A tiro de piedra: San lázaro, el pleno digital, la sede alterna
Todas las personas tienen la disposición de trabajar creativamente.
Lo que sucede es que la mayoría jamás lo nota
Truman Capote
Por Julian Santiesteban
¿Cuánto gastó la Cámara de Diputados para el traslado de los legisladores a la Expo Santa Fe en la Ciudad de México, para lograr aprobar así el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2020? ¿Cómo terminar con la vulnerabilidad y las tomas de edificios para el planteamiento de demandas? Una solución que parece viable se estará discutiendo en los próximos meses y la presentará un quintanarroense. El “Pleno Digital.”
Desde el 2002 y como idea surgida de la priísta Beatriz Paredes Rangel, el llamado “reloj legislativo”, es un mecanismo para frenar el calendario y las horas para impedir que la Cámara de Diputados sobrepase la fecha límite legal para aprobar el PEF del año respectivo; pero dichos retrasos no siempre ocurren por falta de acuerdos entre los legisladores, sino, como se observó en semanas anteriores, organizaciones sociales de cualquier tipo se asientan en las inmediaciones del edificio de San Lázaro –sede del Poder Legislativo- e impiden el acceso a los diputados, con lo cual las negociaciones se retrasan y los tiempos para la aprobación se acortan.
Luis Alegre Salazar, el diputado presidente de la Comisión de Turismo, señala que con las tres semanas que se perdieron recientemente por la toma de San Lázaro, no sólo hubo complicaciones para analizar el presupuesto y las demandas, sino todos los temas pendientes en la legislatura, pero además evidencia una alta vulnerabilidad con el solo hecho de “cerrarles la puerta de acceso”, situación que desde la perspectiva del legislador puede resolverse con una baja inversión de alta tecnología, con el llamado Pleno Digital, que consistiría básicamente en la adquisición de un software y la adquisición de 500 tabletas (una por cada legislador) con reconocimiento facial y digital –para evitar que se deje al asistente atendiendo la sesión-, que cada determinado tiempo exija la revalidación de participación en la sesión.
El Pleno Digital se utilizaría además en situaciones de contingencia como la ocurrida o alguna que impida literalmente acceder a la sede del Legislativo y no como una medida ordinaria que relaje la disciplina y obligatoriedad de acudir a las sesiones del pleno; “estoy seguro que se invertiría menos que el gasto realizado ahora para traslados de diputados y la renta de Expo Santa Fe”, dice. Por cierto, esa información hasta ahora no ha sido revelada por la Cámara de Diputados.
El legislador quintanarroense señala que la iniciativa la estaría presentando en breve, aunque su discusión ocurrirá seguramente hasta el siguiente año. Alegre Salazar ha ocupado cargos federales en el área de telecomunicaciones y su experiencia en la iniciativa privada es precisamente en el desarrollo tecnológico de comunicaciones –además de que su familia posee una de las cadenas de radio más grande del sureste mexicano-; si su propuesta es aprobada, no habrá razón alguna para volver a retrasar las sesiones para aprobación de presupuesto, más allá de las diferencias que naturalmente ocurran entre las fracciones parlamentarias.
Y no se trata de evadir responsabilidades de atención a grupos que se manifiesten, como tampoco calificar como justas o injustas las demandas planteadas, pero la intencionalidad clara de las manifestaciones ha sido siempre el obstaculizar la acción de las instituciones; por ello es que la vulnerabilidad no puede ser tanta. Si la iniciativa de Alegre Salazar no se aprobase, aun así la Cámara de Diputados tendrá que instrumentar mecanismos que aminoren esa vulnerabilidad; además de aminorarla atendiendo también las necesidades que se le planteen, evidentemente. Interesante propuesta del quintanarroense, habrá que ver la atención que se le dé.
COMENTARIO MORBOSO
La marcha Anti-AMLO fue mucho menor a los apoyadores que acudieron al zócalo de la Ciudad de México a escuchar al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lanzar el mensaje con motivo de su primer año como mandatario. El contenido del mensaje fue básicamente el mismo que los anteriores tres que ha dado, con algunas cifras actualizadas, con un tono más serio –circunstancia obliga-, y acaso con la adición de algunos hechos que han puesto en aprietos a la cuarta transformación republicana, como los actos violentos en Culiacán, y la liberación de Ovidio López, hecho que se sigue manteniendo en el discurso como una decisión responsable. Dicen.
Pero también los aplaudidores del presidente fueron menos, el zócalo se llenó, sí, pero no estuvo desbordado como hace un año; de sus cien compromisos, dice que ya cumplió 89; defendió a Evo Morales, agradeció al presidente Donald Trump por el apoyo a la familia Le Barón; reconoció que no hay el crecimiento económico prometido, pero que tampoco hay derroche; en fin…lo mismo, pero con menos aplausos.
Para la región sureste habló de crear la zona libre –no contemplada en el presupuesto, tendrá que ser por decreto si quiere hacerlo para 2020- y sin especificar que será en Chetumal (por lo menos en la percepción del escribiente quedó mucho más difusa la promesa); no habló en general de la salida de las dependencias federales, menos aún de la llegada de la Sectur a la capital quintanarroense, nada pues de lo que el sur ha pedido. Destaca pues que, al cierre de su primer año llega con una popularidad del 68 por ciento, lo cual para algunos medios de comunicación –optimistas- es muy bueno, muy alto, pero ya hubo antecesores con esos porcentajes y la caída de en un año ha sido más que marcada; en un año veremos si estamos en un país mejor, como el que dijo desear; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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