Repetitivos desde su existencia
Por Guillermo Robles Ramírez
En el mes actual es muy socorrido un negocio tan antiguo como la existencia de la moneda. No es de extrañar puesto que los gastos del fin de año, así como sus respectivos incrementos a la canasta básica, servicios y el gasolinazo, por cierto este último dizque nunca sucedería estando Morena al frente del país y jurado por su líder AMLO, todo lo anterior ha obligado a que los mexicanos vuelvan a recurrir a los préstamos.
Aunado al regreso de clases 2024, la carencia en los bolsillos de mexicanas y mexicanos, tuvieron que acudir a las casas de empeño; porque pedirle al compadre o al amigo, es lo mismo que pedirle peras al olmo.
Estos negocios no solo ganan con las personas que dejan empeñado algo de valor que por lo general saben de antemano que no podrán pagar y por esta razón todo aquello es valuado muy por abajo de su valor real o comercial. Sin embargo, no solo los necesitados de dinero acuden a ellos sino también son muy “socorridos” a ellos los delincuentes para ocultar sus “pecados”. Los rateros son clientes “potenciales, prósperos y mano de obra barata”, puesto que la mayoría de los propietarios de estas casas de empeño, compran de lo que roban estas ratas de dos patas, ya que no piden facturas para comprobar su legítimo dueño, así como escasamente exigen una copia de la credencial del Instituto Nacional Electoral.
Una ventaja más que tienen estos amantes de lo ajeno que van a empeñar lo robado, es que aunque lo sigan negando las autoridades federales electorales del país, la duplicidad de credenciales de este instituto está a la orden, ya que hay malandros que entregan dicha credencial con datos personales y direcciones falsas. La pregunta del cómo lo hacen, es muy fácil ya que “don dinero y la corrupción abren hasta las puertas del cielo y la gloria”.
En el pasado autoridades estatales, y locales de la Entidad coahuilense, han anunciado innumerablemente, “…vamos sobre los montepíos y casa de empeño de todo el Estado…”, pero eso de “…vamos…”, no pasa de un milímetro porque el disfrute de las alhajas y todo lo robado, sigue siendo el sostenimiento de esos comercios al servicio de los delincuentes. Algo que no se puede asegurar de todos pero al menos de un porcentaje por encima del 80 por ciento de ellas.
¿Existe complicidad?, eso solo los Ministerios Públicos en el área de investigación, lo sabrán, pero es un hecho de que existe complacencia e impunidad en esas casa de empeño está es algo que no se cuestiona porque lo que sabe no se pregunta.
Hay acciones muy instituidas para sino acabar totalmente con la criminalidad; al menos que motive una reducción o baja para que la comunidad sienta que realmente cuenta y es apoyada por las autoridades de seguridad pública para tener una certidumbre.
El tema de “cajas o casas abiertas para los rateros”, no es nuevo, que se recuerde tiene no menos de 60 o más años, es decir, desde su creación, igual llevan su tiempo las razones para que no se haga lo que tanto se repite. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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