Que se pongan las pilas, los subordinados
En esta semana visite un negocio por un servicio contratado en la ciudad de Saltillo, Coahuila, el cual al momento de estacionarme frente al establecimiento no tardó una persona de sexo femenino para darme indicaciones de mover mi carro.
En su momento había observado que no existía ninguna marca o línea amarilla con su número de permiso como lo indica el reglamento municipal el cual no le vi ningún problema, sin embargo, por no querer discutir mi libre espacio público accedí haciéndolo hacia atrás precisamente tapando una cochera que se veía en apariencia abandonado pues se trataba de un portón de lamina en malas condiciones y con escombro de construcción tapando la supuesta cochera.
Ya me había bajado del vehículo cuando salió la misma persona para decirme amablemente, de mover nuevamente el vehículo porque harían un simulacro de evacuación.
No fue hasta entonces que me percaté que se trata de una guardería cuyo nombre no estaba visible pues se confunde con el color del edificio y su tipografía es poco entendible que hay que estar contemplándolo para poder descifrar lo que dice, pero se trataba de la “Guardería Chiquiven”, ubicada sobre la calle matamoros, zona centro.
Sin pretender hacer ningún problema alguno, con la mejor intención de mover mi vehículo, pero por solo curiosidad a su respuesta que me daría, le cuestioné sobre el escombro que estaba ahí, siendo imposible para realizar un simulacro, pero aun así me confirmó que ese sería el lugar.
Confieso que había despertado mi curiosidad desde la primera indicación de mover mi vehículo el cual estuve muy atento para ver el simulacro en una guardería que a mi criterio observé anomalías para ofrecer tal servicio.
Pero aumentó más mi intriga porque no tardó mucho un vehículo perteneciente a Protección Civil, que curiosamente se estacionó exactamente en donde en teoría se haría el simulacro, siendo todavía más incongruente la obstaculización ya que no solamente era el escombró fuera del portón de lámina y ahora también el vehículo oficial marcado como la unidad M1154, perteneciente al Municipio de Saltillo, también estaba siendo un estorbo para realizar un ejercicio de simulacro.
Bajaron dos mujeres de la unidad de Protección Civil, las cuales ingresaron a la “Guardería Chiquiven”, pero durante todo el momento que estuve observando no se realizó el dicho simulacro; mientras tanto empecé a indagar con los mismos locatarios sobre la calle Matamoros.
Para los negocios que se encuentran frente a esa guardería, lo que me informaron es que es común la visita continua de Protección Civil, lo que la gente asume dos cosas. La primera que van por su respectivo “moche”, y las que son mamás que tienen ahí sus hijos, pues siempre entran y salen con pequeñas mochilas negras.
Aunque sin fundamento lo anterior es la apreciación que tienen quienes tienen negocio ahí, sin embargo, en muy particular y que hipotéticamente sea una u otra, es lamentable que estén usando en cualquiera de las dos versiones vehículos oficiales para propósitos particulares, ya que es muy evidente que no están haciendo una labor de inspección, ya que para comenzar el portón el cual está sobre avenida Matamoros, solamente tiene un anuncio miniatura de no estacionarse como uso de cochera. Carece de señalización como puerta o salida de emergencia, así como las especificaciones de seguridad para los niños y niñas ya que no existe indicaciones a los vehículos que se trata de una escuela para moderar su velocidad, pero además siendo imposible implementar un “carrusel” sobre la vía.
Aunque desconozco su interior para saber si cumple con las medidas de seguridad e higiene en guarderías, establecido ante la Ley Orgánica o bien la Ley General de Prestación de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil, o también la Ley Ordenación General de Sistema Educativo, así como Ley Orgánica de Educación entre otros permisos como el de la Secretaría de Salud, pues deben de contar con alguna cocina, entre otros más requisitos legales.
Solamente aquellos padres de familia quienes tienen inscritos ahí a sus hijos saben en qué condiciones se encuentra, así como si tenían conocimiento y consentimiento para practicar un simulacro hasta en la calle puesto que carece de un espacio seguro y suficiente para concentrar a todos los niños y niñas, como un punto de encuentro.
Algunas de las cosas que los padres de familia deben de observar antes de inscribirlos en cualquier guardería es verificar las instalaciones que sean seguro para sus hijos, como es el suelo en donde debe de ser blando, las paredes protegidas para que no exista peligro de accidente, las puertas no deben de ser accesibles a los menores de edad, así como sus ventanas completamente inaccesibles a menores edad, así como escaleras y desniveles, enchufes protegidos, etc., la lista puede seguir.
Un atento llamado a las autoridades porque tal parece que tanto sociedad, así como autoridades locales en general seguimos en pañales en cuanto a seguridad en las guarderías. Poco se ha aprendido del lamentable y recordado anualmente el accidente del 2009 ocurrido en la Guardería ABC, en donde se registró la pérdida de 49 menores y un poco más de cien heridos. En el caso particular de esta cabecera municipal deberían de seguir el ejemplo de su alcalde poniéndose las pilas sus subordinados, pues es imposible que el Presidente Municipal esté en todo o haga todo y sin embargo es de admirase ha abarcado demasiados rubros para estar al pendiente de los saltillenses. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org
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