Veneno Puro: Tiburones en el DF

*Tiburones en el DF

*Salida a “Enfermos”

*Broma de mal Gusto

 

Dentro de unos días abrirá sus puertas, para el público en general –la clase política ya tuvo el privilegio del acceso gratuito-, el inmenso Acuario al que ya se llama “Slim” por ser este personaje su financiero dentro de su propia “ciudad”, en el norte de Polanco, la zona residencial fundada por la comunidad judía en la capital del país, y que alberga cinco mil ejemplares marinos incluidos una decena de tiburones de distintas especies y colmillos afilados. Más pareciera que la propuesta del multimillonario –aunque gaste más de lo previsto y se aleje con ello del liderato entre las mayores fortunas del mundo-, fuese la de exhibir a quienes, desde la vida institucional, mantienen sus fueros… en peceras gigantescas, de las cuales no pueden salir, igual que los mafiosos no tienen forma de escapar de sus propios sicarios cuando éstos olfatean alguna traición.

Dicen por allá, en voz baja, que uno de estos escuálidos, al observar tras los cristales a Miguel Ángel Mancera Espinosa, se le quedó mirando fieramente interrumpiendo su nado. Y Mancera se inquietó un poco ante la premonición que ello podría significar: esto es, para alternar con los experimentados y golosos devastadores de los océanos es necesario que al jefe del gobierno defeño le crezcan los dientes mientras aprende a morder los desechos sólidos del sistema político mexicano. Claro, para todo ello, la inversión marina en una ciudad del Altiplano, con una altura poco propicia para exhibiciones de peces por cierto, tuvo que ser excepcional: 250 millones de pesos. Una minucia en la cartera de Don Carlos, el icono de los jóvenes empresarios.

Desde luego, era necesario un sitio así en la metrópoli en donde los predadores andan sueltos por doquier, lo mismo en las calles y las oficinas públicas que hasta en los templos en donde debiera existir ya una comisión que elaborara el directorio de pederastas para evitar la infamación de quienes no lo son con generalizaciones odiosas y perturbadoras. Alguna vez, un alto prelado de la Iglesia me dijo sin ambages:

–Todo esto –las películas que exhiben diversas historias vergonzosas y las informaciones sobre hechos supuestamente “aislados”-, es consecuencia de una campaña de los judíos. Ellos, con su inmenso poder económico, financian cuanto les es posible para socavar el prestigio de la Iglesia.

Quienes forman parte de la colonia judaica en nuestro país, por supuesto, sostienen otra cosa: el lacerante señalamiento de que fueron sus antepasados quieren fraguaron la traición y posterior ejecución de Cristo, por parte de una jerarquía eclesiástica fanatizada; y lo mismo en cuanto al holocausto en la Segunda Guerra Mundial –en principio se habló de dos millones de víctimas- cuando se acusó al Papa Pío XII por su tibieza ante los crímenes nazis pese a que múltiples sacerdotes hacían hasta lo imposible por dar refugio a los perseguidos. La polémica permanece y marca una profunda división en los enfoques diversos de la historia sobre el bárbaro evento universal

Pero, más allá de estas crónicas acaso sesgadas de acuerdo a las posiciones de unos y otros, nadie puede dudar sobre las actitudes criminales de algunos sujetos refugiados bajo sus sotanas y protegidos por las autoridades de la Iglesia quienes, claro, pretextan que es trascendental, incluso por arriba de la demanda de justicia, evitar el desgaste de los muros de la Iglesia siguiendo la máxima de San Pedro sobre “las piedras que prevalecerán” aun ante el ataque del “siniestro”.

No es muy distinta la posición de los Ministros y Magistrados, lo mismo en la Suprema Corte de Justicia que en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF y no TRIFE como frecuente y erróneamente se menciona), cuyos honorarios y prerrogativas alcanzan, al año, cantidades millonarias por ellos mismos asignadas en complicidad con los legisladores quienes, de la misma manera, autorregulan sus estipendios. Me pregunto, en este 2014, cuando las elecciones se reducen a un par de entidades para la renovación de ayuntamientos y congresos locales, casi una suerte de “año sabático” para los “inatacables” magistrados del Tribunal Electoral, si es consecuente mantener las exorbitantes prerrogativas, a todas luces injustificada, en un país en donde los salarios mínimos se sitúan en 65 pesos cincuenta y ocho centavos, a veces por trabajos físicos que deterioran gravemente la salud o quiebran, para siempre, a los obreros.

Ha sido constante –y lamentable- que en este rubro los diversos regímenes padecidos –del PRI, el PAN y otra vez el PRI-, parezcan simular los sobornos con la tolerancia hacia los ingresos escandalosos de los togados cuyos laudos y sentencias, según el caso, han sido, por decir lo menos, escandalosas. Por ejemplo el dictamen sobre el resolutivo de los comicios de 2006, apadrinado por el entonces presidente del tribunal de marras, LEONEL CASTILLO GONZÁLEZ –con mayúsculas para que resalte el ignominioso patronímico para vergüenza de su descendencia-, en el cual se reconoció las intervenciones ilegales del presidente de la República y sus socios del sector empresarial, y pese a ello se consideró que no eran “determinantes” para el resultado final aun cuando éste dio una ventaja de menos de medio punto porcentual al aspirante del continuismo y dl gobernante PAN. ¡La vergüenza fue tal que se han debido modificar los órganos rectores de una democracia traicionada y ya obsoleta!

Pues bien, algunos ministros y magistrados perciben, al año se entiende aunque no sería difícil que otros arreglos multiplicaran tales ingresos, seis millones trescientos mil pesos, los honorarios que reciben, el presidente de la Corte, los integrantes de la Judicatura Federal y los magistrados de la sala superior del Tribunal Electoral, los siete sabios que finiquitaron los colegios electorales –con integrantes de las propias Cámaras que juzgaban sus propios casos al tenor de las diferencias partidistas; en la baja más de quinientas curules se calificaban entre los pares-, supuestamente para terminar con el ominoso “mayoriteo” que tendía a seguir los lineamientos del Ejecutivo. Dentelladas de los tiburones de la residencia oficial.

No puedo explicarme cuáles son los criterios que se siguen para registrar tales sueldos, superiores al que oficialmente recibe el presidente peña nieto –cuatro millones doscientos mil pesos cada doce meses incluyendo el célebre seguro contra los riesgos derivados de sus funciones intrínsecas-, pese a que sus trabajos suelen cernirse a unos cuantos meses de los años llamados electorales –en la órbita federal cada tres, como en el 2015-, y a dictámenes obviamente contaminados por la mano mecedora de la cuna en donde nace, con deformaciones si se quiere, la alquimia inmarcesible. A estas alturas ya no es secreto para nadie.

Sencillamente no podemos sino oponernos a esta regulación de salarios desproporcionada e incluso desquiciante en una nación depauperada y saqueada de manera impune precisamente por quienes han ejercido el poder a través de las décadas recientes. ¿Se salva alguno? Difícilmente podemos encontrar, en el fuero federal- algún nombre que esté libre de pecado sobre todo en cuanto a la Primera Magistratura se refiere; más bien, nos avergonzamos de quienes han pasado por Los Pinos, de todos ellos, acaso con la excepción del fundador de la residencia y su primer huésped perentorio por allá de 1936.

Ahora caigo en la cuenta de la utilidad de la Secretaría de Marina cuyas oficinas administrativas se encuentran en la capital aunque su sede se colapsara en 1985. Lejos de las costas y de los puertos en donde tanto urge su presencia… y muy cerca de los territorios en donde, codo con codo con los marines camuflados, la violencia es cortina de humo al impulso de los intereses soterrados binacionales, o multinacionales. Pues bien, los marineritos de asfalto son los mejores guardianes del Lago de Chapultepec y ahora lo serán igualmente, faltaba más, del Acuario “Slim” con todo y sus huéspedes temibles.

Ya con ello, tendrán argumentaciones bastantes para proceder, sin que tengan funciones constitucionales para ello, con sus operativos sobre territorios sin salidas al mar, digamos Morelos o el Estado de México, atrayéndose facultades que corresponden a la Defensa Nacional, esto es a los militares arrinconados y obviamente mutilados por obra y gracia de los celos y los temores presidenciales… lo mismo con calderón que con peña.

En estas condiciones, ¿cómo puede asegurarse la tan traída y llevada “estabilidad nacional”?

Mirador

No hay necesidad de “desaparecer los poderes” en una entidad federativa; tampoco de invasiones u ocupaciones al estilo de la Veracruz hace exactamente un siglo para ignominia… de los Estados Unidos, no de México porque aquí ni el célebre “Chacal” Huerta bajó la cabeza ante los neo-conquistadores insolentes y atrofiados por su propia soberbia. Ganamos, al fin, la batalla moral que es, finalmente, la predominante sobre todas las agresiones sufridas, siempre pasajeras.

Pues bien, ahora, en vez del escándalo, se determina un nuevo análisis de salud, una especie de “overhaul” –así me dijeron que se escribe correctamente la conjunción del inglés determinando las reparaciones estructurales-, para el sometido, marginado e indiferente gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo Figueroa, quien ya estuvo un semestre fuera de circulación, esto es cuando dejó en su lugar a Jesús Reyna García actualmente preso por sus presuntos vínculos con la célebre “Familia Michoacana”. Es muy difícil que Don Fausto vuelva al redil del gobierno a estas alturas. Y el Mundial futbolero, como en otras áreas, será un magnífico distractor para menguar los efectos del colapso.

¿Y los demás enfermitos? Podríamos comenzar con señalar al presidente peña y llegar hasta el “comisionado” Alfredo Castillo Cervantes. Son decenas los que están atrapados en un cuerpo averiado, sea por los excesos o por el estrés por las responsabilidades de sus cargos. ¿O acaso hay algo más? Desde hace tiempo lo venimos sosteniendo.

Por las Alcobas

Corría el mes de febrero de 2003. En circulación, mi obra “Marta” contaba algunas de las peripecias de la entonces “primera dama” y, en un ejercicio de prospectiva, novelaba las ambiciones del personaje quien, como Cristinita, la de Argentina, deseaba suceder a su marido en el trono presidencial. Trono va con monarquía sin ninguna intención escatológica por supuesto.

Fue el caso que, en esos días de agobio por los cañonazos literarios, marta y vicente fueron de periplo a Perú donde gobernaba Alejandro Toledo Manrique, quien cumpliendo con el protocolo presentó a la pareja mexicana a cada uno de sus colaboradores cercanos. Cuando llegó al ministro de la Defensa le dijo:

–El señor Aurelio Loret de Mola…

Y como si hubiera tragado un sapo, la señora sahagún, con tono airado y el rostro contrito, le replicó:

–¡Esa es una broma de muy mal gusto…presidente Toledo!

Claro, se hicieron las aclaraciones pertinentes y la señora debió de disculparse con el alto funcionario por un exabrupto sobre el apellido que tanto escozor le causaba en su país. Mil perdones, señora mía; pero era necesario ponerla en su nivel para bien del país. ¿O creen que me equivoqué?

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WEB: www.rafael-loretdemola.mx

E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com

LOS TIBURONES DE AGUAS NEGRAS NOS LANZAN DENTELLADAS A CADA RATO Y, EN OCASIONES, SIN POSIBILIDAD DE PERCIBIR SU CERCANÍA. YA HEMOS DADO ALGUNAS LISTAS DE PREDADORES HUMANOS Y NI ASÍ. LA PROTECCIÓN ENTRE LOS DIVERSOS CUADROS –EL DEL GOBIERNO Y LOS DE SUS ADVERSARIOS CÓMODOS, SE ENTIENDE-, ES DE TAL MAGNITUD QUE, CON FRECUENCIA, SE PIERDEN LOS HILOS CONDUCTORES. NUNCA HA SIDO MÁS ARDUA E INTENSA LA LABOR PERIODÍSTICA SOMETIDA A UN EXCESIVO RIGOR PERSECUTORIO.

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