La soledad de Cheché

Por Claudio De la Llata

Tras un periodo de siete años; el panista José Carlos Bernal Suarez, egresado de la universidad Iberoamericana, y con un perfil más cercano a cualquier miembro del Yunque poblano; pretendió ilusamente ser rector de la Buap, no pensando en la crisis que se le sobrevino a su mentor, Alfonso Esparza Ortiz, por haber sido fiel amanuense y mapache de Rafael Moreno Valle, además de haber demostrado denodadamente ser un pésimo administrador de la máxima casa de estudios del estado, hoy atisba certeramente, como sus sueños guajiros se desvanecen.

Luego de lo narrado inicialmente, hay que decir que el equipo de Cheché rumbo a la rectoría se compone de: 1.- coaching: José Carlos Bernal, 2.-jefe de relaciones públicas: José Carlos Bernal, 3.-Braiding workmen: José Carlos Bernal, 4.-responsable del war room: José Carlos Bernal, 5.-estratega de campaña: José Carlos Bernal; por lo que se puede deducir que el hombre orquesta, conocido en el mundo de las bajas pasiones como “Cheché” (Mentiritas Bernal), no lo quiere nadie, no cuenta más que con el rector y eso no le va a alcanzar para llegar a la rectoría, y hace que sus días en la burbuja de la élite dorada de la burocracia de la Buap, estén llegado a su fin.

Muchos han sido los enemigos que ha cultivado José Carlos Bernal; tantos que su miedo bien fundado en alguna represalia, se irá consolidando conforme se acerque la hora de la verdad, en la que las cuentas pendientes tendrán que ser cobradas; son muchos los que le traen ganas, por lo que caben las preguntas: ¿a dónde se va a esconder con tanto enemigo…?, ¿realmente lo defenderán sus tres incondicionales?, ¿será que este será su fin, dentro del grupo tomador de decisiones de la Buap?, ¿ha pensado en su plan “b” como Alfonso Esparza ya lo hizo?

Igualmente será importante decir, que las horas de que Alfonso Esparza rinda cuentas ante la autoridad, por sus desfalcos se acercan inexorablemente; ya por lo pronto se habla en la Buap de una punta de porros que vigilan la torre de rectoría, esperando a que llegue la policía para enfrentarla, en caso de que tenga que ser aprehendido el rector de marras, hacer justicia por su propia mano e impedir el acto legal, eso no les conducirá a nada.

Con lo anterior, hay que decir que lejos de que esto se suponga una defensa formal, lo cierto es que es otro delito; pues la resistencia de particulares se paga caro en la cárcel, el incitar a la desobediencia civil contra un gobierno establecido, es igualmente un delito grave; así como provocar un enfrentamiento entre la policía y los civiles también…tiene que ir pensando de otra manera, todos los cómplices capturados ya soltaron la sopa, ya lo saben todo en casa Aguayo, es inútil cualquier intento de zafarse de esta circunstancia, no hay escapatoria.

Entre los que están tras las rejas, se encuentra un constructor muy conocido en Puebla, que su delito fue construir un edificio para la familia Esparza, ya “cantó” y dijo hasta lo que no se comió, y por el estilo sus otros dos acompañantes, uno ya salió, pero ya cantó; esto no tiene remedio, habrá consecuencias graves en breve.

Tras lo ya descrito cabe la interrogante, sobre las razones por las cuales José Carlos Bernal “Cheché” (mentiritas Bernal), ha osado en convertirse en un postulante a la rectoría con sus tiernos 57 años de edad, por lo cual se está jugando el todo, por el todo y no obtendrá nada, pues lo único que tiene garantizado es el fracaso.

Como también ha sido un fracaso al operar en las unidades académicas y campus de la Buap fuera de la ciudad, en la elección, para inducir y lograr hacer que lleguen los incondicionales a las posiciones deseadas, por el momento; si creyó que, sacando a Lupita Grajales Porras con sus intrigas de la secretaría general, se había deshecho de una contrincante; lamento informarle que Beatriz Gutiérrez Müller opina todo lo contrario, si no al tiempo.

Lupita Grajales Porras ya sabe que la sacó Cheché con las intrigas palaciegas de todos conocidas, no es un enemigo menor, debería de tener más cuidad cuando habla de ella; las paredes oyen, los muros hablan, los pasillos informan; no será un día de campo con Roberto Vélez Pliego, ni mucho menos con Roberto Vélez Grajales, las cosas no se van a quedar así…

Finalmente basta decir que nadie sabe que mosca le picó a Cheché, pues pese a tener nulas posibilidades de ser el rector, se sigue placeando como si fuera el elegido; a tal grado, que ya le dicen “Cheché, el ungido de rectoría” en tono de burla, por ser parte de la pipitilla de la Buap, que a la salida de Alfonso Esparza va a desaparecer, como desaparecen las huellas en el mar.

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