Son asesinos por tercos

Por Guillermo Robles Ramírez

Todo se puede usar, sabiéndolo hacer, pero sobretodo tomando las precauciones que repetidamente y a través de los medios de comunicación, hacen llegar a la ciudadanía las autoridades de Protección Civil en cada municipio de la Entidad y las correspondientes a nivel Estatal.

Si la situación económica no permite contar con un calentón o calentador de gas y si el jefe o jefa de la familia se inclina por un anafre o bracero, es definitivo anteponer en primer orden, el dejar bastante ventilación para evitar ser víctima del monóxido de carbono que puede llevar al “viaje sin retorno”, registrándose ya en diferentes municipios de Coahuila, muertes por ese descuido que ha llenado de luto a varias familias.

Aunque, hay que advertirlo, un aparato de gas no es cien por ciento seguro de que no registre una fuga por infinidad de situaciones, entonces hay que insistir en dejar suficiente ventilación para en caso de una imprevista fuga del también letal combustible.

Si sus limitados recursos le dan solo para comprar un calentón eléctrico, debe redoblar sus precauciones, pues los riesgos son mayores por las acostumbradas altas y bajas de la energía eléctrica a la que nos tiene acostumbrados la Comisión Federal de Electricidad, pues esta situación representa muchas posibilidades un corto circuito eléctrico y cause un incendio, por lo que se pide jamás dejarlo encendido toda la noche y ni siquiera mientras se queda sola la casa, aunque sean unos pocos y reducidos momentos.

Por otro lado, y en el caso de los pequeños hijos, particularmente aquellos de pocos meses de haber venido a este mundo, si las temperaturas son desde relativamente bajas hasta muy bajas, hay que protegerlos, cubriéndolos lo más posible sean cobijas, mantas, franelas, etc., sin importar el “bulto” que hagan, pues lo que se está cuidando de un “enfriamiento” es al o los indefensos pequeños, si es que mamá y papá no se resisten en pasar fuera del hogar las fiestas navideñas.

Aquellas cabezas de alcornoque o tercos, que en la mayoría de los casos alardean de que las autoridades “nada saben” de lo que están recomendando y que ellos, esos empecinados tienen más experiencia argumentando que desde niños, jóvenes y ahora de viejos o de mediana edad, han metido a la casa el brasero o anafre o bien el calentón eléctrico, sin abrir ligeramente ventanas o puertas para dar más ventilación al área en donde el calentamiento de la o las áreas se pretende lograr con el uso de carbón o leña, pueden convertirse en asesinos involuntarios al exponer a su familia a fatal incidente, aunque el calificativo de terno jamás se lo podrán quitar y menos de convertirse involuntariamente o no en factor de muerte de un familiar.

Nadie, al menos me refiero a la mayoría de los seres humanos, queremos provocar la muerte a ningún miembro de la familia y menos tratándose de menores de edad que son los más desprotegidos de estos descuidos y actitudes irresponsables de no atender una sana recomendación de los que sí saben como es el caso de las autoridades de Protección Civil.

La terquedad es una mala consejera, pero además es la madre de la soberbia y la obsesión de pretender demostrar que nadie tiene la razón, más que esos tercos y cabezas duras.

Prepárese porque de acuerdo con los pronósticos de las oficinas meteorológicas, este año el invierno traerá consigo días con regular frío y otras con bajas temperaturas. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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