
Ya rebasaron
Por Guillermo Robles Ramírez
Las autoridades policiacas de Nuevo León; ya fueron rebasadas por la delincuencia normal, refiriéndonos a rateros comunes y no se diga de la delincuencia organizada que desde hace ya muchos meses ha sentado sus reales en la vecina entidad, preferentemente en la regia Monterrey y municipios circunvecinos
Cuando rateros simples y hasta aprendices de malandros roban con toda facilidad en el interior de restaurantes, estacionamientos de centros comerciales tipo “Mall” u otro tipo de negocios a horas aún de bastante actividad, debe considerarse de dos formas: está vendida la plaza o los cuerpos policiacos han sido rebasados por los malos o lo que es lo mismo, no pudieron con la actividad delictiva de éstos y la ciudadanía está a expensas de estos sujetos.
Es un hecho que, para algunos, estos comentarios los consideren exagerados y los tachen de amarillistas, pero la única recomendación que puede darse en estos casos es tener un contacto más apegado y constante a los medios de comunicación regiomontanos que nos relatan diariamente ataques de simples delincuentes, para tener una idea y vivir en la realidad respecto a que ya ni en los restaurantes se tiene seguridad y tranquilidad.
Al menos es lo poco que pueden decir los comensales del rubro restaurantero cada vez que se atragantan cuando entran al menos dos “pelados”, con arma en mano para amagarlos y despojarlos de cuanto traían en sus carteras. Pero no siendo suficiente ahora hasta les piden que desbloquen los celulares, para poder vaciar las cuentas por medio de las modernas aplicaciones bancarias que cada vez las mismas instituciones financieras orillan a los cuentahabientes a tener que usarlas porque existen cuentas que no se pueden ingresar por medio de una computadora de escritorio o vía web.
Ya no respetan ni siquiera aquellas zonas regias que por juzgar el tipo de viviendas en su alrededor es fácil decir que viven personas con poder adquisitivo y en teoría no tienen problema con lugares conflictivos en donde las patrullas no pueden ingresar a esas partes porque son agredidos por los mismos pandilleros o igual manera colonias inaccesibles porque no hay pavimentación.
Lo mismo está sucediendo en lugares cercanos a instituciones universitarias privadas que son conocidas por sus elevados costos en donde solamente con un poder adquisitivo de los padres de familia pueden costear los estudios universitarios, pero incluso pagarles la estadía en departamentos o casas muy cercanos al lugar en donde hacen sus estudios profesionales. Se trata de colonias que tienen una alta plusvalía ya que cuentan con negocios de comida para que los jóvenes universitarios puedan salir a comer y pasear.
Estos delincuentes han encontrado un nicho en donde cometer sus fechorías ya que a sabiendas que la reacción policiaca es muy lenta es como visitar un rico bufet en donde se sirven de todo para robar negocios y despojar a los clientes, por lo general son estudiantes que no tienen la malicia para defenderse contra personas que además maleadas portan armas.
Se conocen de este tipo de espacios en donde el desarrollo urbano está planificado para poder crear una ciudad universitaria para que los jóvenes tengan toda la comodidad y “seguridad” posible para que sus padres no tengan que preocuparse, aunque ante esta ola de delincuencia que no se ventila fácilmente en los medios de comunicación para no restarle plusvalía así como tampoco se publica en redes sociales porque es más fuerte mantener el ego del estatus de alta sociedad sería una vergüenza socialmente asegurar de vivir en una zona insegura a lo que indebidamente tienen la creencia de que es sinónimo de pobreza. Aunque la mayoría de la población mexicana sabe perfectamente bien que la delincuencia no perdona o mucho menos perdona nivel social, sexo, edad y ni estado civil o embarazadas.
“¿Y, la policía?…bien gracias”. Esa es la consabida frase para calificar de la ineficiencia, impotencia, ineficiencia e indiferencia de los cuerpos policiacos cuando han sido rebasados por simples remedos de delincuentes, pues hay que hacer notar que el descaro de estas ratas de dos patas están tan seguros de la incompetencia policiaca que salen a “trabajar” en estado de ebriedad mientras roban a sus víctimas.
¿Con qué confianza se puede ir a cenar a un restaurante regio y estos universitarios? Sale más cara la visitada que la comida, si consideramos que los rateros ya midieron a la policía regia y que con toda tranquilidad pueden atracar a los clientes: ¿Está vendida la plaza o la delincuencia ya rebasó a la policía del vecino de Monterrey, Nuevo León? (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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