Un grupo ejemplar

Por Guillermo Robles Ramírez

Persistentes y excesivos llamados han sido el gobierno del Estado y los Ayuntamientos de Saltillo y Arteaga, Coahuila, en sus exhortos a la comunidad en general, pero de manera muy especial a organismos civiles y sociales para que colaboren en actividades de limpieza en áreas naturales que coadyuvan a la conservación de un buen medio ambiente.

Empero, por desgracia y hasta el momento han sido pocos los grupos que se han sumado a esta tarea que corresponde y obliga a todos los sectores para la realización de tareas para proteger el entorno del medio ambiente.

Me refiero a la plantación de árboles en las sierras de Zapalinamé, Arteaga y la limpieza de los arroyos que cruzan por la Región Sureste, tanto porque en las dos sierras mencionadas desafortunadamente se han visto afectadas y disminuidas en su flora debido a incendios, mientras que en las rúas para vecinos cercanos a estas y habitantes de otros rumbos han servido de basureros públicos.

Los arroyos han servido para infinidad de vecinos el lugar “preferido” para arrojar todo lo que ya no tienen uso en sus hogares como son viejos sofás, sillas y un gran número de muebles y toda clase de basura y desperdicios que crean focos de infección y se atenta contra el medio ambiente.

Por diversas razones, los propios avecindados en las cercanías de los arroyos, no colaboran reportando a las autoridades locales a quienes van y arrojan todo lo que ya no tiene uso alguno para ellos.

Por cuanto hace a la plantación de árboles, se cuenta con los dedos de una sola mano y sobran, los grupos que ha respondido al llamado hecho por el Estado y Municipios mencionados.

Hasta el momento, los voluntarios participantes no rebasan las 400 personas y corresponde a alumnos y maestros de diferentes escuelas y facultades de la Universidad Autónoma de Coahuila, un compromiso social con la comunidad coahuilense.

Han existido reportes en años anteriores en donde han intervenido estos grupos logrando retirar toneladas de basura y desperdicio de todo tipo, así como de maleza, carriz y ramas secas. Sin embargo, la inconsciencia e irresponsabilidad de las mismas comunidades cercanas, vuelven a ensuciar estas zonas boscosas de Coahuila, resultando más tardado su limpieza que en volverlas a ensuciar.

Esta basura y desperdicio se convierten en represa del agua cuando los arroyos arrastran líquido de lluvias registradas en la sierra que de mantenerse en su estado pueden causar daños a los vecinos cercanos.

Nuestro reconocimiento y felicitación a estos jóvenes ejemplos comunitarios por su participación y ojalá sirvan de guías para que más grupos se sumen a estas tareas en las que están obligados a participar las familias que habitan en las cercanías de esos arroyos por el bien de su salud, particularmente de menores de edad. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México).  www.intersip.org

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