¿ Y DOÑA JUSTICIA ?, DORMIDA
Se acepte o no, pero es una realidad tan grande como es de las mismas dimensiones la ausencia del interés por la cultura de la denuncia que cada vez va perdiendo fuerza ante el justo rechazo de la ejecuciones y acciones de la ley que tal parece que tiene más derechos el delincuente común que los ciudadanos.
Pese a todo y no solo en los medios de comunicación, sino también en novelas televisivas, no faltan los mensajes directos sobre el peligro en el que vive en país y el fomento sobre la cultura de la denuncia, siendo muy típica la gran lentitud prevaleciente para hacer una declaración de un delito y la tranquilidad como se mueven las autoridades para atrapar a los malhechores; obviamente sin faltar el mensaje:”Si tan solo los mexicanos nos acostumbráramos a denunciar, nuestro país sería otro”.
Con las mejores intenciones y como parte fundamental para que exista una justicia o cuando menos eso es lo que las autoridades siempre tratan de inculcar dentro de los valores importantes de los derechos humanos e inclusive dándole cada vez más autoridad ala Comisiónde los Derechos Humanos para hacer uso y práctica de los múltiples abusos que se cometen diariamente.
Hay numerosos programas para fomentar la cultura de la denuncia y prevención, que imparten diferentes dependencias federales, estatales, y municipales.
No existe alguna universidad pública o privada en la que no haya pasado cuando menos una conferencia para los jóvenes para sensibilizar la legalidad y por medio de la denuncia se pueda prevenir de manera anticipada, un posible acto o situación que pudiera generar problemas en su comunidad, y al mismo tiempo se les enseña como canalizarlo, es decir, a las instancias correspondientes.
Inclusive y normalmente en todas las conferencias se cierra con broche de oro la tan desgastada recomendación de invitar a todos los jóvenes a tener confianza en las autoridades, a no abandonar los espacios públicos, formar parte de la comunidad a través de la denuncia.
Todo está muy bien y es bueno que se hagan este tipo de programas y campañas publicitarias en los diferentes medios electrónicos, pero las conferencias son igual que en las películas y las telenovelas, porque logran el objetivo de motivar e incentivar a los estudiantes, amas de casa, televidentes, etc., es decir, creen salir con el poder de la justicia en la mano pero la verdad es totalmente distinta, pero cuando se trata de ponerlo en práctica, las cosas cambian diametralmente porque la realidad es otra.
Cuando menos eso sucede en Coahuila, pues para iniciar cualquier proceso pasan días, semanas y hasta meses para cuando se determina la culpabilidad del acusado y se dicta una orden de aprehensión. Cuando se llega a ésta etapa es muy común que se pueda celebrar como si fuera una victoria, pero en los hechos se trata solamente de otro nuevo episodio en la cual el proceso se queda en la congeladora, evitando que se ejecute la detención de la rata de dos patas con más de veinte mil excusas.
Retomando la teoría, se supone que cuando sale la orden de aprehensión que son resoluciones dictaminadas por un Juez y se queda secretamente bajo resguardo, para entregarlo al Ministerio Público para que sean ejecutadas ala Policía Ministerialo a los agentes encargados para realizarlo. Para cuando esto suceda también ya pasaron otros meses.
Enla Procuraduríade Justicia del Estado, el sueño de los justos se encuentra a la orden del día en donde aparentemente las órdenes de aprensión son vendidas a su mejor o más bien antes de detener a estos raterillos los exprimen pidiéndoles dinero hasta ya no tener, antes de que los detengan pero eso sí; los tienen muy bien ubicaditos porque la policía ministerial sabe dar santo y seña de dónde trabajan, en qué horario, cuantas veces se han cambiado de domicilio, entre amistades y familiares, sin embargo, no los detienen porque dizque no hay personal suficiente o la nueva excusa es que el ministerial fue levantado por el crimen organizado, cuando en realidad fue trasladado o dado de baja.
Muchísimos expedientes andan paseando por ahí con un rezago impresionante de años pasados, con el mismo denominador común y menciona como ejemplo clara de esta situación, pueden mencionarse. La cultura de la denuncia también debe de ir acompañada con la cultura de la honestidad y transparencia de la dependencias de procuración de justicia para que no sean lentos en las demandas de delitos menores como las de fraude, robo y entre otros delitos que pasan por procesos penales que “duermen el sueño de los justos”, en las dependencias porque mientras tanto los delincuentes se pasean por toda la ciudad sin que sean atrapados porque las órdenes de aprehensión son vendidas al mejor postor, hasta por una caguama para darle tiempo a la rata de dos patas a que se siga paseando.
(Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org
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