Volar: la hazaña un siglo después
La Habana (PL) Cualquiera pensaría que la hazaña primigenia de volar en un aeroplano con motor solo pudieron sentirla hace más de una centuria Wilbur y Orville Wright.
Quien así lo crea podría preguntarle a un dúo de suizos que acaba de recorrer casi medio millar de kilómetros en un avión impulsado solo por la energía solar. Tal vez quiera decirme lo difícil de arriesgarse en una travesía transcontinental en un aparato con velocidades inferiores a los 100 kilómetros por hora, pero le respondo que asido en la ciencia hay que tener fe.
Cierto es que las tecnologías para almacenar la energía del sol son, por decir lo menos, demasiado primitivas.
El Solar Impulse 2
Tras más de una década de investigaciones, de pruebas y búsqueda de financiamiento, el proyecto del avión Solar Impulse 2 (SI2 o Solar Impulse HB-SIB) venció la segunda de 12 etapas para recorrer el mundo.
La vuelta al orbe, alrededor de 35 mil kilómetros, se completará en cinco meses y 25 días de vuelo efectivo, e incluye el paso sobre los océanos Pacífico y Atlántico.
Al mando del piloto suizo André Borschberg, quien lidera la iniciativa junto a su coterráneo Bertrand Piccard el monoplaza necesitó 13 horas para cubrir la primera parte de su viaje, entre Abu Dabi, la capital de Emiratos Árabes Unidos, y Mascate, la capital de Omán.
Un poco más de 13 horas le bastaron para llegar a Ahmedabad (India), desde Mascate, volando a través del Mar Arábigo a una altitud de ocho mil 534 metros. Con esto el Solar Impulse 2 superó un récord mundial tras recorrer mil 468 kilómetros de distancia. La mayor hasta la fecha por un avión solar.
Para ello esta versión mejorada cuenta con más de 17 mil células fotovoltaicas que recubren sus alas de 72 metros, casi tan largas como las de un Airbus A380, que pesa casi 100 veces más que este ingenio de apenas dos toneladas.
Con un diseño superior al prototipo que en 2010 voló 26 horas seguidas y recorrió Estados Unidos de costa a costa en cinco etapas, el Solar Impulse HB-SIB tiene autonomía para cinco días y sus noches y está fabricado con delgadas capas de fibra de carbono.
Sus responsables no se involucraron en este proyecto por puro amor al arte, digo a volar, pues tienen como objetivo concienciar a la población y a los políticos sobre la importancia de apostar por las energías renovables en detrimento de los combustibles tradicionales.
Los destinos siguientes son Myanmar, antes de la etapa más larga del trayecto: cinco días consecutivos desde Nankin, en China, al archipiélago estadounidense de Hawai, en el Pacífico.
Después, el avión cruzará Estados Unidos, hará una parada en el sur de Europa o Norte de África, antes de llegar de nuevo a Abu Dabi.
Los inicios
El proyecto empezó en 2005 con un costo previsto de 90 millones de dólares, y en un primer momento experimentó problemas por falta de financiación.
Los primeros vuelos de prueba se realizaron en 2009 con el prototipo denominado Solar Impulse HB-SIA, llevando a cabo posteriormente exhibiciones por Europa, Marruecos y Estados Unidos.
El jueves 8 de julio de 2010 el Solar Impulse estableció dos récords mundiales: el primero en número de horas, al volar durante 26 horas y nueve minutos, el segundo en altura, al alcanzar los ocho mil 564 metros sobre el nivel del mar.
Si se embulla -y la ciencia triunfa- tal vez nos veamos montados en uno de ellos, pero eso sí, a velocidades más altas que las de un ave.
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