Una pelea dura, más no imposible

Sin dudas, en cada gobierno existe algo que las distingue ya sea por una cosa u otras. En ésta administración estatal una de las muchas cualidades con la que se inició fue la importancia de la salud en todos sus ámbitos.

En éste gobierno de Coahuila, la Secretaría de Educación Pública y Cultura, se echó a cuestas un fuerte compromiso de trabajar intensamente por lograr una cultura y disciplina en una alimentación sana a los niños y niñas que asisten a las escuelas públicas de la Entidad.

Consciente y responsable de que algo debe hacerse ante el “privilegiado” primer lugar que a nivel nacional tiene Coahuila, de acuerdo a lo que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reporta en su última evaluación estadística por cuanto hace a gordura en menores de edad, se hizo la propuesta en primera instancia a retirar de las cercanías de los planteles educativos a todos los vendedores ambulantes que ofrecen alimentos chatarra.

Esta medida se llevó también al interior de las escuelas en donde por años funcionaban estanquillos con la venta de churritos, papitas, palomitas, chamoy y cuanto alimento chatarra existe.

La primera medida no logró erradicar el problema existente, pero en el otro sí se tuvo un éxito en la cual realmente se logró quitar la comida chatarra dentro de las escuelas.

Aunque se les exhortó a los proveedores de tienditas del interior de las escuelas públicas y privadas a que racionalizarán la presentación de sus productos en cantidades más pequeñas, las autoridades dejaron un eslabón perdido sin poder regularlo con alguna normativa, en cuanto a su venta, porque más tardaron los distribuidores de comidas chatarras en cambiar la presentación de sus productos en específico para éste mercado, que la falta de conciencia de los dueños de las tienditas en justificarse en una absurda medida para evitar la pérdida de ventas. Simplemente no racionalizaron el consumo, es decir, el que tenga más hambre y dinero para comprar sencillamente se le va a vender, sin ninguna penalización económica.

Esta no es una tarea ni reto exclusivo de la Secretaría de Educación SEDU de Coahuila sino que las sociedades de padres de familia están obligadas a participar y ofrecer su participación voluntaria, pero además de ser ellos mismos los principales protagonistas de ésta difícil tarea al darles una cantidad de 50 o hasta 100 pesos para el consumo de la semana sin embargo la misma inmadurez de los estudiantes se lo acaban en dos tres días el presupuesto para lonche gastándoselo en alimentos chatarra.

Es en el seno familiar en donde las pequeñas y pequeños deben tener formación en una alimentación sana para lograr que bajen de peso por salud y quitarse Coahuila ese horrendo privilegio de estar en los primeros lugares de gordura entre menores de edad.

Pero tampoco es valedero que instancias como IMSS, se limite a la captación estadística, pues de nada sirve hacer una labor de censo bien identificado por categoría y zona geográfica donde radica una problemática social, ubicando a México en primer lugar a nivel mundial de acuerdo a los datos arrojados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), haciendo la recomendación de tomar medidas necesarias porque representa un foco rojo en el sector salud, de no atenderse en lo futuro peligra la vida del menor ocasionando la muerte prematura a la de sus padres.

La información sin acción no sirve de nada; más que meramente estadística cuando en éste mismo momento no se ha hecho una verdadera campaña publicitaria para concientizar la prevención de la obesidad infantil, o haciendo llegar a las familias un programa para fomentar una alimentación correcta desde el desayuno y promover el hábito de llevar a la escuela un refrigerio nutritivo preparado en casa.

La solidaridad y unidad es lo único que puede dar resultados positivos, de ahí que obliga a todos su participación en éste programa de orientar a una alimentación sana a las futuras generaciones de coahuilenses.

Con el propósito de disminuir los problemas que conllevan la enfermedad de la obesidad como la hipertensión, insuficiencia cardiaca, posibilidad de infarto, etc., la Presidenta del DIF de Coahuila, la Diputada Alma Carolina Viggiano de Moreira, impulsó una reforma de fondo a la ley de asistencia social para darle facultades al instituto de Desarrollo Integral de la Familia para trabajar en sinergia tanto con el sector productivo, instituciones, sociedad, familias y diferentes comunidades sin distinción de partidos o intereses en la búsqueda de nuevos hábitos y costumbres alimenticios para poder bajar la tasa de obesidad, pero por primera vez se está atacando otro problema que es la desnutrición, pues el hecho de que alguien esté con sobre peso o gordito no significa que esté bien nutrido.

Este es solamente uno de los diversos programas que el nuevo DIF, en Coahuila participará integralmente con diferentes organismos gubernamentales, iniciativa privada y comunidad.

El nuevo modelo DIF de la Entidad tiene su cimiento en cuatro ejes, el fortalecimiento institucional para la protección de derechos, familia saludable y segura; sociedad participativa y solidaria y por último el desarrollo comunitario.

Bajo éste esquema se les invita a los directivos de las sociedades de padres de familia de unirse a esta cruzada y guerra contra la báscula, bajando de peso los niños y niñas coahuilenses que traen actualmente un dañino sobrepeso. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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