Racismo en antros

Por Guillermo Robles Ramírez
Existen prácticas que, por ser tan comunes, se consideran normales o son indebidamente aceptadas en una sociedad porque es tan frecuente y aplicable en varios sitios de una comunidad o cabecera municipal, más no obstante significa que sea lo correcto o dentro del margen legal.

Es fácil criticar para los mexicanos que en otros países, hay diferencias o están muy marcadas la discriminación de raza, y nivel socioeconómico, sin embargo; no hay necesidad de ir tan lejos para percatarnos de esta acción racista, ya que en Coahuila, o cualquier otra entidad del país, la exclusión se vive cada vez más frecuente ante los ojos de las autoridades locales y estatales.

Las víctimas quienes más sufren de ello son los jóvenes coahuilenses cada vez que visitan los centros nocturnos conocidos como antros, siendo más marcado en las ciudades de Torreón, Saltillo, Monclova y Piedras Negras. Estos lugares de entretenimiento están presentes en todas las ciudades de la entidad que disponen de opciones de diversión para jóvenes, pero en las mencionadas anteriormente está mucho más marcado el racismo.

Es una realidad lamentable que en una sociedad que se alardea de ser civilizada, se  viva ésta discriminación social y es precisamente en los antros donde muchos de los jóvenes coahuilenses no solamente sufren ser ridiculizados enfrente de sus amistades e inclusive de sus parejas cuando se les prohíbe la entrada a algún antro por no ser considerados por los dueños de estos negocios dignos de entrar.

El criterio para seleccionar a los clientes es de una manera muy subjetiva y sencilla. Preferentemente, prioridad a los conocidos, es decir, a los júniors, después a aquellos jóvenes que no se vean con aspecto humilde o vestimenta sencilla. Para aquellos que no corrieron con la suerte de poder entrar a un lugar a donde divertirse  se llevan un mal sabor de que su dinero si vale; sin embargo, ellos no, algo dicho por aquellas personas conocidos como “cadeneros”, que son quienes hacen la selección de los clientes que entran en estos antros. Una situación de falta de respeto hacia otro ser humano y además despierta hacia la persona ofendida, un resentimiento en la marcada diferencia de clase social.

Esta marginación de clases sociales no se concreta solo en lo económico, sino también en el color de piel, dándose lo mismo no solo en los antros, sino en restaurantes, en salas cinematográficas, etc.

En toda la entidad son frecuentes las prácticas discriminatorias con los clientes y el condicionamiento de consumo para ocupar una mesa, no necesita ser el mejor lugar de la ciudad ni el de moda para que esto suceda.

Una vez que se ingresa al lugar, el siguiente requisito es la condición para la asignación de un lugar. Para tener derecho a una mesa, se requiere que el cliente compre una botella de alcohol, acompañado de refrescos. Además, ahí va dependiendo de las políticas internas no exhibidas al público, que dependiendo del valor de la botella o servicio de consumo de alcohol dependerá el área de asignación de mesa, es decir, una área general o una sección llamada VIP, siglas inglés Very Important Person, traducido en español, “Persona Muy Importante”.

Si ustedes pensaron que hasta ahí llegó la discriminación dentro de los antros, están muy equivocados, puesto que el trato dentro de éstos lugares es notorio con la atención de los meseros, porque es diferente con cada una de las personas, porque lo primero que se encuentran es que las mejores mesas, es decir, las más cercanas a la pista o los espacios grandes, y áreas VIP, tiene sus letreros de reservados cuando en realidad no lo están sino simplemente es otra parte en donde participan los meseros de asegurarse su propina por adelantado y, aun así, el mesero puede negar brindar el servicio si el consumo del cliente es poco.

No todos los clientes pueden ocupar la mesa de su preferencia porque está condicionada a comprar una botella o bien, tener un consumo mínimo de 10 mil pesos aunque dicho por meseros, hay quienes llegan a gastar entre los 30 mil o 50 mil pesos en una noche, en esas mesas preferenciales.

Todos participan en la discriminación social en Coahuila, tanto el mesero que discrimina a los de su igual condición, hasta los cadeneros que permiten que se le dé un trato así, los dueños de éstos negocios de entretenimiento son quienes establecen políticas de este tipo o en el peor de los casos ni se enteran de que esto sucede al libre albedrío de empleados subordinados, puesto que la mayoría de los dueños no se encuentran dentro de éstos antros porque algunos son foráneos, tienen otros negocios nocturnos que atender o simplemente lo hacen por cuestión de seguridad.

Pero lo peor de los que contribuyen a éste tipo de injusticia social son las víctimas que a la falta de cultura de la denuncia,  ante autoridades correspondientes de este  tipo de prácticas que están prohibidas ante autoridades locales y leyes estatales. Las víctimas de racismo o exclusión  tienen el derecho al no sufrir de discriminación; así que no hagamos de una injusticia como algo cotidiano o considerarlo como algo normal. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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