Los monopolios y la inflación
Por Alejandro Carvajal Hidalgo
Las prácticas monopólicas hacen de la inflación un fenómeno más agresivo para las familias mexicanas.
México respecto América Latina es uno de los países con menor porcentaje de inflación; sin embargo, el Banco de México (Banxico) anunció que incrementará 50 puntos la tasa base de interés (11%), y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ubicó en 7.91 por ciento el crecimiento de la inflación en enero, una cifra que no se esperaba en el entorno del mercado interno y externo. Es cierto que la inflación es un fenómeno mundial, siendo un factor principal el alza energética por los conflictos bélicos, la ruptura de la cadena de suministros y la recuperación económica de la pospandemia; no obstante, hay otros factores internos que hacen de la inflación un fenómeno más agresivo para las familias en México.
Uno de esos factores son las prácticas monopólicas. En nuestro país los monopolios son inconstitucionales, así lo dispone el artículo 28 de nuestra Constitución política. Sin embargo, el poder de concentración del mercado en pocas empresas, como lo señala Carlos Urzúa en un trabajo para la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE), puede estar significando un incremento en los precios de hasta 40 por ciento.
Hay diversas empresas que controlan mercados completos, por ejemplo: dos empresas controlan el mercado de alimentos procesados: Bimbo y Pepsico. La primera domina totalmente el mercado del pan de caja y, con su empresa Marinela, el de los panes dulces industrializados. Bimbo, junto con Pepsico, dominan el mercado de las frituras con su marca Barcel, además de que Bimbo por mucho tiempo contó con gran parte del mercado de dulces con Ricolino, empresa que fue vendida a finales de 2022 a Mondelēz international por mil 300 millones de dólares.
Dos compañías también acaparan gran parte del agua embotellada: Kellogg’s y Nestlé, que además dominan el mercado de los cereales de caja, dejando atrás el consumo tradicional de cereales integrales como la avena y el amaranto. Danone, Lala y Alpura controlan el mercado de las bebidas lácteas. Sigma, Zwan y Kir el de las carnes frías. Maseca controla la venta de maíz y así podríamos seguir con el análisis. El fondo del asunto es que estas empresas se han puesto de acuerdo y elevan a su antojo el valor de los productos ante la falta de competencia en el mercado o incluso realizan una práctica conocida como reduflación –reducir la cantidad de productos, sin reducir los precios–.
En síntesis, en México hay diversas empresas que controlan mercados completos y a pesar de la inflación por factores externos, nuestra dinámica interna de por sí está distorsionada por la concentración del mercado en pocas empresas. Esta alza se ve reflejada principalmente en productos alimenticios procesados y materias primas, y el índice real puede ir de entre el 10 y el 25 por ciento. ¿Por qué? Porque México es el paraíso de los monopolios.
TW: @acarvajalh
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