Va en aumento
Por Guillermo Robles Ramírez
Está resultando tan buen negocio el robo y venta del alambre de cobre, que hasta los menores de edad le entraron a este redituable hurto, muy a pesar de los peligros que lleva consigo, pues lo mismo en Coahuila que en Nuevo León, así como en otras partes de la República Mexicana, se ha electrocutado y quedado sin vida gente que sin medir los peligros se arriesga a cortar alambres de líneas eléctricas para luego sacar el cobre y venderlo.
Las ciudades que más están resintiendo el síndrome del robo de alambre de cobre, son Torreón, Saltillo, Monclova y Piedras Negras y empieza a generalizarse en ciudades medianas y pequeñas de Coahuila.
Las autoridades locales han sido impotentes para lograr sino acabar, reducir este tipo de robo, pues es difícil, por no verlo como difícil vigilar todas y cada una de las colonias, en particular los fraccionamientos habitacionales de reciente creación, que es hacia donde más canalizan sus fechorías estos rateros.
Sería necesario destinar de dos a tres policías en cada colonia y lo mismo de día que de noche, para lograr abatir el robo de líneas eléctricas para sacar el cobre y venderlo.
Tan lucrativo que se ha expandido no solo en la tubería de agua o gas, sino a empresas como Telmex, en donde dejan no solo a una colonia sin servicio, sino a sectores porque la roban desde la central de este corporativo. Uno de los motivos por el cual muchos particulares han optado por abandonar el servicio cancelándolo porque, Telmex, se tarda hasta tres o más semanas en instalar nuevo cable que estas ratas de dos patas en robárselo de un solo jalón.
Lo mismo sucede con el robo del cable de la Comisión Federal de Electricidad, en donde se han hecho expertos y se han modernizado sus sistemas de la extracción con camionetas y carretes automatizados.
Incluso en la “dizque”, una de las ciudades más segura del país, que es la CDMX, o al menos eso, dicho de manera retórica, el robo de cable del Metro ha crecido arriba del 300 por ciento en solo 5 años.
Este tipo de robo, de ninguna manera, se comete “dizque” por necesidad ante la falta de trabajo o necesidad de dinero de algunas personas, sino por la facilidad de que lo pueden robar, arriesgándose a que un error provoque un corto circuito y con ello una descarga eléctrica.
Es necesario que también las familias colaboren para reducir la participación de menores de edad en el robo de cables de cobre, o cualquier tipo de cable, porque sucede lo mismo en los planteles educativos en donde se puede hacer una buena labor, recomendando a los escolapios que no se involucren en robos ni otro tipo de delito y que si conocen o saben de algún compañero o vecino lo está haciendo, denunciarlo en los teléfonos recomendados por las mismas autoridades locales o federales, según sea el caso y donde no hay necesidad de identificarse para reportar ilícitos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
Deja un comentario