Por Arturo Ríos Ruiz 

*Agrado por el que se va  

*Enfado por quien llegó 

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que la destitución del presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, TEPJF, José Luis Vargas Valdez para designar a Reyes Rodríguez Mondragón es una muestra de la crisis que atraviesan los órganos electorales en el país y la necesidad de reformarlos. Gusto por quien se va y molestia por el que llega. 

En su interior el mandatario debe experimentar la sensación del regocijo por la deposición de Vargas Valdés, de quien se asegura no había afinidad entre ambos y lo tenía en la mira desde hace rato. 

Pero, lo que no le agradó al presidente fue el sustituto; se trata nada menos que de Rodríguez Mondragón, un magistrado al que se le reconocen avanzados méritos por su experiencia y preparación académica muy connotados. 

Pero recordó el presidente que, en un Twitt lo ofendió gravemente, fue una frase hiriente y vulgar, que ni vale la pena repetir, pero fue muy detestable leerla, pues con tamaña representación exhibir una bajeza de ese calibre, sería imperdonable y no merecería ocupar un cargo que, de tan alto nivel.   

Aunque Reyes Rodríguez explicó que su celular fue hackeado en 2020 y comprobó que así fue e hizo notar su respeto al presidente. Pero todo indica que no hay perdón. 

Eche un vistazo a sus antecedentes: licenciado en Derecho por ITAM, posgrado, CIDE, maestría en Administración y Políticas Públicas y máster en Derecho y Sociedad en el Instituto Internacional de Sociología Jurídica. Además, muchos estudios sobre materia electoral. Muy competente. 

Hay otro pero que le ve AMLO: desde 2020 diputados y consejeros de Morena recomendaron al TEPJF rehuir al magistrado Reyes Rodríguez Mondragón, por mantener añeja amistad Felipe Calderón y Margarita Zavala. 

El ex mandatario panista, es al que menos quiere el presidente, lo mantiene como su enemigo principal, al acusarlo de que le “robó” la Presidencia en 2006. Algo que no le perdona y es notoria su animadversión y alguien rencoroso arrasa hasta a los cercanos de quien repulsa. 

De ahí la expresión del inquilino de Palacio: “designar a Reyes Rodríguez Mondragón es una muestra de la crisis que atraviesan los órganos electorales en el país y la necesidad de reformarlos”. 

Léase un aviso-amenaza al INE, que se puede traducir como un “ahora ustedes siguen, pues al que más ha perseguido y le urge limpiar las condiciones para el año próximo que se efectuará otra consulta pública con la Revocación de Mandato y teme otro descalabro como los dos pasados, 6 de junio y el uno de este mes. 

El tiempo tiene prisa y los acontecimientos programados llegan como rayo y para ello hay que ganar terreno abonando ventajas como representantes en todos los cargos con incondicionales como le gusta y conviene al jefe del Ejecutivo y en esas está. Veremos y escribiremos. 

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