
Un héroe sin capa
Por Guillermo Robles Ramírez
Este fin de semana fue muy esperado por todo el sector comercio y turístico, porque de acuerdo con la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, se tiene estimado una importante derrama económica por algunos miles de millones de pesos con motivo del Día del Padre en México.
Pero no solo fueron buenas noticias para el comercio, sino también para miles de familias mexicanas que celebraron el Día del Padre y hacerle honor a los que ya no están con nosotros y que debido a la pandemia o cualquier otra situación tuvieron que partir del mundo terrenal.
¿Pero cuál es su origen o motivo para su celebración? El origen del Día del Padre; algunos lo ubican en una misa de West Virginia en 1908 en EU, otros quienes opinan en Vancouver, Washington, pero la mayoría consideran el primer día organizado fue en 1915, repitiéndose el tercer domingo de este mes haciéndose costumbre por el Club de Leones, presidido por Harry Meek en Chicago por ser la fecha más cercana a su cumpleaños.
Existirán muchas fechas, pero realmente a la persona promotora que se le debe el Día del Padre es por el señor Bruce John Dodd, de Spokane, Washington, considerando de haber tenido una extraordinaria vida porque además de haber sido un veterano de la Guerra Civil, este viudo se hizo responsable de sus seis hijos. El señor Dodd organizó una misa en su honor, donde hubo una festividad con niños y comida con platillos favoritos de los papas.
A raíz de este suceso, diferentes Estados y organizaciones presionaron al Congreso Estadunidense para declarar oficialmente un Día anual del Padre no sucediendo hasta en 1916 se aprobó la idea, pero nunca se hizo nada para celebrarse sino hasta 1924 cuando se estableció un evento nacional para la convivencia entre padres e hijos para reafirmar las obligaciones y derechos que se tienen entre ambos.
A pesar de que existe un origen en su día, es muy notorio y no hace falta meter una consulta Mitofsky o de cualquier consultoría estadística para saber que se le da más atención al Día de la Madre que el del Padre.
Para muchos papás consideran injusto ésta diferencia por compartir las mismas responsabilidades con el cuidado de sus hijos, así como también dedican tiempo a las obligaciones de la casa como fregar baños, trapear los pisos y lavar los platos de la cocina, como también en lavar la ropa; en pocas palabras el típico mandilón.
El padre moderno también hace este tipo de roles compartidos con su cónyuge mientras en tiempos atrás eran ubicados únicamente en el rubro financiero pasando a ser como el proveedor de la casa dejando toda la responsabilidad a la mujer para que criara a los hijos, enseñándoles valores, instruyéndolos en las tareas de las escuelas, haciendo el papel de formadores de hombres y mujeres de bien para el futuro de la sociedad, teniendo ese apego registrado como huella de inclinación tan fuerte hacia la madre.
En la medida en que no se limitan las responsabilidades y funciones que un padre puede hacer, es necesario que todos aquellos tienen la fortuna de tener a su papá en vida, ser más expresivos con ellos, para no tener que dejar pasar los años ya después de viejos o que estén fallidos tener que recordarlos y honrarlos con las cinco canciones más escuchadas como, “Mi Viejo” con Alejandro Fernández, “Mi querido Viejo” con Vicente Fernández; “Hoy tengo que decirte Papá” con Timbiriche, la de “Camina Siempre Adelante” con Alberto Cortez, “Mi árbol y yo” con Danny Rivera.
Tristemente, casi todas estas canciones, entre otras más, pero son las más populares, hablan del reconocimiento del padre una vez siendo los hijos adultos para reconocerles su papel una vez, ya que están de la tercera edad. Por qué no inculcar ese amor y agradecimiento desde niño para que, en lo largo de la vida de ambos, es decir, padre e hijo se pueda reconocer la trayectoria de los papás y no tener que hacerlo una vez que están ya grandes o peor cuando ya están muertos, así como el poema de Ana María Rabatté, titulado “En vida, hermano, en vida”.
Muy a pesar de que es recordado un solo día, el padre siempre está presente en la vida de sus hijas e hijos para darle ese valor, determinación y responsabilidad que hace falta para su formación, ya que esa imagen paternal complementa los valores que una madre inculca durante su crecimiento. Ese padre que nunca espera ese reconocimiento que con solo saber que su hija o hijo es una persona de bien es más que suficiente y durante ese recorrido siempre lo acompañó de manera anónima observando y estando presente para cuando se requiriera un consejo y un apoyo aun cuando los hijos no lo pidan siempre estarán ahí como un héroe sin capa. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
Deja un comentario