UNA BREVE PAUSA A LA NEUROSIS
“Las exigencias sobre uno mismo, sobre los demás y sobre el mundo están en la base de la vulnerabilidad emocional; son la verdadera piedra fundacional de la neurosis.” «El arte de no amargarse la vida» (2011), Rafael Santandreu.
La maestra “Isabel N.” es maestra de Inglés, tiene 40 horas de asignatura en una secundaria. Atiende 9 grupos de 50 alumnos cada uno. Sus grupos son de primero, segundo y tercer grado, lo que representa realizar tres planeaciones argumentadas y la adecuación correspondiente a cada grupo. Isabel inicia a dar clase a las 7:00 hrs y su última es a las 12:30 para que los estudiantes salgan a las 13:20. Intentar enseñar a 50 alumnos que tienen un nivel bajo o nulo de inglés, con libros de texto que asumen que los estudiantes tuvieron esta asignatura en la primaria es más que agotador. El estrés se incrementa dia a dia y junto con las exigencias en planeación, evaluación, etc., llega la NEUROSIS.
Las personas afectadas por la neurosis son especialmente sensibles a los cambios en su entorno, padecen mayores niveles de estrés y responden negativamente a estos síntomas. Perciben las situaciones como amenazantes y más negativas de lo que verdaderamente son, las frustraciones que son en principio triviales se tornan altamente problemáticas y pueden conducirles a la desesperación. Un individuo con neurosis es normalmente tímido y ansioso, aunque puede tornarse agresivo o violento. Son propensos a internalizar fobias y otros padecimientos, tales como trastornos de pánico, agresividad, ansiedad y depresión.
En los últimos años, desde la gestión del Presidente Enrique Peña Nieto, con la reforma educativa promovida y defendida por el secretario de educación Aurelio Nuño, la sociedad entera se volcó en contra de los profesores, acusaron un salario excesivo, demasiadas vacaciones, prestaciones excesivas, abuso de autoridad, etc., sin ponerse a pensar en la carga desmedida que la misma sociedad ha impuesto sobre los docentes. Las redes sociales generaron un linchamiento sistemático que trajo consigo el descrédito de la profesión en el lugar mas importante de la educación: el hogar.
Porque es la primera y la más importante escuela el hogar, ahí se inculcan los habitos, los valores, las aspiraciones. Vemos llegar cada dia a las aulas alumnos (de todos los niveles: desde prescolar hasta el posgrado) irrespetuosos, indolentes, violentos, irresponsables, indiferentes, carentes de aspiraciones, soberbios, impacientes, flojos, etc., y vemos salir generaciones de estudiantes que llevan una gran carga de mediocridad, pero no es culpa de la escuela, o al menos no toda, desde el hogar le han quitado al docente la autoridad, han rebajado la imagen y han convertido al formador del futuro en un empleado subvalorado.
El maestro se enfrenta cada día ante un grupo saturado de estudiantes, todos ellos con problemas conductuales, de aprendizaje, familiares, biológicos, hormonales, sentimentales, etc., y ¡además tienen enfrente a un adulto que quiere que aprenda! Es una misión peligrosa y en extremo compleja si además tienes que evaluar a cada uno con una rúbrica, lista de cotejo, escala estimativa y en todos los casos escribir una retroalimentación al alumno. Ahora multiplica este trabajo por el número de grupos que tiene, un maestro que solo tiene un grupo de español, cinco horas a la semana gana a la quincena aproximadamente $700.00, la maestra Isabel N. tiene 40 horas pero atiende 9 grupos y hace todo lo anterior por 450 alumnos en promedio, no hay quincena que compense dicho esfuerzo. Isabel N. padeció hace un mes de presion arterial alta y aun así no dejó de cumplir con su responsabilidad porque me queda claro que ama ser maestra.
Una breve pausa a la neurosis: estas vacaciones de semana santa y la casi eminente derogación de la reforma educativa (o laboral).
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