Un mal necesario fuera de control

Siempre se ha dicho que la prostitución es una de las profesiones más antiguas del mundo y también considerada como un mal necesario, sin embargo, el por qué se puede considerar así o acaso es una posición del machismo sobre una posición considerado como objeto a la mujer.

Nadie sabe con exactitud desde cuando se empezó a comercializar o si éste viene desde un servicio de trueque, hasta dentro de matrimonios por interés en donde uno proporciona sexo por amor, mientras otro ofrece el amor para el sexo.

A diferencia del reino animal en donde éste acto es más conocido como apareamiento solamente como un acto de reproducción y la sobrevivencia de una especie o manada, tal vez los seres humanos no somos los animales que se alimentan en los bosques, pero nuestros deseos de sexo o al menos las acciones, pensamientos y sentimientos que vienen con él, estamos profundamente parte de quienes somos.

Deseo carnal o por un bello sentimiento como es el amor no debe ser ignorado o suprimido, sino que es administrado hasta dentro de la santidad del matrimonio en donde su acto debe de ser equilibrado en donde ambos consigan su pleno éxtasis.

Aunque se pudiera considerar la inexistencia de un punto de comparación el intercambio en ambas situaciones siempre existirá, es decir, uno puede ser por amor, otra simple satisfacción carnal o el deseo sexual, el intercambio de obtener un beneficio de ello, el trueque o inclusive la necesidad de sobrevivir.

En nuestro país durante la época de Porfirio Díaz, se reguló la prostitución en cuotas mensuales, exámenes médicos y documentación fotográfica a lo que se le conocía como trabajadoras del sexo.

La legalización de la prostitución tanto en México, al igual que en otras partes del mundo visto desde un mal necesario siempre se consideró para prevenir la prostitución clandestina que se produce el día de hoy porque cuando existe un mercado de quien paga por sexo siempre se encuentra ya sea trabajando en salones de masajes, servicios de acompañantes, bares de striptease y agencias de modelaje o bien quienes trabajan como prostitutas las esquinas tradicionales en donde cada ciudad quienes buscan por éste servicio saben cuáles son los lugares.

Décadas atrás la prostitución regulada en nuestro país obligó a decretar lugares de concentración o ciudades chiquitas resguardadas por un perímetro de bardas conocidos como zonas de tolerancia o zonas rojas en donde la prostitución se regulaba.

Por lo general estos espacios siempre eran ubicados en las orillas o en las afueras de cada ciudad. Lejos de la población en donde con el pasar del tiempo y mismo crecimiento de la urbanización fueron llegando hasta las zonas de tolerancia quedando sumergidos dentro de las ciudades dejando de ser lugares ajenas de la ciudad sino como parte de ellas.

Con tiempo las mismas autoridades que alguna vez vieron estos lugares legales de prostitución como un mal necesario para la sociedad olvidaron el para qué fueron construidas las zonas rojas en donde un acto de populismo de una moralidad falsa para hacer sentir bien a la sociedad decidieron clausurarlos.

En el caso de Coahuila el primero de ellos de hacerlo fue con el expresidente municipal de Torreón, Carlos Román Cepeda en donde su decisión fue muy aplaudido por los torreonenses en un principio de su administración en el año del 91, más nunca pensó su proliferación en el centro de la ciudad se iba dar en donde no se podía mantener un control sanitario y con el tiempo causó molestia para la ciudadanía la mala imagen que se estaba dando en la ciudad siendo cada vez más común encontrarse prostitución de ambos sexos en las calles de Torreón.

La nueva generación de políticos al no tener algo nuevo que ofrecer o el tema de las zonas de tolerancia se ha visto como un tabú o una posición moral para ser aplaudida por la sociedad en donde no han visto las consecuencias que posteriormente tienen sin querer aprender de la historia de otros municipios como lo fue en caso de Torreón que la clausura de ésta generó otro problema.

Lo mismo sucedió con el cierre de la zona de tolerancia en Monclova en donde en la actualidad la zona centro de ésta cabecera municipal es conocido como el mercado sexual ya que ésta se ejerce en el primer cuadro de la ciudad en donde se ve pasar mujeres y hombres que se prostituyen desde los 18 hasta los 55 años de edad. Y en donde aproximadamente un promedio de más de 200 mujeres se les permite la profesión de prostitución en 60 bares y cantinas que operan en el centro de Monclova sobre las calles de Carranza y de la Fuente.

Lo mismo sucedió en Piedras Negras que pasado un mes del cierre de la zona roja, la prostitución quedó fuera de control para las autoridades sin un padrón de quienes venden su servicio de sexoservidoras en las calles encontrándose éstas en el centro sobre todo en la calle Zaragoza en donde la dirección de Salud Municipal le es imposible tener que extenderles una carta de salud porque se practica la prostitución clandestina.

En el caso de Saltillo y de otras cabeceras municipales en donde todavía existe su zonas de tolerancia, su abandono total por parte de las autoridades al considerarlos como algo que no vale pena o un tema que podría tener costos políticos o la crítica de la sociedad, sin darse cuenta están cometiendo el mismo error porque el abandono de las zonas rojas ha provocado que la ausencia de clientes hagan que las mismas prostitutas se vean obligadas a migrar al centro de las ciudades buscando nuevos clientes pero a la vista de la misma sociedad dando un mal aspecto no solo para los visitantes sino para la propia ciudadanía y familias.

La ausencia de las zonas de tolerancias al igual que su olvido tienen el mismo resultado, que es el fomento de la prostitución clandestina y víctimas del crimen organizado y hasta negocio de éstos mismos grupos en donde la existencia clandestina de salones, servicios de citas, bares y agencias se apoderan de éste mercado al igual que los cientos de los anuncios clasificados existentes por el internet ofreciendo servicios sexuales.

La revisión o revaloración en la consideración de abrir o reubicación de las zonas de tolerancias no debe de verse como el fomento de la prostitución sino todo lo contrario el control sanitario y acabar con el clandestinaje del negocio del sexo en donde menores edad están siendo víctimas del crimen organizado. Ya que la prostitución siempre será la profesión más antigua del mundo y parte de cualquier sociedad pero que mejor tenerla bien regulada.

La disyuntiva es si deben existir o eliminar su existencia, aunque en contrapartida mucho dependerá del criterio de cada autoridad en turno para tomar la decisión y no causar más calamidades a su comunidad.(Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intesip.org

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