¿Y, los papás, qué?
Por Guillermo Robles Ramírez
En la casi totalidad de los problemas sociales más graves que enfrenta en la actualidad México, hay una seria responsabilidad de los padres de familia, se quiera o no reconocer.
De nada servirá la aplicación de multas elevadas, nuevas leyes, penalizando y sancionando con mayor rigor, si no se involucra en estos problemas a los papás de los jóvenes que vienen causando esta violenta situación.
El Estado de Durango, vecino de nosotros los coahuilenses, hace muchos años, promovió una reforma a sus leyes para prohibir a menores de 18 años a conducir vehículos de tracción mecánica a partir de las diez de la noche.
La razón de que los gobernantes duranguenses tomaron esa decisión es porque el 80 por ciento de los percances automovilísticos ocurridos durante la noche son provocados por adolescentes en estado de ebriedad.
Y, no solo las leyes duranguenses se fueron sobre los chavos menores de edad, sino que también hubo responsabilidad y sanción para los padres de familia de esos adolescentes menores a los 18 años de edad que manejen después de las 22 horas o sean las diez de la noche.
¿Qué obligó a las autoridades duranguenses a tomar esta medida?. El hecho de que cada mes se registran alrededor de 400 accidentes de tránsito y el 50 por ciento de ellos es ocasionado por jóvenes y en su gran mayoría bebedores de alcohol. Una cifra que fue bajando paulatinamente después de 16 años de haberlo implementado.
Una decisión vanguardista y muy visionaria que tuvo el Congreso del Estado de Durango, quien llevó ventaja al resto del país, pero dejando en claro que a la fecha ha sido el mejor resultado. Ya que de poco sirvieron los retenes y operativos de diversas formas y manera, pues la ola de accidentes en los que resultan responsables adolescentes y gran parte de ellos alcoholizados, por tan razón e independientemente de las sanciones que se aplicaron a los chavos, las leyes duranguenses no dudaron para ponerlo en discusión y logrando la aprobación en su Congreso Legislativo, en donde incluyó dentro de esa responsabilidad a los papás de esas niñas y niños.
En ese mismo estado de Durango, también conocido como la “Tierra de los Alacranes”, impusieron sanciones a los papás y mamás de menores de edad que hicieran travesuras en este pasado mes de octubre con motivo de la celebración del Halloween.
Estas medidas vanguardistas, que realmente obligan a la participación de los padres de familia a que estén al pendiente de sus hijas e hijos, que no han alcanzado la mayoría de edad, ha sido la mejor manera de enderezar y evitar que el tejido social se corrompa desde el núcleo familiar, es decir, desde la casa de cada uno de los duranguenses.
Es por ello que tanto ciudadanos como autoridades de seguridad pública ahora están pidiendo que se haga una ley para sancionar a padres de menores de edad que cometen vandalismo en la “Tierra de los Alacranes”; puesto que las autoridades de allá han llegado a detener tanto a adolescentes mujeres y hombres que han cometido actos vandálicos o delictivos, portando incluso hasta armas blancas provocando conflictos entre otros ciudadanos cuando solo apenas tienen entre los 14 y 17 años de edad.
Habrá padres de familia que se pregunten, ¿y nosotros por qué?, y las autoridades responden: Pues, porque independientemente que la dependencia de esos jóvenes menores de edad recae todavía en los papás, éstos facilitan el vehículo y se despreocupan de saber o informarse: ¿Dónde están sus hijos?, o ¿con quién se juntan?
Generalmente, los padres de familia nunca tienen respuesta a esta familiar pregunta, o bien creen que sus hijas e hijos son unas blancas palomitas, o la famosa frase, “yo creo o se supone”, pero cuando sucede algo serio y grave, en consecuencia, ya es demasiado tarde para hacerse preguntas cuando se pudo haber evitado si realmente las mamás y papás estuvieran involucrados en su responsabilidad de guarda y custodia como lo marca la Carta Magna.
Un problema en donde es necesario que la sociedad entera esté involucrada, ya que de nada sirve que tanto autoridades locales como estatales hagan inversiones millonarias en esparcimientos deportivos, recreativos, y educativos, como los hay en Coahuila. Y reitero que de nada sirven todos estos esfuerzos y recursos económicos por parte de las autoridades, cuando, por otra parte, el núcleo familiar que es el centro de cualquier tejido social no está haciendo su tarea, y su obligación de guarda y custodia de menores de edad, no solamente en estar al pendiente de sus hijas e hijos, sino educando y dando valores para que sean personas productivas dentro de su propia comunidad.
El Congreso del Estado de Coahuila, se está quedando corto y muy atrás en este rubro, y en donde podrían ponerlos en la mesa de discusión para implementar o mejorar lo que el vecino de Durango está haciendo. Y se debería de considerar incluso extender esas sanciones administrativas a los padres de familia de menores de edad ante la violencia escolar que se vive actualmente en donde estudiantes pueden introducir fácilmente un arma de fuego, o arma blanca, pero también ante las agresiones físicas provocadas por las peleas dentro y fuera de las escuelas golpeándose entre compañeras o compañeros, algo que la sociedad le ha llamado como parte normal el “bullying”.
Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar, dice viejo refrán, por lo que los municipios coahuilenses deben tomar ejemplo de los vecinos duranguenses, antes de que sea demasiado tarde. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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