¿Tacaños o inteligentes?

Por Guillermo Robles Ramírez

Los negocios o empresas que menos invierten para instalarse y más ganan, son las instituciones de crédito y financieras, en especial los bancos, quienes además y pese a sus extraordinarias utilidades, les niegan lo que corresponde a sus empleados y más para aquellos que por diversas circunstancias dejan el trabajo.

Generalmente, la respuesta de esos patrones mezquinos y miserables es: “los bancos no generamos utilidades” o bien “no tuvimos utilidades” esto es una total mentira; pues esos argumentos o pretexto son tan sola una forma más de elevar sus ya fabulosas utilidades negando un derecho a sus actuales y extrabajadores, o sea, los divididos se multiplican dejando de cubrir un beneficio que otorga la Ley Federal del Trabajo.

La falta de información de la mayoría de los trabajadores sobre sus derechos laborales, en particular de la Ley Federal del Trabajo, motiva que muchos no reclamen justamente lo que se les debe entregar y eso es común y normal desde hace muchos años entre los banqueros.

Los medios de información periódicamente dan cuenta de lo bien que les va a los bancos y no hay temporada o año que no se diga de su crecimiento por las ganancias; motivo por el cual es tan redituable que no dejan de prestar el dinero que sus clientes depositan en inversiones en diferentes plazos para ganar un mínimo interés mensual o anual, contra los elevados réditos que cobran por prestar ese dinero.

A lo largo de los años, no conozco un banquero mexicano y en este caso un coahuilense que se haya declarado en bancarrota o que después de tantos años viva en condiciones lamentables, económicamente hablando.

Para instalar y echar andar un banco o cualquier tipo de institución financiera, lo único que se invierte es en mobiliario de oficina, mostradores, mamparas para divisiones de cubículos, una que otra caja fuerte y algo de póster publicitario en su interior.

Los sueldos de los bancos no son del monto ni tan extraordinarios como lo cree y da de hecho la generalidad de la gente.

En fin, quitémonos de la cabeza que los bancos pagan muy bien, que es dinero propio el que prestan y que no tienen utilidades, pues ésto es una vil falacia, además de una bandera que bien les ha servido para negar a muchos de sus trabajadores lo que justamente les corresponde como es, insisto, sus respectivas utilidades.

Para aquellos exempleados bancarios que no recibieron utilidades, es conveniente que estén informados de que, en las principales cabeceras regionales de Coahuila, existe un tribunal del trabajo llamado Junta de Conciliación y Arbitraje, que es acudiendo ante éste como podrá hacer valer sus derechos.

Los reclamos y derechos laborales no son migajas ni favores que deben dar los patrones en general y en este caso muy en particular los banqueros, que de siempre han sido protegidos por los gobiernos federales para ser más mezquinos y miserables. Aunque para muchos empresarios sean banqueros o no, a esto le llaman ser inteligente en los negocios y exitosos a costa de pisotear los derechos laborales. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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