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Seguimos estancados
Por Guillermo Robles Ramírez
México ha logrado importantes avances en diversos ámbitos, aunque persisten significativos rezagos en algunas áreas y en otras se observa una falta de progreso constante, y existen rubros en donde de plano estamos estancados.
Entre otros renglones, el cultural es uno de los serios y graves atrasados que hay en México y aun cuando se realizan campañas, programas específicos, recomendaciones, etc., no avanzamos. Y para ser sinceros, la gente ha confundido el término de programas culturales con todo aquello que tenga que ver con diversión como grupos musicales, gruperas o bien algún DJ que apenas está iniciando su carrera.
Uno de los rubros en el cual los mexicanos están estancados, es el proceso de una adopción de algún animal doméstico, pero también es cuando se compran desde cachorritos, es decir, el adquirir entre los animales más comunes como es el perro o el gato, y sin importar la manera como se haya adquirido, el tema estancado es sobre la falta de compromiso y responsabilidad que implica cualquier tipo de mascota. Puede ser un gato, un perro, aves, caballos, etc., pero sin importar su especie, todos éstos requieren de una atención y cuidado, pero también brindarles amor.
El mantener la salud como es la visita con el veterinario, alimentación, medicamento, el espacio indicado según la especie, son cosas que nunca se cumplen ya sea por falta de conocimiento o dinero, pues prefieren destinar ese recurso a otras cosas, algo que nunca consideraron como parte del sentido de la responsabilidad. Pero también siendo sinceros es que no existe suficiente autoridad para poder atender o estar al pendiente de este tipo de negligencia y maltrato animal.
Ese maltrato animal es muy visible en ciudades grandes de Coahuila, como es en Torreón, Saltillo, Piedras Negras, y Monclova; aunque en la capital coahuilense se ha convertido en un problema social, ya que existen jaurías que se ven en todas partes de la ciudad. No hay colonia alguna o el primer cuadro de la ciudad en donde no falta observar cómo los perros deambulan libres por las calles sin dueño que lo acompañe. Así también como los gatos que, equivocadamente, la costumbre de tenerlos, se piensa que son animales que se tienen que dejar libres porque tienen un instinto natural salvaje.
También es muy común como hay dueños de perros que prefieren tenerlos afuera de sus casas o bien, los liberan para que hagan sus necesidades en la calle, ya sea en el jardín del vecino o cercano a un parque, y esperan que ellos mismos regresen o bien con un llamado a su mascota.
Hay otros más sinvergüenzas que salen a la calle acompañados de su mascota, y por considerarlos pequeños o medianos sin importarles el tipo de raza, éstos no tienen correa alguno y los dejan que estén dejando sus heces sin que el dueño los esté recogiendo y todavía se molestan si alguien se atreve a decirles algo.
Y aunque existan leyes que regulan tanto la responsabilidad de los dueños de estos animales domésticos, considerados como mascotas, y también hay leyes que protegen el maltrato animal; no hay una autoridad que los vigile, es decir, todo tiene que ser bajo una denuncia.
Por alguna razón la gente piensa que el maltrato animal, es esperarse a que alguien golpee o mate ya sea con machete, cuchillo o veneno al pobre perro o gato, que no tiene la culpa de tener dueños irresponsables e ignorantes de las obligaciones y responsabilidad que se debe tener sobre alguna mascota y que tomaron la decisión de dejarlos libres o sin supervisión.
¿Por qué bolsa en mano, se preguntará?. La respuesta es muy sencilla, pues habrá que recoger las heces o la bien llamada “popo” de su querida mascota, pues el prójimo no tiene por qué quedar expuesto a una enfermedad por los problemas directos e indirectos que provoca el hecho de que el excremento de un animal quede en la vía pública. Esta situación se presenta preferentemente en los perros.
¿Por qué o para qué, la correa o cadena en mano?, la población canina ha crecido desmesuradamente y con ello, los ataques de aquellos canes que no van controlados por sus amos, ya sea con cadena o correa.
Aunque el mayor problema sobre ataques viene de los perros callejeros, igual de aquellos cuyos dueños los sacan a pasear y los llevan sujetos con cadena o correa en mano y en muchas de las ocasiones ya sea que el animal quiere juguetear con un peatón o por otras circunstancias se echa encima de personas que ni la deben ni la temen. Eso es precisamente lo que pretende evitar, ataques, sorpresas o sustos, aunque en estos últimos casos el perro solo desea jugar, solamente que esas intenciones solo las conoce el animal y el dueño.
Por las heces, popo o excremento que no levante el dueño de un can, o gato, además de ser un foco de infección principalmente para los menores de edad, quienes juegan en un parque o el peatonal que los pisa, no dejan de ser infecciosas y, aunque existe estipulado una multa para el dueño. Hasta el momento nunca se ha dado a conocer, ni siquiera de boca en boca, a manera de chisme, que alguien haya sido multado o castigado administrativamente por esta falta.
Es importante que las autoridades actúen en estos casos, pues es necesario fortalecer todas aquellas disposiciones que lleven consigo el buen vivir, para ser ciudades limpias en todos los sentidos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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