Zona cero: El señor del bastón
Por Javier Divany Bárcenas
Quizá sólo los dioses.
Pareciera que el mesías que llegó a tierras mexicanas en el 1 de diciembre de 2018, tras una votación a su favor de 30 millones de personas, con la promesa de mejorar las condiciones del país, perdonar a todos los delincuentes comunes, del crimen organizado y de cuello blanco, y hacer la mejor nación del mundo, no está cumpliendo con su promesa, ni con las cien ocurrencias que dio a conocer públicamente.
El mesías, llamado así por vox pópuli, Andrés Manuel López Obrador, se siente con más poder que ni el propio Jesucristo, que no quiero ni pensar que se sienta el padre del hijo. Pero ese es otro asunto divino. Lo que sí es que, AMLO, ahora está dispuesto a no callar y a seguir denostando todo lo que huela a pasado y en contra de él.
Después de la limpia que le hicieron en pleno Zócalo capitalino el 1 de diciembre de 2018 y recibir de los pueblos originarios el “bastón de mando”, que significa “mandar obedeciendo”, un poder comunal en favor de la gente, y que no significa que sea sólo para dirigir a los pobres, sino también a ricos y a lo que queda de la clase media, tal parece que ese mando no se está cumpliendo.
Andrés no vino a unir a los mexicanos con ese bastón como se lo encomendaron los dioses y los pueblos, él ha dividido al país entre los que lo adoran y creen todas sus palabras, y los que esperaban un cambio real del país con más progreso, crecimiento, trabajo, respeto, seguridad, democracia con un verdadero cambio a diferencia de los gobiernos pasados de PRI y PAN.
Los pueblos originarios y con el apoyo de los dioses deberían, a estas alturas del sexenio, estar haciendo un análisis del mandato de AMLO, quien sólo sigue buscando hacer su voluntad y atacando todo lo que no le parece. Recordemos algunas de las cien barrabasadas ordenadas bajo el bastón y mando otorgado por los pueblos originarios de México al máximo representante del partido Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Y para empezar habría que recordar que la tragedia que hoy vivimos comienza a finales de 2018 cuando el gobierno de AMLO, a través de la Cámara de Diputados, autoriza recortes al PEF 2019, principalmente para el Poder Judicial, para el INE y la CNDH, así como a todos los sectores a su consideración.
Y ante la austeridad republicana anunciada por el presidente cayó una ola de recortes en todas las dependencias del país, con el argumento de que eran trabajos creados por compadrazgos. Así, 350 mil trabajadores del gobierno y externos (directos e indirectos) y empleos en general se perdieron a principios de 2019, por la llamada austeridad republicana.
Así inició el sexenio de López Obrados, tal y como lo muestra una publicación de Financiero Bloomberg del 7 de enero de 2019, que decía en su cabezal “A 38 días, despedirán a 2,817 trabajadores”, “El objetivo para lo largo del sexenio es prescindir de 222, 515 trabajadores, una reducción de 70 por ciento de las 317 mil 979 plazas de confianza”. ¿Se imagina toda esa gente sin trabajo y sin un sustento seguro para sus hogares? “¡Es un honor votar por obrador!”, con esta frase ganó el mesías.
Bueno ahí solo empezaba esto, era el primer año de gobierno y la austeridad amenazaba un pueblo noble y sumiso. Bajo el engaño de acabar con todos los neoliberales, AMLO empezó la embestida por diferentes frentes.
Olvídense que deben ser gobernados por el señor del bastón, el objetivo era frenar el camino de las inversiones, del progreso, de todo aquello que sonara a neoliberalismo y corrupción. Sin pruebas de nada, pero esa es y será la meta durante todo el sexenio.
Con el gran bastón en la mano y el poder que le confieren los dioses del universo, Andrés el mesías, se va contra todos los fideicomisos y apoyos a órganos subrogados los cuales desaparece y termina con otros tantos miles de empleos.
En la lista de la austeridad y contra la corrupción, aparece el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICDMX), y con el simple argumento de que detrás de ello está la delincuencia de cuello blanco, un mundo de corrupción, así como de violaciones para su construcción, ¡lo cancela por ser el PRESIDENTE! Ahí se acaban miles de empleos.
El primer año de gobierno y bajo las políticas del líder morenista, el país decrece menos uno por ciento, lo que ya hablaba de una crisis seria y grave, luego, para colmo del señor del bastón llegó a principios de 2020 el COVID-19, la pandemia que arrasaba con miles de vidas en todo el mundo y creaba crisis económica.
Otros millones de personas se quedaban sin empleo, despedidos por el cierre de comercios y de plantas, restaurantes y escuelas, cierre de centros turísticos y de las propias oficinas de labores. Y ante la falta de políticas inmediatas gubernamentales, la crisis pegaba nuevamente y en el segundo año de gobierno de AMLO un decrecimiento del 4 por ciento.
Sin hablar en este espacio de las pifias sobre el sector salud cometidas por el subsecretario Hugo López Gatell, que nos daría para escribir una enciclopedia, López Obrador ha superado los cien errores para dirigir un país que serán superados a las cien promesas de gobierno, que más bien son las cien ocurrencias.
Lo que sí debe preocuparnos a los mexicanos son las mentiras de López Obrador cuando dice públicamente y ante medios de comunicación, frases referentes a México como: “México sigue siendo un país muy atractivo para la inversión”. “Hay Estado de Derecho que no había”, “Se respetan las leyes”, “No hay autoritarismo”, “El poder ejecutivo no es el poder de los poderes como era antes”, “El que mandaba antes en todo era el presidente, ahora no”, “Somos respetuosos del poder legislativo y del poder judicial”. ¡Aguas mexicanos!
divanybz@yahoo.com.mx
@javierdivanybz
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