Seguir medrando del dolor
Por Guillermo Robles Ramírez
Durante muchos años, muchas farmacias de particulares de Coahuila, se estuvieron aprovechando de una serie de circunstancias y situaciones para vender sus medicamentos a precios inalcanzables, enriqueciéndose fuertemente y medrando con el dolor humano, lamentablemente con los que menos tienen.
Aprovechando el mercado libre y, por desgracia, la falta de cultura de nuestra gente para denunciar a los comerciantes voraces, los dueños de las farmacias, conocidas antiguamente como “boticas”, estuvieron haciendo durante décadas de las suyas.
Haciendo un poco de memoria, ese negocio se acabó con el exgobernador Humberto Moreira Valdés, cuando estableció y puso en servicios el programa Farmacias de la Gente, manejado directamente por la Secretaría de Salud. Dicho programa tuvo un éxito rotundo en diversas regiones de Coahuila, con más de 200 farmacias, y casi 20 Mega Farmacias que beneficiaron a millones de coahuilenses con buenos precios y medicamentos escasos o nulos del IMSS, e ISSSTE.
En aquel entonces, cuando estaba como Presidente de la Federación de la Cámara Nacional de Comercio en Coahuila, Eduardo Reséndiz, puso el grito en el cielo con una exclamación: ¡déjenos trabajar!
Las boticas farmacéuticas pensaron que, terminando el sexenio de Humberto Moreira Valdés, podría resurgir nuevamente el enriquecimiento con quienes menos tienen a través de venderle a esa gente sus productos a precios que daban vergüenza y coraje por su alto costo.
Sin embargo, entrando la siguiente Administración, con el exgobernador Rubén Moreira Valdés; surgieron las Farmacias de Todos, teniendo un concepto muy similar al de su homólogo antecesor.
Seguramente programas del pasado que fueron muy exitosas que la gente extraña en tiempos actuales, ya que no se puede negar que con la llegada en nuestra Entidad de cadenas farmacéuticas que se han posicionado cada vez más en cada una de las cabeceras municipales y más en aquellas en donde hay más población. Ahora son ellos quienes han heredado el antiguo negocio de las “boticas”, enriqueciéndose con la explotación del dolor humano, a la falta de medicamentos del IMSS e ISSSTE, y sin necesidad de descubrir el hilo negro, puesto que la carencia de medicina y atención médica, en las instituciones de salud pública, les ha permitido no solo vender sus productos a precios exorbitantes.
Cada una de estas farmacias particulares han ido adaptando una pequeña habitación o cubículo para la atención médica que rápidamente diagnostican médicamente y entregan su receta médica con el tratamiento que se puede comprar dentro de la misma farmacia con un costo de honorarios hasta de $100.00 y la propina que guste dejar. Aunque el negocio real no es el servicio médico, sino obviamente la venta de la medicina.
Si bien es cierto que la competencia ayuda por lo general al consumidor final, en el caso de todas estas cadenas farmacéuticas es poco la variación de precio entre ellas, es decir, puede variar entre los $50 o $100 pesos, pero no dejan de ser extremadamente caros, hasta para quienes dicen tener dinero, es decir, la clase alta, puesto que actualmente los médicos no solo entregan una recetan con un solo medicamento si no aparece la lista de no menos de cuatro productos para atacar una enfermedad.
En verdad un negocio muy lucrativo tanto para las múltiples cadenas de farmacias que se han instalado en Coahuila, así como el monopolio de laboratorios que hacen esos medicamentos y que en muchas ocasiones todavía no vence la patente de sus fórmulas, siendo imposibles de encontrar en su presentación genérica. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023). www.intersip.org
Deja un comentario