios estatales habrían incurrido también en irregularidades.

 

Y hablando de delegados malogrados, ahí el caso de la también destituida delegada de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Ludivina Menchaca Castellanos, cuya cabeza rodó por el tema Dragon Mart y otros más, pero su sucesora, Carolina García Cañón, no ha corrido suerte diferente, pues apenas con unos meses en el cargo, ya está siendo investigada por las oficinas centrales por posibles irregularidades, y aunque su nombramiento corresponde a las oficinas centrales de la dependencia, al final es un ejemplo más de los deplorables desempeños delegacionales en la entidad.

 

Pero el tema no se agota ahí, recuérdese que el año 2014 fue excepcional en materia turística, por lo que el gobierno estatal hizo una postura pública de que se habían acabado por fin las llamadas temporadas bajas y que los empresarios hoteleros podrían por fin mantener su plantilla laboral, para beneficio de miles de trabajadores. Mientras ello ocurría, el delegado de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Enoel Pérez Cortez, se adelantaba con trágicas declaraciones de que el treinta por ciento de los trabajadores de la industria turística serían despedidos. No se trata ni siquiera de la contradicción con la postura del gobernador, Roberto Borge Angulo, sino la incertidumbre que genera entre las miles de personas que viven del turismo.

 

Si se quiere aun más, y aunque ya a nadie extraña el abandono en delegaciones como la del ISSSTE, en la que está Carlos Hernández Blanco, con mucho boletín de por medio pero poca acción, a menos que se trate de aquellas relacionadas con el camino que quiere hacerse a una diputación local en el próximo proceso electoral; o la del IMSS, en la que vegeta un personaje llamado Flavio Carlos Rosado, conocido más por casos de escándalo como el más reciente, en que se detectó a una persona con sarna en Chetumal y se corrió el rumor de que personal médico y de enfermería había resultado infectada, situación que, por supuesto, negó –a través de boletín, qué flojera dar la cara-, el señalado delegado.

 

Y ahí están los delegados de Sedesol y de Prospera, con la gestión más “gris” en la historia de las dependencias y los señalamientos de manejo “a modo” de sus padrones de beneficiarios; y aunque la situación con los delegados es similar prácticamente en todas las entidades del país, como lo podrá corroborar el lector con una simple revisión en Internet, lo cierto es que, consuelo de muchos…no alivia el problema.

 

Y HABLANDO DE INCAPACIDADES DELEGACIONALES

 

Todo señalado es muestra de la ineficacia en el desempeño de los delegados federales, por ello nada extraño es que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) se sume a esta lista, y baste señalar que en las últimas semanas apareció en redes sociales, específicamente Facebook, un grupo llamado “Ciudadanos vs Gasolineras” en el que se denuncia el robo que cometen las gasolineras en Chetumal. El éxito ha sido tal que el grupo ya suma varios miles de seguidores.

 

La acción emprendida consiste en comprar en estaciones de servicio gasolina, pero no colocada en vehículos, sino en bidones que marquen claramente veinte litros, evidenciando claramente los porcentajes que dejan de despachar, pero no de cobrar; y es tal la desvergüenza de las gasolineras, que ahora están prohibiendo a sus empleados que despachen el combustible en bidones. ¡vaya desfachatez!

 

Y a todo esto, usted se preguntará qué pasa con la Profeco, pues nada, que desde que Sara Latife Ruiz Chávez dejó la delegación para aceptar la candidatura plurinominal por el PRI a la diputación federal pues permanece acéfala, aunque inoperante ha estado siempre, se da uno cuenta al ver la innumerable cantidad de casas de empeño que se dedican a aceptar artículos robados en toda la entidad, las apiladas quejas contra la Comisión Federal de Electricidad por cobros injustificados y muchos otros ejemplos.

 

Pero vaya, que han sido los ciudadanos los que han salido a hacer el trabajo que no hacen en Profeco, aunque en las delegaciones, de plano nadie haga o cumpla la labor para la que se le designa… y el tiempo para hacer ajustes se agota.

 

UNA BUENA…

 

Gaspar Armando García Torres no ha tenido una labor sencilla, le ha tocado navegar prácticamente solo en una sociedad agobiada por los robos, cansada de extorsiones telefónicas y con indicadores que muestran que la seguridad es un tema pendiente en Quintana Roo, pero aun así es de reconocer que se ha mantenido a flote, y en lo que a desempeño se refiere, verdaderamente ha estado comprometido. Pues bien, el procurador participó en la Primera Sesión Ordinaria de la Conferencia de Procuración de Justicia de la Zona Sureste del país, realizada los días 8 y 9 de mayo en Huatulco, con resultados adecuados y perspectiva de mejoramiento en el rubro de seguridad. Lo cierto es que García Torres ha cumplido, y el mejor reconocimiento al desempeño será la “reubicación” a tiempo, para no cargar con el enorme lastre que aun existe. Al tiempo.

 

Y a manera de recapitulación, puede decirse que el tiempo para la actual administración estatal se agota, pero falta aun mucho por hacer. Ciertamente, dentro de un año para estas fechas estaremos ya en el proceso electoral local para renovar la gubernatura. Por ello y a manera de respuesta por la confianza otorgada, los delegados debieran esforzarse por desempeñar el trabajo por el que les pagan; pero también desde la administración pública deben tomarse las decisiones respectivas, porque los pendientes en el estado son muchos, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

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